sábado, febrero 20, 2016

No todo el que anda errante está perdido





De todo lo que la palabra puede necesitar, nada es más importante que el silencio.
El silencio para poder ser escuchada, pero también el silencio para que la palabra pueda nacer y tomar forma.

Cuando se comienza a practicar la meditación el primer silencio de la mente se llena de ideas de todo tipo... Cosas olvidadas, autenticos miedos, anhelos, creencias... Es el silencio de la mente la que les da lugar. Es solo un primer paso hacia un bien mayor pero es valioso por si mismo pues de otro modo no los conocerías.

 Esta mañana me encuentro en la soledad de mi trabajo, escuchando a Al Green, con un taco de apuntes en un lado y la cabeza descansada por la primera noche de descanso en meses. De este silencio ha salido el recuerdo de este diario y el impulso de volver a escribir.

Han pasado meses desde mi última visita al blog y mi vida ha vuelto a cambiar de una manera que no imaginaba. Un familiar muy muy cercano tiene un problema de salud que me resulta muy doloroso, mis prioridades se han redefinido y la vida que inevitablemente tenia imaginada ha vuelto a descarrilar como tantos otros sueños de andar por casa.

Afortunadamente estoy reaprendiendo lo valioso que es el tiempo que tenemos y atesoro cada gesto, cada palabra y cada caricia como siempre debí hacer.

Me habia matriculado en un ciclo superior de informatica. Estaba concentrado en hacer funcionar de nuevo trabajo, familia y estudios. Porque me gusta verme como un malabarista, manteniendo un sin fin de bolas en el aire. Pero eso es una tonteria. No lo soy y las cosas que más importan no siempre son las que quieres hacer ni a las que dedicas el tiempo. Así que por aquí sigo, tomando decisiones más correctas por accidente y a la fuerza caminando. Me han quedado eso si las bolas, que no tengo valor a arrojar lejos y me llenan el dia de ruido. Si soy capaz de encontrar un momento intento trepar por la pirámide de Maxwell y recuperar algo de la lucidez que tuve en algún momento.

Me encierro en el baño, pongo un contador de tiempo en el teléfono móvil y mirando un punto dibujado en la puerta me pongo a respirar. Estoy atento a todo lo que hay, como si mirara el universo por el rabillo del ojo. Si surge algún pensamiento lo dejo fluir y lo observo ya que no es mio, es de mi ego. El silencio está lleno de ruido, de la tormenta interna. Pero poco a poco, minuto a minuto esta va convirtiéndose en lluvia, en un goteo.
Un día mi mente estará en calma unos segundos, un minuto. Y entonces un sol de claridad, de paz y de consciencia brillará en ese cuarto de baño, sobre el hombre ya de mediana edad sentado en la taza cerámica. Sin budas, sin inciensos, sin gongs ni mantras. Sin nada de eso aún puede llegar el Observador que estoy esperando. Pero yo ya no estaré esperandole, porque siempre he sido él.

Mientras eso llega quiero compartir herramientas que te pueden ayudar si tienes poco tiempo y espacio pero cuirosidad por ver a donde puede llevarte esto. Solo necesitas entre 5 y 10 minutos al dia, un telefono movil o un cronometro de cocina y un sitio tranquilo. Que puede ser un templo, un cuarto vacio o el aseo si como me ocurre a mi no tienes otra cosa.

Estas son herramientas que he usado y me parecen interesantes


Meditation Helper
Cronometro para meditación
Buddhist Meditation Trainer

Son todos cronometros muy sencillos, apenas más que un reloj de cocina. Únicamente el último tiene un sistema de progresión, pero es poco intrusivo. Mi experiencia es que no necesitas más para meditar, el resto son solo distracciones. Por supuesto el camino que tomes seguro que será el más adecuado para tí.

Ignoro cuando se volveré a estas páginas. Gracias por darles sentido. Aprovechad el tiempo en las cosas realmente importantes, merece la pena.