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domingo, junio 14, 2009

Breve historia de la revolución tecnológica, de Eduardo Galeano




















Creced y multiplicaos, dijimos, y las maquinas crecieron y se multiplicaron.
Nos Habían prometido que trabajarían para nosotros.
Ahora nosotros trabajamos para ellas.
Multiplican el hambre las máquinas que inventamos para multiplicar la comida.
Nos matan las armas que inventamos para defendernos.
Nos paralizan los autos que inventamos para movernos.
Nos desencuentran las ciudades que inventamos para encontrarnos.
Los grandes medios,que inventamos para comunicarnos, no nos escuchan ni nos ven.
Somos máquinas de nuestras máquinas.
Ellas alegan inocencia.Y tienen razón


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Con la lectura del Tao Te King comencé a tratar de manera constructiva con las paradojas. Con el tiempo descubrí que las paradojas no existen, solo lo parecen quien que desea que la realidad funcione a su manera, no como es. Querer ponerle puertas al campo. Por mucho que pensemos que no tenemos responasabilidad de nuestros actos, o que las guerras no debieran existir, o que nadie debiera sufrir de hambre en un mundo en el que se tira comida, todo eso ocurre por muchas razones.

Las paradojas desaparecen - dejan de serlo- cuando miras con suficiente apertura el mundo. Entender que los hechos y las causas son tan amplios, que imponer la ley de causa y efecto solo es válido cuando aceptemos que tanto unas como otras son múltiples e incluso están mezcladas. El mundo no es único ni limitado, y pensarlo así es la causa de la mayoria de problemas ecologicos de este planeta.

Siguiendo esta línea, usar pesticidas persistentes o la manipulación genética de plantas cultivables son ejemplos sencillos de actos para los que no se ha contemplado adecuadamente sus consecuencias. Si las personas debemos madurar lo bastante para ser conscientes de lo que va a pasar después, parece las empresas no consideran esto importante.

Todo está conectado, y pese a que es un tópico de nuestro tiempo de globalización, resulta una verdad innegable. Afortunadamente también nosotros estamos conectados, y también, cada uno según su capacidad, podemos hacer algo.