lunes, mayo 05, 2008
El camino largo
Hace unos meses alguien me pidió, nos pidió a todos los presentes, que hicieramos un dibujo. Lo que tuviéramos en mente, simplemente lo que saliera.
El mio resultó bastante decepcionante. Era un dibujo sencillo y esquemático. Un camino muy largo que llevaba a una montaña distante, pequeña en la lejania, y un monigote caminando hacia ella. Acabé enseguida, y entonces me regañaron un poco y me pusieron de nuevo a dibujar, esta vez algo más guay, por favor. Me sentí un poco estafado, y dibujé lo que primero que me pasó por la cabeza. Toma! Un pato en una charca, con juncos, una botella de Coca Cola y otras cosas...
Ahora miro atrás y casi le encuentro sentido a todo. Probad con las nubes o con el azucarero, también puedes encontrarles formas y sentido, la mente es así.
El dibujo del camino es mi búsqueda o anhelo de sentido y completitud. El camino se dibuja largo y la meta misteriosa, casi inalcanzable, una montaña de desconocida altura. Una montaña alta como la meta, el absoluto encuentro con la verdad, del mundo y de mi mismo.
El destino en el dibujo es importante pero inalcanzable. Un camino tan largo que podrías agotarte, e incluso consumir una vida o más antes de alcanzarlo. Todo ese tiempo esperando, soñando con la montaña, con que todo se resolverá y tendrá sentido cuando llegues, y esperando que una vida, esta, sea suficiente para alcanzarla. Ahora lo pienso y me da mal rollo. Pero era mi dibujo.
Lo del pato quizás era una crítica a la sociedad contemporánea y el consumismo -botella de Coca-Cola y la contaminación- o que no tenia ganas de colaborar si no se aceptaba mi propuesta inicial.
Mi subconsciente, inagotable, lleva tiempo dandole vueltas a la idea del dibujo y la búsqueda -aunque me he dado cuenta de ello hace cinco minutos. No tiene sentido vivir por algo que no vas a alcanzar. Así solo se consigue sacrificio puro y duro. Como la gente que sueña con lo que hará cuando se jubila -si llega en buenas condiciones a esa edad, y si entonces todo es tan guay como cuando lo piensas ahora, y además si no se ha acabo el mundo antes- y mientras se desloma y sacrifica y retrasa la vida entera por ese acontecimiento futuro.
La vida es lo que está pasando ahora, lo que haces, lo que estás haciendo en este momento- y sí, una parte de tu vida es leer blogs raros por internet, en tu casa o en el trabajo, acéptalo. Así que me he puesto a dibujar de nuevo -otro dibujo esquemático, difícilmente artístico- y me ha salido otra cosa.
Un camino rodeado de arboles y sombra, con un alegre sol y algunos picos distantes para situarnos. El camino asciende, y hay un caminante que lo sube, pero no es visible ningún destino, montaña sagrada o similar. Solo un camino que sube. Como en las buenas caminatas en el campo, una oportunidad de aprender, disfrutar con el acto de caminar, vivir, de esforzarse y sudar y de los encuentros que traiga el camino.
El camino por el camino mismo. De otro modo, corres el riesgo de no llegar, o de llegar y darte cuenta que los objetivos, los horizontes, solo están para que tengamos alguna dirección hacia la que caminar.
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