viernes, agosto 30, 2024

Borges y yo, de Jorge Luis Borges


BORGES Y YO 

 Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.

domingo, agosto 25, 2024

What the f...?





Este es el único hit de un artista desconocido que dejó 2 discos en spotify con poquísimas reproducciones y una canción en particular que lleva 8 nillones de escuchas.
"A trip to the moon" de Aiolos Rue. Un tema extraño, agradable e inconcreto a medio camino entre la electrónica más suave y onírica de Air, y la new age que se escuchaba hace unas décadas. 

 Lo tengo en mi lista de favoritos desde hace tiempo, pero al buscarlo hoy en spotify lo he encontrado añadido en una lista de  música para leer, en otra de psicologia y una tercera titulada cólicos menstruales. Hoy me apetecia escribir aquí, pero no se porqué, no tengo ninguna gran idea ni revelación que compartir. Podria argumentar sobre la necesidad de estructurar y clasificar a personas y productos en el mundo moderno pero tampoco hace falta. Escucha si tienes tiempo la música del vídeo. Me pregunto que puede sugerir en cada uno de las personas que lo escuchen.

sábado, agosto 17, 2024

El problema del retorno, Todo es eventual




Todo es eventual. 

Lo decian los Mogway en "Kids will be skeletons", todo es temporal. Algún día de esos niños que vemos jugar solo quedarán los huesos. Nuestras casas serán habitadas por otras personas o ya no existirán. 

 Nada es permanente, y hasta la memoria, los continentes y los astros tienen su ciclo de renovación. Así que todo es eventual. 

Lo que es se irá y tras firar los cielos mil o mil millones de veces, puede que incluso vuelva y se termine marchando de nuevo. Lo complicado es desde nuestra vista de minuto a minuto, de nuestro universo que nació al empezar nuestra memoria y nos parece casi infnito, hacrse a la idea de que algún dia no estaremos, o que lo que recordamos perfectamente, ya no existe, independientemente de nuestra memoria.

Así que no he vuelto, porque no puedo volver,  ya que no soy la persona que dejó de escribir en este blog, porque casi todos las células de mi cuerpo se han renovado por otras distintas y muchos de los átomos que las componian son ahora arboles, peces o viento. 

Y este blog no es lo que era, con lectores interesados, con búsquedas por internet que llevaban a nuevos lectores a desubrir lo que aquí estaba plantado y que dejaban un comentario haciendome pensar que la tierra no es un lugar frio y sin vida.

Estamos en un mundo post-blog, sin tiempo para leer, solo 6 segundos para un tiktok o 1 minuto para una noticia generada por IA. Así que no hay donde volver. 

Pero eso no me importa. No me importa. Porque esto no fue nunca de los lectores, por mucho que me emocionara leerlos a su vez. No fue por compartir escritores, sueños, miedos, camciones o ideas. Lo siento.

Todo esto fue por la necesidad de un vacio en el que arrojar la confusión de mi mente y sacar de vuelta algún sentido.  De un espejo que me devolviera lo que necesitaba pensar o creer. Y así al contar cuentos los sacaba de mis miedos y sueños, y al animar a los lectores a meditar o a no tener miedo se lo contaba al niño que está escondido en mí.

Así que todo es eventual. Y realmente no he vuelto.

Entonces, solo ocurre que se han vuelto a juntar la vieja magia, la noche, la memoria, un libro apenas recordado, un espacio vacio.

Yo no soy el que era, ni este sitio no es lo que fué. Y tiene que estar bien porque no hay remedio.

Y no se que va a pasar, pero como decia un grafitti vikingo del siglo XII hallado en la catedral de Santa Sofia, Yo he pasado por aquí.

Buenas noches



En el país del tiempo

Otra noche estoy en el trabajo, y una vez apartada y guardada la rutina me he puesto a divagar, a tirar de los hilos deshilachados de la memoria y el sueño. Y entre ellos brilla como el oro el nombre de Lord Dunsany, uno de mis autores favoritos y de cuyos relatos aprendió a soñar Lovecraft con el infinito.

Tirando del hilo ha surgido un libro que no se si perdí en alguna mudanza o en algún incendio personal. El libro ya solo existe en manos de libreros de viejo, a precios elevados y escasos ejemplares. Pero aunque los libros ya no estén, están las palabras, por si alguien deseara leerlas...

El País del Tiempo