viernes, diciembre 17, 2010

Siguiendo el mapa







Aquí me hallo, siguiendo el mapa, buscando pistas en el dia a dia para llegar en alguna hora futura a mi destino. No siempre camino en dirección a ese crepúsculo añorado. Ir al super, sonreir mientras trabajo, escuchar con atención cuando regresa cansada del trabajo, preparar la comida no son modos de ir a ninguna parte si tus sentidos no son extremadamente agudos. Son solo estar, lo que no es poco.

Pero si tu sensibilidad no está embotada verás que las mismas señales aparecen una y otra vez, solo aparentemente confusas, secretamente ordenadas, y que una tenue brisa te indica la dirección. El miedo me lastra todos los dias, y el cansancio también. Pero se que aunque tema hacer círculos estoy viajando, aprendiendo, trazando espirales en el mapa que me llevarán algun dia a saber donde estoy, quien soy, que es lo que significa esto...

Ese dia todo tendrá sentido, y el mapa y yo seremos lo mismo.

martes, noviembre 09, 2010

La procrastinación es el ladrón del tiempo





























Hoy he encontrado en esa inmensa cadena de palabras que es la red, el nombre de uno de mis mayores problemas existenciales. Procrastinación. En el lenguaje corriente, dejar para mañana lo que no te apetece hacer hoy.

Soy una persona bastante activa, o lo he sido, pero como a mucha gente, me alivia secretamente dejar aquello que no me gusta o que me da miedo, para después. Después, ese lugar en el tiempo que endulza, con el almibar de la culpabilidad y la anticipación del esfuerzo, el momento presente. Como darse una vuelta más bajo el edredón calentito en una mañana de invierno, dejando para el yo del futuro -ese que no eres tú, aún- la tarea de enfrentarse a un mundo helado y lleno de responsabilidades.

La procrastinación es el ladrón del tiempo. Y así, como un furtivo mefistófeles, te exigirá en el futuro tu paz, tu éxito, la oportunidad que vendiste por una tregua más en el deber.

¿Son demasiados los deberes, los compromisos, las exigencias? Lo mismo sí, aunque algunos pueden y poco a poco voy renunciando a ellos, y otros no se puede o no se debe renunciar a ellos, porque entonces, si somos lo que hacemos, apenas seriamos nadie.

Procrastinar es una palabra curiosa, interesante, casi bella en sus multiples "erres". Mientras disfruto de su belleza, ¿estaré escribiendo para evitar hacer otra cosa...?



sábado, noviembre 06, 2010

Meditación para simples





















Estoy volviendo a un camino que había perdido.

Ignoro por cuanto tiempo pisaré esta senda, y solo sé seguro que me he de perder de nuevo. Pero la vida es tridimensional, no está atrapada en una plana hoja de papel.

Si no perdemos la perspectiva por el desánimo, nos daremos cuenta de que no existen los circulos viciosos, sino que en el mejor y peor de los casos nos movemos en espirales. Volveremos a caer y a triunfar, a dormir y despertar, pero jamás esteremos en el mismo nivel que ayer, aunque solo sea porque el tiempo nos hace avanzar por su escalera.

Así, vuelvo a recordar mis sueños, a veces percibo casualidades que forman parte de esquemas tan amplios que no pueden simplemente serlo, y estoy volviendo a meditar. Eso sí, descalabrado como estoy del sentimiento de gracia y de las alturas, he tenido que empezar de nuevo con humildad. No soy hoy aquel que se subia a la montaña a buscar la trascendencia, pasaba horas meditando y contemplando, esperando la recompensa de un sentimiento, una visión más clara o un misterio por entender.

Mi mente es otra vez un mono inquieto que me arrastra de un punto a otro, más interesado en las luces y adornos cambiantes que en la permanencia del cielo y la tierra.

Soy pequeño, y aunque la espiral del tiempo me salva de cometer alguno de los errores del pasado, me busca otros nuevos para poder aprender de nuevo. Siento que debo meditar, pero he perdido el entrenamiento mental y físico. Mientras tomo de nuevo el sendero de un pensamiento claro y en paz, sin miedo, he tenido que adoptar la cuesta más suave, la forma más sencilla de meditación, para no agotarme.

Cierro los ojos, y en la cama o en el bus, comienzo a respirar por la nariz. Cuento la primera espiración, intento estar atento a la entrada siguiente del aire y su salida para no dejar hueco a otros pensamientos, y cuento la segunda. A los pocos alientos mi mente se pierde en otras cosas, pero vuelvo a contar desde uno, hasta que las fuerzas y el interes se agoten.

Mañana continuaré, espero. Solo puedo esperar, sin obligarme o culparme, que llegue a contar quince o cien, a cinco minutos o media hora. Si vuelvo a perderme en esta sesión o si no vuelvo a hacerlo, no importa. Otro dia mi camino continuará por aquí, si es posible, si es lo que debe ocurrir.

Mientras, solo importa dar lo mejor con cada aliento, en ese universo diminuto y sin limites tras mis ojos cerrados. Tomo aire y cuento.

Uno...


jueves, noviembre 04, 2010

La vuelta





















Me he casado, y me he ido de honey moon a los USA.

Me he quemado los labios con la deliciosa pizza de a 1 dolar en Broadway, he desayunado una montaña de panqueques a las cuatro de la madrugada en Las Vegas, y comido judias a lo pionero en un rancho de juguete.

Y he vuelto a casa, con el tranquillo cogido a New York y a las Vegas, con ciertas ganas de regresar a estas tierras y más aún de volver a la mia. Lo bueno de desear lo casi inevitable es que sueles salir recompensado, y ya estoy en mi tierra, en mi casa, con mi novia, perdón, esposa.

Los primeros días se fueron en devolver los turnos extra que me cogí para tan largo viaje, y ahora se trata de organizar eso tan tonto y tan simple que es la vida. No toda mi vida, afortunadamente, sino el trocito que tengo a mis pies. Y menos mal, porque si no el vértigo me alcanza, me mareo y tengo ganas de acostarme para salir mañana.

Que es lo que voy a hacer. Que no voy a hacer, y lo que haré pese a desear quitarlo de mi rutina y todo lo que faltará de mi vida cotidiana por las mismas razones. Esa franja, ancha o estrecha si la miras, que es la realidad, la verdad, el universo. Vivir.

Y así, no quiero mirar lo que puede ser, como un libro que se te abre por el final, como una predicción para el sabio. No miraré mi vida y dejaré que crezca en la luz de la luna y las estrellas, que mañana por la mañana me sorprenda el camino, me lleve a donde me lleve.

Además, ahora camino en buena compañia...





jueves, agosto 12, 2010

Promethea, de Alan Moore































Alan Moore probablemente sea el mejor guionista de comic de todos los tiempos, y uno de los mejores escritores britanicos de los últimos cincuenta años. No soy el único en pensarlo, y muchos amantes del comic o no, conocerán historias como Watchmen, From Hell, La liga de los extraordinarios caballeros y otras más, ya sea en sus extraordinarias versiones en comic o las lamentables adaptaciones cinematográficas.

Un narrador extraordinario, Moore demuestra ser un artista profundamente humano en Watchmen, un erudito en From Hell, un enamorado de la literatura del siglo XIX en La Liga... e incluso un anarquista en V de Vendetta.

Promethea es una hija de la madurez, y mucho más extraña aún que sus hermanos de ficción. Cuando iba a cumplir los cuarenta años, Moore se anticipó - o al menos eso dice él- a la crisis de los 40 haciendose mago. No de los de chistera y baraja, sino de los de pentagrama y tabla cabalista.

Siguió haciendo comic como financiación, costumbre o por amor a las viñetas, pero sus historias pasaron a tener más caracter de experimento, revisión y exploración del comic, o pedagogia. Y eso es Promethea. Un tebeo fascinante sobre una historia viva, una semidiosa que sucesivamente se ha encarnado en aquellas mujeres que contactaron con un mito que existe desde la antiguedad y reaparece periódicamente en forma de leyenda urbana, tira cómica o poesia.

Promethea es hija de la magia y la imaginación. Alan Moore nos habla de la validez de los sueños, la libertad de las ideas y la responsabilidad que todos compartimos por vivir en este de entre todos los mundos posibles. Y por si fuera poco, nos da un exhaustivo pero comprensible curso de tarot, cabala, cosmologia hermética y ocultismo.

Esta noche, de un tirón he acompañado a Promethea en un viaje por las esferas del cosmos, en busca de Dios y del marido de una amiga muerta. He aprendido más de lo que esperaba sobre alquimia y magia hermética, y me han parecido admirables todas esas artes pues acercan el universo, el ser humano y Dios a la limitada razón.

Pero después de haber visto un pequeñísimo resumen del edificio que construyerón durante tantos siglos místicos, cabalistas y hechiceros, me pregunto si no es camino muy largo, un andamio innecesario aquel que te oculta lo que deseas ver.

Siento para mí, que aquello que apenas imagino, que me cuesta vislumbrar en los momentos más claros, está ya aquí. No es cosa de contruir herramientas para ver objetos lejanos ni sistemas lógicos para diseccionar lo divino y reducirlo a lo humano. Entiendo y siento que mi camino es el opuesto, reducir el equipaje de miedos, diferencias y prejuicios, olvidar pasado o futuro, y simplemente ser...

lunes, agosto 09, 2010

Tao Te King 53, o el estado del mundo



























Si tuviera un firme conocimiento,
marcharía por el gran camino,
con el solo temor de desviarme.
El gran camino es llano,
pero la gente vulgar gusta de los senderos escarpados.
La corte está corrompida;
los campos, abandonados;
los graneros, vacíos.
Ropajes lujosos,
afiladas espadas al cinto,
manjares hasta saciarse
y riquezas sin cuento,
a todos ellos hay que llamarles jefes de bandidos.
Un jefe de bandidos,
está lejos del dao.


Cuando miro el mundo, veo lo que cualquiera puede ver. Despilfarro, confusión y hambre. Lideres confundidos o directamente irresponsables. Y mucha estupidez.

Me digo que es lo más lógico, pues la estupidez de hoy nace de la confusión y la mala conciencia de ayer. Que los intereses que más pesan son los de quienes desean mantener el mundo desequilibrado para lucrarse de ello, pese a las consecuencias que halla de tener.

El mundo no es malo, ni estúpido, ni injusto. Es solo lo que nosotros hacemos que sea. Somos los estupidos, los malvados y los injustos. Pero si lo somos es porque no estamos preparados para hacerlo mejor, sea por ignorancia o falta de deseo.

¿Está mal que el mundo y nosotros nos encontremos así?

¿Ahora mismo podria ser de otro modo?

domingo, agosto 08, 2010

Soledad y multitud















Puedes encontrarte solo entre un multitud. Y buscar una soledad aún más perfecta en tu casa o en una montaña. Y encontrar la paz en ese espacio silencioso e infinito, y acabar reconociendote en ella. Convertirla - la soledad- en un refugio, en un hogar, y no desear casi nada más...

Ahora vuelvo a vivir con alguien, soy feliz viviendo con alguien, y hasta me voy a casar con esa alguien. Y sin embargo la soledad sigue estando conmigo, como una sombra, como un vigilante hecho de luz de luna y silencio. Un deseo que comparte mi corazón con mis otros amores, y que de algún modo proyecta sombras en mi vida cotidiana.

Vivir con alguien es compartir, interpretar a duo los momentos que componen tu dia. Abrirle la puerta a familiares que son tuyos desde hace apenas nada, y saber que no estás solo. Hay alguien que te quiere, te ama, tan próximos como puedan estarlo dos adultos.

Y eso al fantasma de mi soledad no le gusta. No puede alejar a mi otro amor, ni a mis nuevos sobrinos, en especial al pequeño ninja de seis años. Pero puede hacerme suyo en los momentos intermedios. Robarme a los amigos que están un poco lejos y aquellos que lo están mucho. Retirarme el teléfono, perderme el papel de cartas, quitarme las ganas de charlar o escribir.

Así, en estos dias de compañia y complicidad, me encuentro a ratos más alejado del mundo que nunca. Y quizás fue porque para hallar la paz necesité hacer un pacto con la soledad, y ahora no se como romperlo... Quizás es porque el mundo es un problema más sencillo cuando apenas tiene incógnitas.

He vuelto aquí, y me ha costado escribir más que antaño, y sin embargo me hacia falta, como siempre. Pero la promesa de un rato en paz, en blanco, en silencio, en la nada... me sigue pesando en el hombro.

martes, julio 27, 2010

De ocho meses, una boda y muchas cosas más...




























Saludos.

Hace tiempo que no visito el blog. Tanto, que me encuentro falto de práctica, con partes que me aprietan y otras que quedan sueltas, como si fuera ropa heredada. Cosas de la vida.

Sigo rodando por el mundo, más preocupado por vivir que por contar porqué vivo, aunque no más iluminado que ayer, sino mucho más terrestre. Feliz pero sin demasiados cohetes. Exactamente la sensación con que despierta un ganador de la loteria meses después del premio. Cosas de los humanos, que no están del todo preprarados para alcanzar sus deseos.

Y sin embargo feliz. Porque me caso con mi novia, la mujer más fascinante, divertida e interesante - además de guapa, maja y todo lo que suele decirse...- de mi mundo.

La boda será en Octubre, y tras meses de preparativos, de rituales para organizar un ritual mayor, solo faltan dos meses y medio para el acontecimiento. Algo estupendo e improbable, como hubiera dicho antes, pero si la selección Española ha ganado el Mundial de Futbol, todos podemos tener un gran dia.

¿Que más ha ocurrido en los últimos ocho meses? De todo, viajes, trabajo, estudio, descanso, alegria, desanimo, y la eterna búsqueda del sentido de todo esto, aún en medio del torbellino. Sin demasiadas respuestas tampoco...

Un abrazo y hasta pronto. Espero.

jueves, enero 14, 2010

El reencuentro , de Bertold Brecht













Un hombre que hacía mucho tiempo que no veía al señor K. le saludó con estas palabras:
-No ha cambiado usted nada.
-¡Oh! -exclamó el señor K., empalideciendo.

Historias del señor Keuner de Bertold Brecht





Pues sí, el universo se mueve, los cuerpos crecen o se achican - las orejas solo crecen- las estaciones cambian sobre una tierra que da vueltas alrededor del sol. Desear quedarse como estabas es un capricho que la evolución paga con dureza, por muy dinosaurio que seas. Y aquí estoy yo, con los zapatos de un hombre moribundo y un poco de miedo.

Solo que el miedo es solo un lastre en este viaje, y me estoy cansando del color de la pintura y de los muebles de este cuarto. Tendré, por mucha pereza que me entre, que cambiar para poder continuar parecido.

Mientras voy de tiendas, un abrazo

martes, enero 12, 2010

Se busca !!!


Me busco, y no me encuentro. Hoy he entrado, tras seis semanas de parada biologica- visceral e inopinada- en el blog, y respondiendo comentarios de lectores japoneses ¿? he releido entradas de hace dos o cuatro años sin reconocerme.

Me ha gustado como escribia ese extraño del pasado -algo dramatico en el texto, entretenido, petulante y culpable de ello al tiempo. Pero las afirmaciones y problemas se han visto superados o desmitificados por el paso del tiempo, y lo que es peor, algunas cosas no se han resuelto, o no se puede imaginar si han de llegar.

No se quien es Ashbles, y me dirigiré ahora a el con su nombre y titulo completo, como la educación exige de los desconocidos. Ese tal William Ashbles, Squire, con el que he firmado tantas veces e incluso me he registrado en más de un foro o página de internet.

Comencé este diario hace unos años, en concreto el 11 de septiembre de 2005, y el hombre que se estaba convirtiendo en W. Ashbless es distinto del que ahora se está convirtiendo en otro. ¿En quien? No lo se.

En alguien diferente. Tiene de momento 36 años, vive en pareja y es feliz, aunque no sin insatisfacciones. Tiene menos miedo y también menos tiempo. Se casará a finales de año, será padre en un futuro, y quizás tampoco sea hijo en unos años. Practica el kung fu, aunque con más profesionalidad que mistica. Se cuida más y duerme mejor, aunque tiene que dedicar más tiempo a su vida familiar y menos a sus rarezas.

Ha ganado sabiduria, aunque probablemente más por viejo que por erudito, y aunque es más seguro, tiene menos ganas de hacer esfuerzos extraordinarios. Lee un poco más, tiene una wii, medita menos y ve igual de poco a los amigos.

El balance es bueno, sobre todo por la angustia y el miedo que han quedado atrás, aunque no se si era ese el combustible que me llevaba a este diario. También me siento menos importante, o menos trascendentes mis vivencias.

Y no se como me llamo, aunque durante bastante tiempo me he llamado William Ashbless - Squire. Un abrazo