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domingo, octubre 15, 2006

y regreso...

Empezo ayer mi regreso.

Fue una aventura. Bus a las 4:30 AM, nevada que nos deja atascados en medio de la nada hora y media. Bromas, buen ambiente, estrecheces tremendas esas 12 horas de vuelta...

Ayer llegue por fin a Manali. Cogi el buen hotel de antes. Me encontre con unos espanoles en su septimo viaje. Compartimos compania, anecdotas, ideas...

Hoy he hecho unas compras. Perdi mi gorra fea y gris, demasiado lavada. Esa que a ti te daba algo de verguenza verme con ella puesta. a mi me encantaba.
Ha sido imposible encontar una gorra que no lleve marcas, mensajes o etiquetas. Ahora me estoy protegiendo del sol con un gorro local.

Esta tarde bus a Delhi, noche en las curvas y baches del camino. Manana otra vez Delhi. Debo pasar todo el dia alli. Ahora que no soy presa facil de tanto pesado, intentare visitar algo la ciudad.

Y regreso. Siento ya hace unos dias, que deseo volver, que hay cosas que me estan esperando para empezar, gente a la que quiero y deseo abrazar, el resto de mi vida debe comenzar.

Y volvere a mi cama, a mi bano y a comer tortilla. Al trabajo, empeare mi nueva carrera, y todos los dias seran diferentes, aunque en el mismo sitio.

Hace una hora tenia unas ganas tremendas de volver, pero ahora me doy cuenta que voy a echar de menos la carretera.

Volvere...

La tierra de los dioses, Spiti Valley


























Kipling al contemplarlo dijo 'alli deben vivir los dioses, porque no es lugar para los hombres'.
En el ultimo siglo esto no ha cambiado nada.
Cojo el bus a las seis de la manana, ente timidos intentos de estafa por parte de los taxistas y la amabilidad de los lugarenos. Es un viaje de 11 horas.
Llevo el cubo de rubick, que ahora me parece mas comprensible, el senor de los anillos en ingles y mi considerable paciencia.

Todo es necesario y al mismo tiempo prescindible durante el viaje. Es mas, solo por ver y fotografiar lo que me encontre por el camino merece la pena pasar por esas horas de baches, polvo, frio...

Como es Spiti Valley?

Imaginad que los dioses hubieran creado un lugar para vivir, a la medida de la eternidad. Montanas enormes y severas, cauces secos para rios como el mar. Valles inmensos y vacios, y no mas vida que las montanas y el viento. Y por supuesto el cielo, tornadizo y feroz.

Y entonces los dioses se fueron a trabajar mas alla, y entre los miles de anos en que transcurre su paseo los hombres han venido. Pero no a coloniar, a ocupar. Eso es imposible.

Los rios de los hombres son apenas arroyos en las inmensas cuencas. Sus casas infimas manchas blancas en la eternidad, y sus escasos frutales nada en la inmensa riqueza de rocas y polvo.
Y sin embargo los hombres no sienten temor. Levantan casas, monasterios y pueblos perdidos en un espacio inmenso. Estan quemados por el sol y el viento, hombres mujeres e incluso ninos de pecho. Pero viven.

El viaje fue pues una inmensa e increible pelicula de ciencia ficcion. Paramos en puntos de aprovisionamiento en medio de la nada para tomar el desayuno y el almuerzo. Nos detuvimos para fumar u orinar en lugares magicos e imposibles, y luego fue bajando la gente en pequenas aldeas, o junto a un cruce de caminos. Siempre subia y bajaba gente, tal es la obstinacion humana por vivir, aunque sea en la tierra de los dioses.

Encontre albergue con agua caliente en Kaza, la capital del distrito. Parece como si alguien hubiera volcado un saco de casas y pequenas tiendas en el interior de un frio y encerrado valle. El cielo esta delimitado por las montanas vecinas y mas alla de las horas del dia todo esta cerrado. Al sol sientes un fuerte calor y te quemas enseguida, y sin su calor el frio entra hasta lo mas hondo.
Yo iba mal equipado, y compre guantes y una bufanda por el camino. Luego descubri las bufandas y calcetines de lana locales, y he hecho acopio para el invierno, aunque dudo que en murcia sea necesaria tanta lana.
Visite el pueblo cercano de Ki, pero en esa tarde algo triste, wagneriana y tormentosa perdi el deseo de subir los ocho kilometros hasta el monasterio. Vi que era un conjunto de pequenos cubos colgados contra el cielo, y en la tarde cada vez mas oscura y ventosa no quise compartir esos pequenos muros con los monjes. Me marche pensando que seria vivir alli, solo acompanado por del cielo, unicamente cambiando dia y noche.
Visite tambien Tabo, donde converse con una encantadora maestra de escuela en ese soleado y perdido pueblecito. Me acabo preguntando cual era mi sueldo, y al confesarlo algo avergonzado se quedo entumecida. Ella gana 60 Euros. Es la primera persona que me ha dicho lo evidente. India es un pais muy pobre. Me trajo un te que hizo en su propia casa para mi y charlamos mas, me trajo a su hija, nos sacamos unas fotos...
El pueblo era un sitio abierto y precioso. El gompa local esta ocupado por obreros que despejan sus milenarias ruinas. Otros levantan cerca un nuevo monasteri, y le saque unas fotos a los ninos del pueblo. Incluso aqui los ninos juegan con pistolas.
Bueno. Museo, comidas, cenas, cierto tedio... Ahora he regresado a Manali y esta tarde empieza mi vuelta.
Se me olvidaba... A mas de 3500 metros de altura, en condiciones de nula contaminacion luminica y alta sequedad, el cielo es increible....


sábado, octubre 07, 2006

Gangotri, Gaumukh y vuelta a Rishikesh


He regresado a Rishikesh tras mi primer viaje al Himalaya.
Despues del esfuerzo, la emocion y la fatiga, volver a Rishikesh es como regresar al hogar.

Ha sido un viaje relampago, aunque un relampago algo lento.

Un problema permanente en los himalayas es el de los desplazamientos. Las carreteras solo son posibles siguiendo las vertientes de montanas y valles, y la longitud exagerada de las rutas se ve agravada por el estado y naturaleza de las carreteras.

Generalmente no se puede exceder los 40 Km/h, y la velocidad normal es de 20. Asi, para ir a Gangotri he necesitado 12 horas en jeep, y 9 de regreso en un taxi. Un dia de ida, otro de regreso yel de enmedio para andar por la montana.

No es ningun tiempo perdido. La experiencia de compartir el jeep con otras diez personas se atempera con el espectacular paisaje, los encuentros y una gran dosis de paciencia e introspeccion.

Los encuentros han sido fascinantes. La parlanchina y amable pareja judia con que he regresado. Tambien las estudiantes universitarias -practicamente ninas- que nos recogieron a mi y a otra viajera israeli a medio camino pues no conseguiamos un jeep de continuacion. Nos acribillaron a preguntas, invitaron a un chay y acabamos haciendonos unas fotos y intercambiando direcciones.
El ultimo encuentro de ese dia fueron los dos shadus que subieron en la ultima parada al jeep. Uno era un silencioso hombre en la cuarenta, similar al resto de mendigos y santos que visten de naranja. El otro era un ruso de casi treinta, con aire de cristo enorme y divertido, que llevaba cuatro anos aqui, y se le notaba que se lo pasaba de miedo.

Gangotri es un pueblo que se encuientra a 3000 metros de altitud, un lugar mas santo que Rishikesh, pues se encuentra mas cenca del nacimiento del sagrado Ganges. Cogi alojamiento, en un albergue con pinta de hotel, pero cuyos suelos y techos, y algunas puertas habian sido montadas con maderas de embalaje, y aun mostraban direcciones y marcas.

Hacia bastante frio cuando el sol se ocultaba, y tambien al entrar al amanecer en el parque natural cercano. La ruta sigue la corriente del Ganges hasta un pequeno campamento, a 14 kilometros, y desde alli se hacen los ultimos 5 hasta el glacial Gaumukh, donde nace el rio.

Los primeros 7 kilometros se hicieron a pie, por un camino blanco y a veces bueno, en la escarpada ladera del valle fluvial. Entonces aparecio un guia con varias mulas libres, tantas como eramos los presentes, y me encanto la posibilidad de montar. Los demas se dejaron llevar y pasamos un rato bastante divertido y descansado durante los 7 siguientes kilometros.
Las mulas tenian tendencia a tomarse el camino con calma, pero eran mansas y agradables, y cruzaban los arroyos de montana mejor que un jeep.

Por el camino nos cruzamos con muchos porteadores, que acompanaban a otros peregrinos. Era impresionante verlos con pesos enormes, a veces de mas de 50 kilogramos, y sin embargo sonrientes y saludandote con una amabilidad que no era siempre extensiva a sus patronos.
Otros porteadores llevaban provisiones al campamento a 14 km del pueblo, incluso un hombre con dos bombonas de butano a la espalda. Porque no usar mulas para el aprovisionamiento? Porque los peregrinos pagan mas por ellas que lo que cobra un porteador.
En India las matematicas del esfuerzo humano cuadran de otra manera.

Llegamos al campamento. En la guia Lonely Planet el recorrido se recomendaba en tres dias. Uno para ir al campamento, otro para alcanzar el glacial, y finalmente otro para volver a Gangotri. Pero yo no queria pasar mas tiempo del imprescindible. Me queda mucho por ver en este pais, y queria regresar al pueblo esa misma noche.

Con quien se animo nos acercamos al glacial. Las montanas nevadas que se aparecian majestuosas y cambiantes durante el acercamiento eran ahora reyes impavidos y colosales. La luz del medio dia les daba a su corona de nieve un brillo cegador, y conforme empezo a caer la tarde un tono leonado.

Los cuatro primeros kilometros de los cinco fueron aceptables y rapidos, pero el ultimo fue penoso, buscando sendas y pasos entre rocas a veces colosales, retrocediendo y avanzando. Al final llegamos al glacial. A 4000 metros de altitud, una gran pared de hielo verde, de la que nacia el rio sagrado.

Mucho hielo se habia fundido durante el verano, y mas con los monzones, pero aun era impresionante, casi demasiado para poder aceptarlo. Trozos de hielo mayores que yo estaban a cierta distancia, como cubitos abandonados y a punto de derretirse.

Tras las fotos y el homenaje al altar de Shiva y su lingam, regresamos. Eran las cuatro de la tarde, pero sentia la imperiosa necesidad de volver al pueblo, hacer una llamada y partir a la manana siguiente.

Me encontraba bien, despues de los primeros 15 km siempre es igual, entonces el cansancio solo esta en el corazon, las piernas se han calentado y solas hacen lo que mejor saben.
Me despedi de los otros viajeros y tras un te y unas galletas sali casi al trote hacia el pueblo. Eran 14 km y sabia que me iba a alcanzar la noche, pero tenia mi linterna y sabia que la luna estaba llena.

Avance lo mas rapido posible, por un camino blanco e irregular, que generalmente bajaba pero tambien subia. Conforme la luz fue declinando la belleza del valle era mas fantastica e irreal. Yo corria, queriendo aprovechar la ultima luz, y en un momento me imagine a los pobres Hobbits del Senor de los anillos, pequenas figuras huyendo entre enormes montanas crueles.

Por mucho que corri me alcanzo la noche. Mis rodillas empezaban a pagar tanta carrera y descenso, y mientras use la linterna reduje algo el ritmo. Afortunadamente el camino era blanco y brillaba debilmente contra la escarpada caida.
Luego me di cuenta de una luz difusa y fantasmal pero tan brillante como mi foco de bajo consumo.

La luna habia surgido entre las nubes, y en su gloria habia arrancado del cielo las estrellas y la oscuridad del valle. Era extraordinario, tanto que me tuve que detener y tomar una foto.

Y me dije que no estaba mal caminar bajo la luna y las estrellas, en ese camino ahora brillante. Era una situacion extraordinaria pasear en esa noche clara por el paisaje en blanco y negro. Por desgracias mis pies calzados con sandalias y mis rodillas no opinaban igual, y los ultimos tres kilometros hasta el pueblo se me hicieron interminables.

No cene nada, no tenia fuerzas. Hice mi llamada, me lave con un cubo de agua caliente y entre temblando bajo el grueso edredon. Tuve suenos extranos pero al dia siguiente no estaba enfermo, solo algo debil y dolorido. 9 horas de taxi y charla en mal ingles despues y estoy en Rishikesh.

Manana intentare tomar el bus a Nanital, y luego las monasterios budistas de Spity Valley, a mas de 4000 metros de altitud. Estoy algo cansado aun, pero todos los minutos, todas las horas de esfuerzo, espera y encuentro han merecido la pena.

miércoles, octubre 04, 2006

En busca de las montanas...







Donde hay hombres,
habrá moscas, y habrá
Budas también.
Issa

Este haiku me vino a la cabeza cuando llegue a Rishikesh. Os parecera una tonteria, pero desde mi llegada a India no habia encontrado moscas en el pais. No se la razon, si el monzon habia limpiado la atmosfera, o si zonas mas al sur tienen sus propios insectos.
Al recordar el haiku me quede algo preocupado pensandolo.
Los hombres traemos bueno y peor, somos capaces de perder, las moscas, y de encontrar, el buda.

Pensando sobre esto y sobre mi propio camino empezo mi estancia en Rishikesh.

Al principio estaba tenso, y me costo entrar en la dinamica de esta pequena colonia. Este es un territorio dedicado realmente a suaves placeres, ilusiones de salvacion y trascendencia, y permeado de una suave y discreta belleza. Cuando te encuentras con alguna de las duras verdades en tu camino, solo debes alzar tus ojos a las montanas y se limpian de preocupaciones, de medidas de lo que es bueno o malo segun los hombres.

Al segundo dia los vendedores te conocen y dejan tranquilo. Me compre un kurta pyjama y vestido de local he recorrido el pueblo los ultimos dias, en un itinerario que pronto ha sido una agradable rutina.

Lavarse, meditar, desayunar junto al rio, mirar librerias e internet, almorzar, lectura, paseo. Por la tarde tras la cena y algunos leves planes, un ultimo rato de autoexploracion antes de dormir.

Asi han pasado seis dias. Hoy ya estoy preparandome para marcharme, con un punto de agitacion que no habia conocido desde mi llegada. Hace ya un par de noches empece a pensar que podia venir despues. Mi trabajo de meditacion esta bien plantado, solo necesita cuidarse durante un mes o dos antes de nuevos maestros o guias, y puedo realizarlo alli donde viva o este.

Quedarme mas es ocultarse en un utero de comodidad y facilidad. Poco mas puede darme Rishikesh que yo quiera ahora. Estaba sintiendo la necesidad de responder a las montanas, pero me habia encerrado en los programas de las agencias que requerian grandes plazos para el viaje al norte que deseo.

Esa noche decidi que me iba a marchar y encontraria de alguna manera el modo de visitar Gangotri, el nacimiento del Ganges, y los territorios mas al norte de Mc Leod Ganj, Manali y Spiti Valley.

Y al dia siguiente, cuando luchaba con mis dudas y mi guia de viaje, en un restaurante un espanol reconocio mi horrible acento, y tras charlar un rato me conto que acababa de venir de Gangotri, como llegar alli y recorrer la zona.

Un encuentro realmente afortunado, y mas cuando estaba pensando en como podia resolver ese viaje!

Charlamos un rato y ya confirmado que puedo moverme por mi cuenta, contratar guias locales facilmente y ser independiente la mayor parte del tiempo, solo me queda comprar algo de ropa de abrigo, un saco de dormir por si las moscas y ver que hago con algunas compras pesadas...

El viaje continua, sigo algo nerviso, pero solo de contaroslo estoy mas animado.

La foto de arriba es de Gangotri, que me espera...