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jueves, octubre 20, 2016

Sonrie, por favor

Ha pasado más de medio año desde la última entrada. El curso finalizó con angustia y con éxito, y ambos demostraron ser unos impostores. Otro curso ha seguido a ese.

Las cuestiones de familia y salud siguen a su paso, y sentirse triste o disfrutar de lo pequeño es solo una cuestión de actitud. Del color del cristal elegido que diria Campoamor.

Así que aquí sigo, una noche en que me escapo un poco de estudiar para saludaros, para pensar, y en que la música me ha sugerido una entrada, ha clarificado algo que lleva mucho tiempo dándome vueltas. Suena en la oficina vacia de madrugada "Smile" de Nat King Cole.



Smile though your heart is aching                              Sonríe aunque te duela el corazón
Smile even though it's breaking                                  Sonríe aunque se esté rompiendo
When there are clouds in the sky, you'll get by          Cuando hay nubes en el cielo, te las arreglarás
If you smile through your fear and sorrow                 Si sonríes en medio de tus miedos y tristeza
Smile and maybe tomorrow                                        Sonríe y quizá mañana
You'll see the sun come shining through for you         Verás el sol salir brillando para ti

Light up your face with gladness                                  Ilumina tu rostro de felicidad                                             Hide every trace of sadness                                           Oculta cada rastro de tristeza
Although a tear may be ever so near                   A pesar de que una lágrima siempre puede acercarse
That's the time you must keep on trying              En esos momentos debes de seguir tratando
Smile, what's the use of crying?                          De sonreír ¿De que sirve llorar?
You'll find that life is still worthwhile                  Te darás cuenta de que la vida vale la pena
If you just smile                                                     Si sonríes

That's the time you must keep on trying              En esos momentos debes de seguir tratando
Smile, what's the use of crying?                          De sonreír ¿De que sirve llorar?
You'll find that life is still worthwhile                  Te darás cuenta de que la vida vale la pena
If you just smile                                                     Si sonríes


Y al final solo queda la actitud. La sonrisa incluso. Hace unas semanas me hice una foto para un carnet y al verme en ella me sorprendí. Sabia que no estaba bien, pero la persona triste y enfadada, casi derrotada que me saludará en mi abono de transporte durante años no quiero ser yo. Así que cuando me acuerdo sonrio, sonrio. Incluso cuando estoy moderadamente contento o triste sonrío. Y que curioso, me siento un poco mejor.


Es algo que también olvido pero que es cierto para mi y para todos. Podemos elegir, aunque solo sea nuestra actitud, nuestro gesto ante la vida y lo que nos trae. Y yo quiero sonreir.


viernes, septiembre 25, 2009

Fiestas y vacaciones



















Estos dias son la fiesta nacional de Nepal. Eso significa que durante diez dias no hay cole, la gente esta comprando febrilmente regalos y por la alegria y ruido que se masca en el aire, es como si fueran Navidades.

Pero ojo, no las navidades cmercialemente depresivas que padece el 40% de los espanoles, sino las que teniamos de ninos. Desfiles por las calles, sonrisas, sonrisas, alegria. Tambien hoteles cerrados, autobuses repletos y una dinamica energia que te puede dar dolor de cabeza.

Me he traido mi nueva camara, una ricoh 200 que saca unas fotos estupendas, pero tras tres dias de templos, estupas, altares, pagodas y demas iglesias, solo tengo unas pocas fotos que me gusten. Una es la de arriba. Porque la sonrisa que llevaban hoy casi todos los crios en el primer dia de vacaciones era altamente contagiosa.

Es facil sonreir en ocasiones, y muchas mas veces lo es olvidar hacerlo. La diferencia, se nota en el ambiente.

viernes, agosto 15, 2008

Bien






















Me siento bien. Realmente bien.

Ayer volví a Murcia tras pasar unos dias en la sierra, con los apuntes - que no vieron la luz- "La montaña mágica" de Thomas Mann, y la única compañía de los pinos y el viento.

Hubo un poco de todo en el monte. Un refugio construido en medio de una área de descanso, jabalíes viniendo en busca de comida, familias de picnic junto a mi lugar de retiro, gente que se te cuela en la casa por no haber puesto un dóberman en la puerta...

Principalmente ha sido parar, descansar mucho y no exigirle nada al día. También confirmar que todo, aciertos y errores, tienen aún hueco en mi vida. Lectura, tumbarse a mirar los pinos, meditación, sueño, paisajes, picaduras de mosquito y algo de monotonía en la comida. El último día vino a recogerme un buen amigo, y en lugar de caminar toda la mañana de vuelta a la civilización, fue una jornada de cañas, paellas y algún que otro bar. Cosas del equilibrio.

Llegué a casa ya tarde. Al volver me sorprendió las muchísimas cosas que poseo y lo desordenadas que estaban, así limpié un poco, amontoné en su sitio lo que decidí conservar y cené ramen de gambas. Un par de capítulos de Firefly y a dormir antes de las once.

Hoy me siento bien. Muy bien.

Lo divertido es que primero me he notado raro al levantarme para ir al trabajo. Había una cualidad inusual en los edificios, el cielo y los arboles. Los encontraba claramente hermosos, en su sitio. El viento sabia bien, y al llegar a la oficina la falta de sorpresas ha sido un premio extra. Lo único diferente hoy, soy yo mismo. He dormido suficiente los últimos tres días, algo insólito.

Me pregunto si dormir ocho o nueve horas diarias es uno de los secretos de esta sensación. Se confirmaría entonces que los secretos evidentes y sencillos, los que están al alcance de la mano, son los mejor guardados.


jueves, enero 17, 2008

De repente, un abrazo























Algunas cosas no te las esperas.

Quizás sientes las señales en el viento. Como va la vida abriéndose a tu alrededor. El invierno sufre un agujero por el que se le cuela el sol, y pese a las distracciones y ansiedades cotidianas, has empezado a ver un horizonte más amplio que los días anteriores. Por el rabillo del ojo te sorprende una flor o una terraza verde, escuchas la risa de alguien y te agrada, o simplemente decides mirar afuera en lugar de adentro.

Y sin embargo no lo esperas. Entras en tu cita semanal, a la que has faltado ya un mes. Esperas ser bien acogido, no con frialdad ni tampoco con alegría. Y entonces te reciben con un abrazo.

Un abrazo al que respondes, porque lo sientes verdadero, calentito y limpio, sin cumplidos ni condiciones. De alguien que siente frío también, y que contigo va a alejar la soledad del instante presente.

Una sorpresa para esa persona, y también para ti. La actividad termina, te quedas para ayudar y guardarlo todo en su sito. Sabes que va a pasar algo bueno, pero no lo tienes claro. Solo entiendes que prudencia y el escepticismo son enemigos tan malos como la ansiedad o los prejuicios para estos momentos raros y frágiles.

Ya solos, volvéis a hablar, sabiendo que el abrazo de antes no se ha interrumpido, solo ocultado. Al poco reaparece, y el mundo por un rato es un cuello cálido, una melena suave, y sentir que si apretaras un poco más y ocupases el espacio de la otra persona, no vivirías unidad mayor que la presente.

El tiempo, tras una ausentarse, regresa. Con una sonrisa tranquila y una caricia, vuelves a la vida cotidiana. No sabes si has hecho una amistad o simplemente has llenado ese hueco que habías ignorado tanto, y que también pesaba en la otra persona. Pero el mundo definitivamente es otro.