
Mi amigo Goliadkin, me ha traido a la cabeza al poeta Angel Gonzalez, su autor favorito.
Goliadkin es un poeta que ha aparcado unos años la pluma y ahora menea una espada de madera en sus ratos libres. Fuimos amigos, luego enemigos cercanos, y tras resolver un cúmulo de malentendidos e incomprensiones, más amigos aún. Fue quizás la primera vez que me di cuenta de lo tontos que podemos ser las personas y que no se puede permitir que algo así ocurra de nuevo.
Revolviendo internet para elegir un poema me encontré este. Me quedé sorprendido por el tema y la idea, aunque ignoro si el autor lo habrá escrito desde la perspectiva con que yo lo miro. Sea como sea, las palabras y el mensaje que cada uno entienda es lo importante. Espero que también os guste.
Si tuviésemos la fuerza suficiente
para apretar como es debido un trozo de madera,
sólo nos quedaría entre las manos
un poco de tierra.
Y si tuviésemos más fuerza todavía
para presionar con toda la dureza
esa tierra, sólo nos quedaría
entre las manos un poco de agua.
Y si fuese posible aún
oprimir el agua,
ya no nos quedaría entre las manos
nada.