sábado, abril 18, 2009

La condena, de Frederic Brown


















Charley Dalton, astronauta procedente de la Tierra, había cometido un grave delito hacía menos de una hora tras su llegada al duodécimo planeta que orbitaba en torno a la estrella Antares. Había asesinado a un antariano. En la mayoría de los planetas, el asesinato era un delito y en otros un acto de civismo. Pero en Antares era un crimen capital.

- Se le condena a muerte - sentenció solemnemente el juez antariano -. La ejecución se llevará a cabo mediante una pistola de rayos, mañana al amanecer.

Sin posibilidad alguna de recurrir la sentencia, Charley fue confinado en el Pabellón de los Condenados.

El Pabellón se componía de 18 lujosas cámaras, todas ellas espléndidamente abastecidas de una gran variedad de viandas y bebidas de todas clases, con cómodo mobiliario y todo aquello que uno pueda imaginar, incluida compañía femenina en cada habitación.

- ¡Caramba! - dijo Charley.

El guardián antariano se inclinó y dijo:

- Es la costumbre en nuestro planeta. En su última noche, a los condenados a muerte se les concede todo lo que deseen.

- Casi ha merecido la pena el viaje - contestó Charley -. Pero, dígame, ¿cuál es la velocidad de rotación de su planeta? ¿De cuántas horas dispongo?

- ¿Horas?... Eso debe ser un concepto terrestre. Voy a telefonear al Astrónomo Real.

El guardián telefoneó y escucho atentamente durante un rato, luego dirigiéndose a Charley Dalton, informó:

- Tu planeta, la Tierra, realiza 93 revoluciones alrededor de su sol en el transcurso de un periodo de oscuridad en Antares II. Nuestra noche equivale, más o menos, a cien años terrestres.

El guardián, cuya esperanza de vida era de veinte mil años, se inclinó respetuosamente antes de retirarse.

Y Charley Dalton comenzó su larga noche de festines, de borracheras y etcétera, aunque no necesariamente en ese orden.



FIN

domingo, abril 12, 2009

Desiderata, de Max Ehrmann



































Camina plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda que puedes encontrar la paz en el silencio.

Hasta donde sea posible, sin rendirte,
trata de mantener buenas relaciones con todo el mundo.
Di tu verdad serena y claramente;
y escucha a los demás,
incluso al torpe y al aburrido;
ellos también tienen su propia verdad.
Evita las personas ruidosas y agresivas,
porque son un mal para el espíritu.

Sí te comparas con los demás,
te volverás vanidoso y amargado,
porque siempre habrá personas mejores o peores que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea,
porque es lo único que verdaderamente posees.

Sé cauto en los negocios;
porque el mundo está lleno de trampas.
Pero no permitas que te ciegue a la existencia de la virtud;
muchas personas luchan por nobles ideales
y en todas partes la vida esta llena de heroísmo.
Sé tú mismo. En especial no finjas afecto.
No seas cínico en el amor,
porque a pesar de toda la aridez y desengaño,
es tan perenne como la hierba.

Acepta agradecido el consuelo de los años,
que afortunadamente resuelven los problemas de la juventud.
Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja contra la adversidad.
Pero no te atormentes con tu imaginación.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Además de una sana disciplina,
sé gentil contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a existir.
Y aunque esté claro o no para ti,
no dudes que el universo marcha como debe ser.

Por lo tanto, haz las paces con Dios,
no importando cuál sea tu idea de El.
Y cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones,
en la ruidosa confusión de la vida,
mantén la paz con tu espíritu.

Porque a pesar de toda la hipocresía, agotamiento y sueños fallidos,
el mundo es todavía un lugar hermoso.
Sé alegre. Esfuérzate por ser feliz.


Max Ehrmann

miércoles, abril 08, 2009

Búsqueda, de Frederic Brown

















El amable hombre con la larga barba blanca dijo:

- Bienvenido al Cielo, Peter.

Él sonrió.

- ¿Sabes?, ese es mi nombre también. Espero que serás muy feliz aquí.

Y Peter, que tenía sólo cuatro años, pasó por las puertas de perla a buscar a Dios.

Siguió por las inmaculadas calles rodeadas de deslumbrantes edificios, entre gente feliz, pero no encontró a Dios.

Deambuló hasta que estuvo muy cansado, pero no se detuvo. Algunos le hablaron, pero no les hizo caso.

Al final llegó a un edificio de brillante oro que era más grande que ninguno de los otros, tan grande que supo que al fin había encontrado el lugar donde Dios vivía.

Las enormes puertas se abrieron cuando se acercó, y entró.

En un extremo de la enorme habitación había un gran trono de oro, pero Dios no estaba allí.

El suelo era suave y sedoso, acolchado. En el centro de la habitación, a medio camino entre la puerta y el trono, Peter se sentó para esperar a Dios. Después de un rato se tumbó y se quedó dormido.

Podían haber pasado minutos o podían haber pasado años.

Pero oyó el suave sonido de unos pasos y esto le despertó; supo que Dios estaba entrando y se despertó con gusto.

Dios estaba entrando; Sus ojos se posaron en Peter y brillaron con repentino placer. Peter corrió rápidamente hacia Él: Dios puso Su mano sobre la cabeza de Peter y dijo suavemente,

- Hola, Peter.

Y después miró más allá, hacia el trono y Su cara cambió.

Lentamente Él cayó sobre Sus rodillas y bajó Su cabeza, casi como si tuviera miedo. ¿Pero a quién podía temer Dios?

Peter supo que Dios no podía estar actuando en serio, pero Le siguió la corriente.

Meneó su cola pequeña y corta para mostrar que todo era por diversión, y después se volvió y ladró a la brillante luz sobre el trono de oro.



FIN

martes, abril 07, 2009

Todo lo que necesitas... estaba ya aquí


















Todo lo que necesitas está al alcance de tu mano. Estoy seguro de ello, por raro que pueda parecer.

Puede entenderse esto de varias maneras. Por un lado cuando algo es necesario es porque hay una carencia de ello, un desequilibrio. Como el mundo tiende al equilibrio, es solo cosa de tiempo o de ampliar nuestra perspectiva para que aquello que falta, aparezca y se resuelva la situación. El invierno sigue al verano, la lluvia a la sequia. Cuando tenemos hambre, buscamos alimento. Los opuestos están unidos, y solo falta con ampliar el cuadro para ver que no se encuentran separados, a lo sumo alternos.

Por otro lado, la mayoria de ausencias la provocamos nosotros mismos por nuestra percepción sesgada o nuestros lastres o actitudes. Personalmente os puedo asegurar que he tenido temporadas de estar muy solo, mientras mi agenda estaba llena de números a los que no llamaba. Era yo quien mantenia esa soledad por estar centrado en la idea de mi soledad. Últimamente he ampliado mucho mi circulo social y solo ha sido cosa de permitir que gente que ya estaba allí entrara en mi vida. Igualmente, todo el tiempo tenemos oportunidades de todos los tipos, y la cuestión es que no sabemos de ellas o nos creemos incapaces de aprovecharlas. La suerte influye, claro, pero hay que comprar el billete de loteria.

El mundo se mueve continuamente, como un inmenso puzzle tridimiensional que probara a combinar las infinitas piezas que somos las gentes, el cielo, la tierra y todo lo que en ellos se encuentra. Las combinaciones que no funcionan son descartadas y las que tienen algún sentido o éxito prosperan. Nosotros podemos encajar esas piezas también a poco que nos pongamos. Casi siempre la solución está tan cerca como el lobo metafórico que podria comernos, tan próximo como el segundo siguiente. Es solo estar abierto a buscar en otra parte, a otras ideas, a otras posibilidades, a equivocarnos, y como no, a acertar.

miércoles, abril 01, 2009

La cuadratura del cículo, tao te king 37




Tres eran los problemas irresolubles de la geometria clásica; la duplicación del cubo, la trisección del ángulo y la cuadratura del círculo. No voy a entrar en detalle sobre ellos, aunque hay múltiples espacios en la www dedicados a explicar como no son posibles.

Lo importante es que no lo son. Quedan como monumentos a la cabezoneria humana, de los ratos perdidos en la búsqueda de una perfección imposible e inalcanzable en cuanto que buscada. Perfección que como el sueño, cuando la buscas desesperado no aparece. Perfección que se mueve en el rabillo del ojo, en el horizonte, cercana mientras no se la nombra, en tanto no se la busque. Tan facil como caminar al borde de un abismo mientras no seamos conscientes de que es un abismo.

Ahí estoy estos dias, tan cerca de algunas cosas buenas que han de permanecer ahí mientras el destino quiera, pero que podrian marcharse, asustadizas, con solo nombrarlas. Una ironia la consciencia humana, que generalmente nos sirve para ser conscientes de que aprendemos, amamos o estamos haciendo algo bien, solo para que el pensamiento de eso mismo interfiera con el resultado.

Si yo fuera el gato de Schrodinger solo le pediria una cosa al científico de marras; que no abriera la dichosa caja. Mientras eso no ocurriera, nada seria imposible...

Tao te King 37

El Tao, por su naturaleza, no actúa,
pero nada hay que no sea hecho por él.
Si los príncipes y los reyes
pudieran adherírsele,
todos los seres evolucionarían por sí mismos.
Si al evolucionar
apareciera el deseo de obrar,
yo lo mantendría en la simplicidad sin nombre.
En la simplicidad sin nombre no existe el deseo.
Sin deseos es posible la paz
y el mundo se ordena por sí mismo.