martes, octubre 15, 2024

Envidia, de Patricia Nasello

 



ENVIDIA 

Se mira en un trozo de espejo que los enanos tienen colgado en el cuartucho. Está flaca, ojerosa. 

—Exceso de trabajo —murmura para sí con rabia. 

En la foto del periódico, su madre, espléndida: el dinero de la corona paga las cirugías que mantienen esa juventud ficticia que ella ahora observa mientras siente que se ahoga en un agua helada, viscosa. 

No perderá sus mejores años escondida en un bosque trabajando como criada para siete avaros. 

—Inoculá tu veneno en esta manzana —ordena. La serpiente obedece, no se arriesga a sufrir las consecuencias terribles que podría acarrearle otro problema con una mujer. 

Coloca el fruto envenenado en una canastilla y acude a palacio.


martes, octubre 08, 2024

Artistas del trapecio, de Ana Maria Shúa

 

 Artistas del trapecio

No tengas miedo, volará, heredó nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto más alto lanza a su hija, un bebé todavía, por el aire, hacia los brazos de la madre, aterrada e infiel. No debería temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la niña realmente vuela. O les hace creer que vuela.

lunes, septiembre 30, 2024

Caballo Imaginando a Dios, de Augusto Monterroso

 



CABALLO IMAGINANDO A DIOS 

«A pesar de lo que digan, la idea de un cielo habitado por Caballos y presidido por un Dios con figura equina repugna al buen gusto y a la lógica más elemental, razonaba los otros días el caballo. 

 Todo el mundo sabe -continuaba en su razonamiento- que si los Caballos fuéramos capaces de imaginar a Dios lo imaginaríamos en forma de Jinete.»

miércoles, septiembre 25, 2024

DULCES REMEMBRANZAS de Enrique Anderson Imbert



DULCES REMEMBRANZAS


El viejo Manuel pide al ángel que lo haga niño. ¡Son tan dulces sus remembranzas de la niñez!

El ángel lo aniña.

Ahora Manuelito no tiene remembranzas.

martes, septiembre 10, 2024

LAS CIUDADES Y EL DESEO. 2, de Italo Calvino



LAS CIUDADES Y EL DESEO. 2 

 Al cabo de tres jornadas, andando hacia el mediodía, el hombre se encuentra en Anastasia, ciudad bañada por canales concéntricos y sobrevolada por cometas. Debería ahora enumerar las mercancías que se compran a buen precio: ágata, ónix crisopacio y otras variedades de calcedonia; alabar la carne del faisán dorado que se cocina sobre la llama de leña de cerezo estacionada y se espolvorea con mucho orégano; hablar de las mujeres que he visto bañarse en el estanque de un jardín y que a veces -así cuentan- invitan al viajero a desvestirse con ellas y a perseguirlas en el agua. Pero con estas noticias no te diré la verdadera esencia de la ciudad: porque mientras la descripción de Anastasia no hace sino despertar los deseos uno por uno, para obligarte a ahogarlos, a quien se encuentra una mañana en medio de Anastasia los deseos se le despiertan todos juntos y lo circundan. La ciudad se te aparece como un todo en el que ningún deseo se pierde y del que tú formas parte, y como ella goza de todo lo que tú no gozas, no te queda sino habitar ese deseo y contentarte. Tal poder, que a veces dicen maligno, a veces benigno, tiene Anastasia, ciudad engañadora: si durante ocho horas al día trabajas como tallador de ágatas ónices crisopacios, tu afán que da forma al deseo toma del deseo su forma, y crees que gozas por toda Anastasia cuando sólo eres su esclavo.

viernes, agosto 30, 2024

Borges y yo, de Jorge Luis Borges


BORGES Y YO 

 Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.

domingo, agosto 25, 2024

What the f...?





Este es el único hit de un artista desconocido que dejó 2 discos en spotify con poquísimas reproducciones y una canción en particular que lleva 8 nillones de escuchas.
"A trip to the moon" de Aiolos Rue. Un tema extraño, agradable e inconcreto a medio camino entre la electrónica más suave y onírica de Air, y la new age que se escuchaba hace unas décadas. 

 Lo tengo en mi lista de favoritos desde hace tiempo, pero al buscarlo hoy en spotify lo he encontrado añadido en una lista de  música para leer, en otra de psicologia y una tercera titulada cólicos menstruales. Hoy me apetecia escribir aquí, pero no se porqué, no tengo ninguna gran idea ni revelación que compartir. Podria argumentar sobre la necesidad de estructurar y clasificar a personas y productos en el mundo moderno pero tampoco hace falta. Escucha si tienes tiempo la música del vídeo. Me pregunto que puede sugerir en cada uno de las personas que lo escuchen.

sábado, agosto 17, 2024

El problema del retorno, Todo es eventual




Todo es eventual. 

Lo decian los Mogway en "Kids will be skeletons", todo es temporal. Algún día de esos niños que vemos jugar solo quedarán los huesos. Nuestras casas serán habitadas por otras personas o ya no existirán. 

 Nada es permanente, y hasta la memoria, los continentes y los astros tienen su ciclo de renovación. Así que todo es eventual. 

Lo que es se irá y tras firar los cielos mil o mil millones de veces, puede que incluso vuelva y se termine marchando de nuevo. Lo complicado es desde nuestra vista de minuto a minuto, de nuestro universo que nació al empezar nuestra memoria y nos parece casi infnito, hacrse a la idea de que algún dia no estaremos, o que lo que recordamos perfectamente, ya no existe, independientemente de nuestra memoria.

Así que no he vuelto, porque no puedo volver,  ya que no soy la persona que dejó de escribir en este blog, porque casi todos las células de mi cuerpo se han renovado por otras distintas y muchos de los átomos que las componian son ahora arboles, peces o viento. 

Y este blog no es lo que era, con lectores interesados, con búsquedas por internet que llevaban a nuevos lectores a desubrir lo que aquí estaba plantado y que dejaban un comentario haciendome pensar que la tierra no es un lugar frio y sin vida.

Estamos en un mundo post-blog, sin tiempo para leer, solo 6 segundos para un tiktok o 1 minuto para una noticia generada por IA. Así que no hay donde volver. 

Pero eso no me importa. No me importa. Porque esto no fue nunca de los lectores, por mucho que me emocionara leerlos a su vez. No fue por compartir escritores, sueños, miedos, camciones o ideas. Lo siento.

Todo esto fue por la necesidad de un vacio en el que arrojar la confusión de mi mente y sacar de vuelta algún sentido.  De un espejo que me devolviera lo que necesitaba pensar o creer. Y así al contar cuentos los sacaba de mis miedos y sueños, y al animar a los lectores a meditar o a no tener miedo se lo contaba al niño que está escondido en mí.

Así que todo es eventual. Y realmente no he vuelto.

Entonces, solo ocurre que se han vuelto a juntar la vieja magia, la noche, la memoria, un libro apenas recordado, un espacio vacio.

Yo no soy el que era, ni este sitio no es lo que fué. Y tiene que estar bien porque no hay remedio.

Y no se que va a pasar, pero como decia un grafitti vikingo del siglo XII hallado en la catedral de Santa Sofia, Yo he pasado por aquí.

Buenas noches



En el país del tiempo

Otra noche estoy en el trabajo, y una vez apartada y guardada la rutina me he puesto a divagar, a tirar de los hilos deshilachados de la memoria y el sueño. Y entre ellos brilla como el oro el nombre de Lord Dunsany, uno de mis autores favoritos y de cuyos relatos aprendió a soñar Lovecraft con el infinito.

Tirando del hilo ha surgido un libro que no se si perdí en alguna mudanza o en algún incendio personal. El libro ya solo existe en manos de libreros de viejo, a precios elevados y escasos ejemplares. Pero aunque los libros ya no estén, están las palabras, por si alguien deseara leerlas...

El País del Tiempo

domingo, agosto 28, 2022

 

¿Que es lo mejor de la vida? 

¿Es disfrutar de la libertad de la estepa, de un caballo rápido y halcones en tu brazo? 
¿Es aplastar a tus enemigos? 
¿Es estar con los tuyos, cuidarlos y acompañarlos en su camino? 
¿Es buscar el ojo del infinito y escuchar la música que suena siempre en el silencio? 

     No lo sé. Soy el hombre que huyendo del tigre cae por un precipicio y se agarra a un arbusto en el borde para no morir. Y entonces, colgando entre la muerte de arriba y la muerte de abajo, descubre que el arbusto tiene bayas, y goloso las disfruta mientras puede. 

    Soy otra persona perdida, con mil oportunidades para alcanzar el éxito y la realización -profesional, personal, incluso espiritual- que sin embargo está tan abrumado por el dia a dia que solo puede hacer lo inmediato y luchar para no a sentirse culpable. 

     Solo soy una persona, un nudo entre un momento y el siguiente, reaccionando a los impulsos que me aturden. 

     Pero entre el ruido y el caos a veces se produce un momento silencio, y entonces soy yo.


 

domingo, diciembre 16, 2018

De tigres y hombres













Tengo por costumbre no pensar en lo que pudo ser, no rumiar el pasado, y a veces hasta no calentarme la cabeza con el futuro. 

Las dos primeras enseñanzas las obtuve gracias a múltiples sinsabores y a las generosas enseñanzas de otras personas. Clave en ello fue aprender que todo lo que alguien -nosotros mismos incluso- hace, lo realiza con la mejor intención, que incluso cuando alguien hace algo mal, cuando daña a otro o a sí mismo, es porque en ese momento lo ve como el curso de acción adecuado, o la única salida.

Ejemplos de esto lo vemos en la política española y mundial, con el voto al Brexit, a Donald Trump o a cualquiera que prometa que nos va  a proteger. Lo vemos cuando levantamos la voz a aquellos que amamos o cuando seguimos aguantando una situación que nos daña y disminuye como personas, pero a la que no vemos alternativas.

Respecto a no mirar demasiado el futuro, es resultado de mi carácter optimista, o sencillamente simplón, y al miedo que a mí también me da el futuro, lo que va a pasar, lo que le va a ocurrir a las personas que quiero. Así que hoy me asomo a este diario, a estas páginas donde me retrataba para entenderme y compartirme, y no se si tengo algo que decir. Algo que merezca la pena leer y recordar luego.

Tengo miedo del dia a dia, tengo miedo a los cambios inevitables que vienen con la edad, con el crecimiento de los hijos, con el desgaste de la sociedad y las relaciones. Si me pongo a pensarlo tengo mucho miedo. Y el miedo me agarra la garganta y no puedo respirar. 

Y luego pienso que el miedo es solo un mecanismo de huida o lucha, un incendio hormonal y neuronal cuyo humo impide ver el bosque. Y que si la vida es una escalera que va debemos bajar -un amigo dice que soy un optimista por dibujarla cuesta abajo- Si bajamos esa escalera tan larga y tan alta, no podemos estar mirando muy lejos porque nos dará vértigo y hasta miedo ver lo que nos falta, lo que podemos caer. Y si bajamos mirando hacia atrás, al pasado, lo más probable es que nos caigamos y nos demos un buen porrazo. 

Para mí la solución con la vida y la escalera es fijarse bien en cada paso que damos, en solo unos pocos escalones cada vez, que siendo conscientes de que la escalera es larga y tenemos por delante muchas cosas, no perdamos el hilo de lo que hacemos, de las personas y placeres- de esas personas que son un placer de conocer. Algún día la escalera ha de llegar a su fin, pero que lleguemos por nuestro propio pie, sintiéndonos bien con los pasos que hemos dado, aceptando las decisiones que asumimos y sobretodo, no echando en falta haber prestado atención a aquellos que nos acompañaron en el camino.

Cada minuto, cada segundo es precioso e irrepetible, y al menos por un momento se siente maravilloso haber vuelto a estar aquí. Gracias.



sábado, septiembre 02, 2017

44




44.

Es el número del Rutenio, un metal de la familia del platino, es la carcel o el escapulario en la loteria y simboliza el culto a la justicia y la eficacia.

Hoy cumplo 44 años.

Y me siento por dentro mucho más joven y me sorprendo al pensar lo que ha engordado el número. Pero por debajo estoy también cansado, y mis acciones empiezan a encaminarse hacia fechas y límites futuros.

Y así, ni estoy muy feliz, ni es un desastre todo.

Solo me sorprende que tanto el fin del mundo como la suerte de estar vivo tras el sean tan poco emocionantes y rutinarios. Que seamos infelices por cosas tan tontas y pequeñas y que la felicidad dependa tanto de calendarios y acuerdos.

Pese a todo, seguimos vivos, y podemos disfrutar de un té o un chocolate, ponernos a soñar un rato o disfrutar de la compañía de alguien especial, y eso es tanto, es tantísimo... que solo se nos olvida a ratos.

Así que a caminar, que la experiencia no nos estropee las sorpresas del camino, y no nos aferremos al segundo que se ha marchado, ni lloremos como Dario, y hagamos lo único que merece hacerse, que es continuar, con una sonrisa.