domingo, julio 03, 2011

Una vida al borde del amanecer






















El nuevo orden de mi universidad y de Bolognia es que tras la convocatoria de Junio viene la de Julio. Los estudiantes y profesores echan el resto durante un par de meses para llegar al verano sin deberes ni examenes pendientes.

Así, llevo muchas semanas al borde del último examen, pendiente de la fecha en la que mágicamente me quitaré la responsabilidad de los estudios durante todo el verano. Mientras, todo lo que no forma parte de la trilogia fundamental, trabajo, pareja y salud, lo he dejado a un lado. Incluido el blog.

Y estoy cansado. Conforme se acerca la fecha, el último examen, parece que ese momento se hincha, se vuelve eterno. Pero es solo una ilusión. Cada minuto dura siempre sesenta segundos. Pronto me levantaré y todo estará terminado, por unos meses. Espero recuperar los cafés, las salidas e incluso el aburrimiento. Ver si hay que me satisfaga aparte de fumarme clases y preparar corriendo los examenes.

Mientras, ese minuto de la verdad, ese último examen se va acercando, creciendo y creciendo. ¿Será realmente esto lo que me hace sentirme vivo?