
El maestro Terry Pratchet dijo que para ser original hay que tener el mejor blog de todos o no tener ninguno.
Después de un tiempo de tormenta de blogs, ha amainado el número de bitácoras activas en mi circulo cercano. La blogosfera está más tranquila por aquí, y yo mismo con el lío que llevo, acudo al blog como quien va al confesionario o al fútbol o al baúl de los recuerdos.
Me he sorprendido últimamente leyendo alguna entrada de hace unos meses o más de un año. De revisar o contrastar lo escrito hace tiempo he pasado a descubrir un diario discontinuo, espécimen de memoria de lo vivido, soñado y sentido desde septiembre del 2005.
Empezó entonces una época diferente en mi vida y comenzó también esta irregular bitácora, como entretenimiento y para aligerar las cuentas de los amigos de los mail que me dio por compartir a golpe de lista de correo. Sorprendente mente el blog y yo superamos los dos meses de relación, e incluso comenzaron a aparecer lectores y otros blogeros, y así durante los últimos veintidós meses.
En este tiempo han cambiado el pintor y su cuadro. La figura de Ashbless, poeta ficticio del siglo XIX ha acabado diluyendose entre tanto Tao Te King y colección de fotografia, y eso solo en estos meses. Siempre sorprende lo que podemos mutar las personas y las ideas.
Las visitas pronto llegarán a 20.000, y teniendo en cuenta lo peculiar de los contenidos expuestos habrá que dar gracias por las visitas al buscador de imágenes de Google y a los autores de Flickr, a decenas de extraordinarios maestros del microrelato, y a tí lector, por tener un gusto tan especial o tanto tiempo libre.
De momento vamos a seguir por aquí, a ver si cumplimos los dos años. ¿Y luego?
Dios dirá.
Buenas noches y un abrazo.
