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sábado, noviembre 06, 2010

Meditación para simples





















Estoy volviendo a un camino que había perdido.

Ignoro por cuanto tiempo pisaré esta senda, y solo sé seguro que me he de perder de nuevo. Pero la vida es tridimensional, no está atrapada en una plana hoja de papel.

Si no perdemos la perspectiva por el desánimo, nos daremos cuenta de que no existen los circulos viciosos, sino que en el mejor y peor de los casos nos movemos en espirales. Volveremos a caer y a triunfar, a dormir y despertar, pero jamás esteremos en el mismo nivel que ayer, aunque solo sea porque el tiempo nos hace avanzar por su escalera.

Así, vuelvo a recordar mis sueños, a veces percibo casualidades que forman parte de esquemas tan amplios que no pueden simplemente serlo, y estoy volviendo a meditar. Eso sí, descalabrado como estoy del sentimiento de gracia y de las alturas, he tenido que empezar de nuevo con humildad. No soy hoy aquel que se subia a la montaña a buscar la trascendencia, pasaba horas meditando y contemplando, esperando la recompensa de un sentimiento, una visión más clara o un misterio por entender.

Mi mente es otra vez un mono inquieto que me arrastra de un punto a otro, más interesado en las luces y adornos cambiantes que en la permanencia del cielo y la tierra.

Soy pequeño, y aunque la espiral del tiempo me salva de cometer alguno de los errores del pasado, me busca otros nuevos para poder aprender de nuevo. Siento que debo meditar, pero he perdido el entrenamiento mental y físico. Mientras tomo de nuevo el sendero de un pensamiento claro y en paz, sin miedo, he tenido que adoptar la cuesta más suave, la forma más sencilla de meditación, para no agotarme.

Cierro los ojos, y en la cama o en el bus, comienzo a respirar por la nariz. Cuento la primera espiración, intento estar atento a la entrada siguiente del aire y su salida para no dejar hueco a otros pensamientos, y cuento la segunda. A los pocos alientos mi mente se pierde en otras cosas, pero vuelvo a contar desde uno, hasta que las fuerzas y el interes se agoten.

Mañana continuaré, espero. Solo puedo esperar, sin obligarme o culparme, que llegue a contar quince o cien, a cinco minutos o media hora. Si vuelvo a perderme en esta sesión o si no vuelvo a hacerlo, no importa. Otro dia mi camino continuará por aquí, si es posible, si es lo que debe ocurrir.

Mientras, solo importa dar lo mejor con cada aliento, en ese universo diminuto y sin limites tras mis ojos cerrados. Tomo aire y cuento.

Uno...


martes, abril 07, 2009

Todo lo que necesitas... estaba ya aquí


















Todo lo que necesitas está al alcance de tu mano. Estoy seguro de ello, por raro que pueda parecer.

Puede entenderse esto de varias maneras. Por un lado cuando algo es necesario es porque hay una carencia de ello, un desequilibrio. Como el mundo tiende al equilibrio, es solo cosa de tiempo o de ampliar nuestra perspectiva para que aquello que falta, aparezca y se resuelva la situación. El invierno sigue al verano, la lluvia a la sequia. Cuando tenemos hambre, buscamos alimento. Los opuestos están unidos, y solo falta con ampliar el cuadro para ver que no se encuentran separados, a lo sumo alternos.

Por otro lado, la mayoria de ausencias la provocamos nosotros mismos por nuestra percepción sesgada o nuestros lastres o actitudes. Personalmente os puedo asegurar que he tenido temporadas de estar muy solo, mientras mi agenda estaba llena de números a los que no llamaba. Era yo quien mantenia esa soledad por estar centrado en la idea de mi soledad. Últimamente he ampliado mucho mi circulo social y solo ha sido cosa de permitir que gente que ya estaba allí entrara en mi vida. Igualmente, todo el tiempo tenemos oportunidades de todos los tipos, y la cuestión es que no sabemos de ellas o nos creemos incapaces de aprovecharlas. La suerte influye, claro, pero hay que comprar el billete de loteria.

El mundo se mueve continuamente, como un inmenso puzzle tridimiensional que probara a combinar las infinitas piezas que somos las gentes, el cielo, la tierra y todo lo que en ellos se encuentra. Las combinaciones que no funcionan son descartadas y las que tienen algún sentido o éxito prosperan. Nosotros podemos encajar esas piezas también a poco que nos pongamos. Casi siempre la solución está tan cerca como el lobo metafórico que podria comernos, tan próximo como el segundo siguiente. Es solo estar abierto a buscar en otra parte, a otras ideas, a otras posibilidades, a equivocarnos, y como no, a acertar.

miércoles, abril 01, 2009

La cuadratura del cículo, tao te king 37




Tres eran los problemas irresolubles de la geometria clásica; la duplicación del cubo, la trisección del ángulo y la cuadratura del círculo. No voy a entrar en detalle sobre ellos, aunque hay múltiples espacios en la www dedicados a explicar como no son posibles.

Lo importante es que no lo son. Quedan como monumentos a la cabezoneria humana, de los ratos perdidos en la búsqueda de una perfección imposible e inalcanzable en cuanto que buscada. Perfección que como el sueño, cuando la buscas desesperado no aparece. Perfección que se mueve en el rabillo del ojo, en el horizonte, cercana mientras no se la nombra, en tanto no se la busque. Tan facil como caminar al borde de un abismo mientras no seamos conscientes de que es un abismo.

Ahí estoy estos dias, tan cerca de algunas cosas buenas que han de permanecer ahí mientras el destino quiera, pero que podrian marcharse, asustadizas, con solo nombrarlas. Una ironia la consciencia humana, que generalmente nos sirve para ser conscientes de que aprendemos, amamos o estamos haciendo algo bien, solo para que el pensamiento de eso mismo interfiera con el resultado.

Si yo fuera el gato de Schrodinger solo le pediria una cosa al científico de marras; que no abriera la dichosa caja. Mientras eso no ocurriera, nada seria imposible...

Tao te King 37

El Tao, por su naturaleza, no actúa,
pero nada hay que no sea hecho por él.
Si los príncipes y los reyes
pudieran adherírsele,
todos los seres evolucionarían por sí mismos.
Si al evolucionar
apareciera el deseo de obrar,
yo lo mantendría en la simplicidad sin nombre.
En la simplicidad sin nombre no existe el deseo.
Sin deseos es posible la paz
y el mundo se ordena por sí mismo.

domingo, agosto 10, 2008

No hay ingrediente secreto, de Kung Fu Panda

























No hay ingrediente secreto. No existen los ingredientes secretos.

Anoche fui a ver Kung Fu Panda. Llevo una semana de mucho trabajo, con falta de sueño, y también de energía y tiempo para estudiar. Pero anoche llegaron amigos muy queridos y últimamente lejanos, y decidí cancelar el plan de acostarme a las diez para poder verlos.

En perspectiva me alegro. Si no me lo hubiera pasado tan bien, me alegraría por haber cometido ese error, saber mejor que es lo que me conviene y decir no la siguiente vez. Intento al menos ver con perspectiva mis acciones. No hay errores, sino pruebas, ni tampoco accidentes, sino posibilidades y riesgos que se materializan.

Como decia Tolstoi, "El secreto de la felicidad no esta en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace."

Mientras todo eso pasaba, o no, por mi cabeza, cené palomitas y coke, y de plato principal Kung Fu Panda. La película resultó muy divertida, ágil y espectacular visualmente. El guion era bueno, y explotó además del clásico humor físico y friki, los tópicos del genero. Frases como no hay accidentes, o la ya previsible sorpresa de que el pergamino mágico esté en realidad vacío. En concreto es un espejo que refleja a quien lo mira.

Este es un tópico interesante, aunque superficial. En la película decían que el ingrediente especial no existe, pero la sopa es especial - y tu también- si lo crees.

No tengo nada en contra de esto, pero yo haría otra lectura adicional. No hay ingredientes secretos. Ninguno. Todo lo que necesitamos está aquí. Y las cosas más especiales y maravillosas son absolutamente corrientes, aunque revelan su extraordinaria belleza si las miras con ojos limpios de monotonía y miedo.

La hermana pequeña de mi amigo estaba convencida que si iba a carísimos cursos de fin de semana de Kendo con profesores japoneses, entonces aprendería mucho más. Yo le insistí en que lo importante seria hacer kendo la mayor parte de los días, hacer del kendo algo vivo, practicar hasta que dejara de ser algo mecánico o incluso especial. Estaba demasiado cansado anoche para decirle lo que hoy he pensado, que la diferencia entre practicar con el profesor japones o el español estaba en la ilusión y la atención que ponía en esos cursos especiales.

Eso es todo lo que necesitamos cada día para vivir de verdad, con intensidad e incluso felicidad. Nada de trucos especiales, maestros remotos y técnicas ancestrales. No hay ingredientes secretos. Solo vivir sin miedos.



Escribo esto con sueño, en la pausas entre las docenas de averías de las que me avisa el móvil. Es más fácil ver las cosas en perspectiva cuando van despacio y agradablemente. Pero también tiene que haber momentos más difíciles para esforzarse. O mejor, para seguir viendo que siempre es fácil, y si no, es que no lo estamos enfocando correctamente.

Un abrazo

martes, junio 03, 2008

Despertar o regresar al mundo de todos los dias




















He vuelto a la ciudad. Ha costado solo una hora de tráfico, y un dia o dos para volver a estar presente en las calles de mi ciudad.

Repaso los dias -tres noches, dos dias enteros, más una mañana y una larga tarde- en el refugio. No hay demasiado que recordar. Arboles, un camino que sube y también baja.

Dormir, levantarse entre el canto de pájaros, acostarse tras un paseo en la noche oscura, casi negra, del bosque.

Llover, mojarse, encender un fuego en la chimenea para secar la ropa. Comer escuchando el agua del canal y el viento.

Reutilizar un tetrabrick como cubo para lavarte. Ante la falta de sofás y sillas reclinables usar los aislantes y el saco para plantarte en el suelo, o las escaleras, o en una buena piedra al sol.

Descubrir esos pájaros pequeños, el sonido del viento. Ver cada una de las piedras en el suelo del porche, mientras lo barres.

No tener apenas más que lo imprescindible, y pasar unos dias sin el resto. Y descubrir entonces que es necesario y cuanto no.

Siempre que hago estas cosas me cuesta adaptarme a la ciudad y su multitud. De ruidos, de gente, de objetos. Esta vez solo ha hecho falta un dia o dos para aceptar que estoy de vuelta, de regreso a la velocidad del sonido.

No ha sido muy divertido, ni tampoco aburrido, han ocurrido pocas cosas, cada una importante. Se que es solo un sitio al que ir, un refugio temporal.

El mundo no es solo asfalto y ruido, la carrera de la ciudad. Tampoco es los pacientes arboles, los encuentros con zorros y muflones en las montañas.

Es un poco de todo, un equilibrio. No es un equilibrio ideal, solo el único posible en el momento presente. Un equilibrio.

jueves, mayo 15, 2008

Una semana fuera























Fuera del blog, pero dentro de mi vida, que no es que sea complicada, es que tiene mucho relieve, como un papel de lija o una etapa del tour de Francia. Detalles, problemas, consciencia de los mismos, y la montaña rusa de los desafíos cotidianos, que nunca se detiene.

Se detuvo un poco. Pasé un par de días recluido, dejando el mundo afuera y dopándome de oscuridad y del resplandor de las series que tenia guardadas. La vida esperaba mientras, como un sabueso paciente, y cuando comprendí que no estaba consiguiendo nada en esa dirección, tuve que abrir la puerta.

Dicen que cuando dejas de tocar la guitarra un día, solo lo notas tu. Y que cuando llevas dos días sin tocarla, son tus amigos quienes se dan cuenta. La vida es así. Dejas de salir a su encuentro, le pones barreras al mar, y cuando te das cuenta estás torpe, confuso, y apenas puedes nadar.

Ahora sufro de dos cosas contrapuestas e interesantes al tiempo. Una es el alzamiento de mi ego, de la voz que comenta, añora, teme e imagina lo que está por venir. Mi cabeza es un lugar menos silencioso en que las semanas pasadas. La otra cosa es un aumento de la consciencia de ello, y un replanteamiento de actitudes, gestos y necesidades que no son míos.

Todo eso, las neuras, las costumbres, e incluso las necesidades que habitualmente experimentamos no son nuestras, pertenecen al habitante de la cabeza. De la identidad que forjamos toda una vida con juicios ajenos, temores y sospechas acerca de nosotros mismos, consejos publicitarios y experiencias varias.

Somos bastante más sencillos de lo que pensamos, más plásticos y perdurables. No necesitamos comprar cosas para sentirnos mejor o ser más. No estamos condenados por lo que nos ocurrió en el colegio o en un oscuro cuarto. Y somos capaces de cosas que no imaginamos. Porque en nosotros hay más que lo que pensamos. Porque sin pensar somos, y sin nombrarlas podemos hacer las cosas, y se conduce mucho mejor sin pensar en que marcha metemos. Porque sin darle vueltas a las cosas podemos resolver los problemas en lugar de enredarnos con ellos, vivir en lugar de temer y, sobretodo, estar en paz.

Aquí estoy de nuevo, desmontando un escalectric de necesidades innecesarias, miedos y limitaciones que me estaba creciendo. Limpiando y devolviendo a la sencillez el mundo y a la mirada con que lo percibo, dejando que las cosas pasen, y sobretodo, dejándome ser, más allá de esquemas o fórmulas.

viernes, abril 25, 2008

Intoxicado de cielo


















No lo suelo recordar, pero el cielo está siempre ahí, en todas partes. Puede estar oculto por el techo, por arboles o edificios. Puedes tener los ojos cerrados, o sentirte tan atado al suelo que tu mirada permanezca fija en el asfalto o el polvo.

Un dia o una noche, por alguna casualidad, la mirada se alza y permanece libre para poder ver lo que no es inmediato, lo inutil. Lo imprescindible, como el cielo.

El otro dia comencé a subir a la universidad en bicicleta. El camino sigue un buen rato la orilla del rio Segura, escasa de agua pero aún verde. En el horizonte veo indicios de colinas, pueblos lejanos, algunos edificios que extienden la ciudad más lejos. Por encima del horizonte, llenándolo todo, el cielo.

Cielo azul, con algunas nubes que reafirman ese color casi olvidado. Cielo inmenso, que se extiende en todas direcciones. Casi media hora de cielo. Mires donde mires está allí. Inagotable, inposible de medir, de cruzar o entender.

Tras esta inmersión de azules e infinitos la mente se detiene, porque no puede comprar ni cortar ni vender. No hay comparación exacta ni principio ni final. Solo el cielo, el sol, algunas nubes que viajan sin destino. La cabeza se detiene poco a poco, por lo infructuoso de su labor.

Y quien baja al poco de la bicicleta es otro, más sencillo. Por un rato.

lunes, marzo 17, 2008

Tao Te King 23






















Exprésate completamente;
después guarda silencio.
Sé como las fuerzas de la naturaleza:
cuando sopla el viento, sólo hay viento;
cuando llueve, sólo hay lluvia;
cuando pasan las nubes, brilla el sol.

Si te abres al Tao,
eres uno con el Tao
y puedes encarnarlo plenamente.
Si te abres a la visión,
eres uno con la visión
y puedes usarla plenamente.
Si te abres a la pérdida,
eres uno con la pérdida
y puedes aceptarla plenamente.

Ábrete al Tao,
y después confía en tus respuestas naturales
y todo encajará en su sitio.


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Aceptar la realidad es el modo de reconciliarse con el mundo. Un mundo grande, que contiene muchas verdades pequeñas, pero solo una lo bastante amplia para abarcarlo todo.

A veces siento en la garganta un sabor salado y dulzón al mismo tiempo. Es un zarcillo de melancolía, esa nostalgia por lo que nunca fue o lo que jamás tuve. El deseo de imposibles que busca atormentarme en mis rincones. Tras años de vivir nadando en mis tristezas y bebiendo de mis anhelos he reducido mis ambiciones, he rechazado mis mentiras.

Engañarse es el camino del dolor, la ruta que el miedo traza para nosotros. El mundo es infinitamente más sencillo que lo que creemos. Solo brilla un sol en un único cielo. Cada segundo nuestro corazón late una vez. En esta sencillez está la clave que sigue el tiempo para transcurrir.


martes, diciembre 18, 2007

Tao Te King 63, lo diffcil hacerlo dificil, lo grande pequeño























Quien practica el no-obrar,
y se ocupa de la no-ocupación,
encuentra sabor en lo insípido,
ve lo que es grande en lo pequeño,
y lo abundante en lo escaso.
Cambia el odio por vida.
Proyecta lo difícil donde es fácil.
Pone lo grande ahí, donde todavía es pequeño.
Lo difícil en el mundo, lo emprende
como si fuera fácil.
Lo grande en el mundo, lo emprende
como si fuera pequeño.
Por ello:
El sabio no hace jamas algo grande,
y así finaliza sus grandes acciones.
Quien promete con facilidad,
difícilmente mantiene su palabra.
Quien toma todo a la ligera,
tendrá muchas dificultades.

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El otro dia volví de bañarme en unas fuentes termales, bajo el cielo, y antes de acostarme ojeé el Tao Te King. Se ha vuelto una costumbre, un ejercicio de excavación con el que tengo siempre la esperanza de ver algo que aún no haya encontrado en el libro. Verme sorprendido por un poema ignorado, o encontrar en esta lectura o en esta traducción una nueva comprensión.

Ocurrió. Las ideas que he estado barajando sobre ordenar mi vida, reducir las dificultades que yo mismo genero y hacer facil lo dificil estaban plasmadas ya ahí.

faltan los detalles cotidianos, pero esos son cosa mia. Falta llevarlo a cabo, pero esa es la enseñanza, el verdadero aprendizaje. Vivir.

miércoles, diciembre 05, 2007

Tao Te King 23.


























Reduce las palabras
y todo irá bien.
Un torbellino no dura toda la mañana.
Una lluvia torrencial no dura todo un día.
¿Quien los causó?
El cielo y la tierra.
Lo que no pueden hacer durar el cielo y la tierra.
¿Como puede hacerlo durar el hombre?
Por eso, si obras con el Tao,
seras uno con aquellos que tienen el Tao.
Con aquellos que tienen vida, serás uno en la Vida.
Con aquellos que son pobres, serás uno en la Pobreza.
Siendo uno en el Tao con ellos,
así se te cruzarán los que son pobres con alegría.
Pero donde la fe no es suficiente
no hallarás fe.

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Ya habia publicado este poema del Tao te King. Aunque la traducción era muy distinta, como puedes ver. Pero los primeros versos me parecen tan adecuados a mi situación, que he decidido volver a publicarlo con esta hermosa traducción.

Lo que no pueden hacer durar el cielo y la tierra.
¿Como puede hacerlo durar el hombre?

No puede. Yo al menos no puedo, no sin pagar el precio de perder lo mismo que quiero conseguir. Lo que deseo de la vida es posible, pero el secreto no está en esforzarse aún más, ni en soportar mejor la frustración de quedarse a medias. Ni en renunciar y detenerse para siempre.

El secreto puede ser realizar las cosas con la máxima sencillez y el menor esfuerzo posible. Armonizar tus actos para que no sean una serie de rupturas y triunfos desesperados, sino resultado natural de las acciones. Suave y continuo, en lugar de duro y al borde de la extinción.

Prescindir de lo que no sea necesario y preservar lo que sí. Saber que es dañino y no intentarlo, y administrar lo fácil y lo difícil. Quizás buscar hacer lo difícil más fácil, eliminando obstáculos y disolviendolos allí donde nacen primero, en mi mente.

Y recuperar las cosas verdaderamente importantes. Una tarde, el silencio dentro y fuera de uno mismo, disfrutar lo que haces. Volver a vivir al sol.

martes, noviembre 13, 2007

Mi reino mi alfombra




















Aquí estoy, estos días que trabajo poco, que preparo mi examen y se acerca el invierno. Tengo el atlas de anatomía, los apuntes, una libreta para dibujar músculos y articulaciones, mi cojín y un brasero eléctrico.

No hace mucho frío por aquí, y tengo un escritorio monísimo de color caoba. Pero ¿quien quiere una mesa teniendo el suelo? Y ¿quien quiere cuando empieza el frío el suelo teniendo una alfombra de lana, peluda y cálida? Mi alfombra es grande y mullida, blanca como otros muebles de la habitación, y como no se puede caer más abajo que tendido en ella, en ella estudio, escucho música bajita y de vez en cuando miro por la ventana. Miro el trozo de cielo que asoma entre edificios y antenas. No es mucho cielo, pero basta, y se ve mejor desde el suelo.

Será que tengo más de gato de lo que recordaba. O de niño, porque de crío amaba leer y jugar en la gruesa y dura alfombra de casa de mis padres.

Quizás la alfombra es eso, la realidad más básica y necesaria , el suelo, del que sillas, sofás y camas son solo sustitutos.

Sea como sea, aquí estoy. Si te animas estás invitado a un té. ¿Donde? En mi casa. Y en la alfombra, claro.

viernes, octubre 19, 2007

Un palido punto azul, Blog Action Day



No soy de marchar en formación, ni de hacer desfiles. Tampoco me gustan los uniformes. Ni los dias mundiales.

Pero al leer lo del Blog Action Day y el siempre bienvenido y bienintencionado propósito de que todo marchemos a la par por una buena causa, esa uniformidad -bienintencionada y pelin torpe- me ha recordado unas palabras sabias que leí en Fogonazos, y que quizás no vengan a cuento. Ni tampoco tengan que ver con el medio ambiente, pero que si hablan de algo global, mundial e importante.

De un pequeño y pálido punto azul.

Un abrazo

jueves, septiembre 27, 2007

Simplificando






























El lema de este blog es "El arte de vivir consiste, únicamente, en proceder con sencillez" .

Lo descubrí al poco de comenzar, y quedé tan fascinado por la idea que lo escribí en letras grandes, debajo de lo del título. Incluso me lo repito de vez en cuando, y acaba siendo cierto.

Pero hay casi siempre un salto entre lo que creemos que pensamos y lo que pensamos realmente. Sabemos que es bueno y malo para nosotros, pero hay un camino hasta que ese conocimiento se convierte en nuestro modo de vivir.

He pasado unas semanas de desajuste, entre el verano y el otoño, el final del año anterior y el principio de presente. Vuelvo a ser un estudiante, que empieza los años a mediados de septiembre y los acaba a principios de ese mes.

Y ahora empieza un año nuevo, un nuevo ciclo, con nuevas ilusiones, proyectos y esperanzas, y otros que aún deben continuarse. Que algún día llegarán a puerto pero aún son frágiles y necesitan aliento y determinación.

Y entre todos los proyectos recordar que el más importante, aquel donde confluyen los otros y sin el que no tienen sentido, soy Yo.

Casi me han tenido que convencer para ir un poco más despacio, porque mi entusiasmo y torbellino interior me arrastran y pierden. Dormir, cuidar mi cuerpo y mi mente algo más. No llegar al final de curso agotado, ni ponerme malo porque lleve varios días sin dormir. Disfrutar más de lo que hago, haciendo menos.

Reconocer los pasos de cada día y darlos con cuidado, con amor si puedo, pero siempre aceptarlos como lo que he decidido hacer. Poder mirar atrás y saber como he llegado donde estoy. Y sobretodo no perder nunca la fe en que siempre hay lugar para un paso más.

Para no perderse, simplificar. Como dijo Lao Tse, quien se contenta con estar contento, siempre estará contento.

Un abrazo