miércoles, abril 08, 2009

Búsqueda, de Frederic Brown

















El amable hombre con la larga barba blanca dijo:

- Bienvenido al Cielo, Peter.

Él sonrió.

- ¿Sabes?, ese es mi nombre también. Espero que serás muy feliz aquí.

Y Peter, que tenía sólo cuatro años, pasó por las puertas de perla a buscar a Dios.

Siguió por las inmaculadas calles rodeadas de deslumbrantes edificios, entre gente feliz, pero no encontró a Dios.

Deambuló hasta que estuvo muy cansado, pero no se detuvo. Algunos le hablaron, pero no les hizo caso.

Al final llegó a un edificio de brillante oro que era más grande que ninguno de los otros, tan grande que supo que al fin había encontrado el lugar donde Dios vivía.

Las enormes puertas se abrieron cuando se acercó, y entró.

En un extremo de la enorme habitación había un gran trono de oro, pero Dios no estaba allí.

El suelo era suave y sedoso, acolchado. En el centro de la habitación, a medio camino entre la puerta y el trono, Peter se sentó para esperar a Dios. Después de un rato se tumbó y se quedó dormido.

Podían haber pasado minutos o podían haber pasado años.

Pero oyó el suave sonido de unos pasos y esto le despertó; supo que Dios estaba entrando y se despertó con gusto.

Dios estaba entrando; Sus ojos se posaron en Peter y brillaron con repentino placer. Peter corrió rápidamente hacia Él: Dios puso Su mano sobre la cabeza de Peter y dijo suavemente,

- Hola, Peter.

Y después miró más allá, hacia el trono y Su cara cambió.

Lentamente Él cayó sobre Sus rodillas y bajó Su cabeza, casi como si tuviera miedo. ¿Pero a quién podía temer Dios?

Peter supo que Dios no podía estar actuando en serio, pero Le siguió la corriente.

Meneó su cola pequeña y corta para mostrar que todo era por diversión, y después se volvió y ladró a la brillante luz sobre el trono de oro.



FIN

6 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Buena pregunta, ¿a quién le podría temer Dios? Quizás a la imagen que de Él hemos fabricado los humanos, a las atrocidades que se cometen en su nombre... No tiene que ver mucho con el relato, pero no he podido evitar que se me venga eso a la mente... :-)

Besos, Ashbless.

Susana dijo...

Un final totalmente imprevisto, confieso que me ha pillado de sorpresa, si es que soy bastante fácil de sorprender ;)
Que a qué teme Dios? Yo qué sé.... imagino que más que miedo siente pena de ver en qué nos estamos convirtiendo....
Abrazos.

Ashbless dijo...

Hola, Avalon. Lo que planteas es muy interesante. Por definición Dios no debe tener miedo, porque no hay nada superior a El. Si dios fuera el mundo, el todo es superior a sus partes y su propia evolución es algo que no está sujeto a comparación, porque no habria otra totalidad como él.

Respecto a lo que dios podria temerse de nosotros quizás seria que dándonos a elegir, nosotros tomaramos las opciones que menos nos podrian favorecer...

Respecto al relato, la última frase es reveladora " Meneó su cola pequeña y corta para mostrar que todo era por diversión, y después se volvió y ladró a la brillante luz sobre el trono de oro."

Yo creo que Peter es un perro. Muere antes del comienzo del relato pero espera en la entrada del cielo a su amo, que aparece naturalmente al fallecer. Es su amo humano, pero para Peter, como para cualquier perro que ama a su dueño, este es su Dios.

De ese modo, la presencia luminosa en el trono - el dios de la biblia- no es identificada como tal por peter, que es un perro, pero si por el amo de peter, que ya que está en el cielo, hace lo que se supone en el estereotipo, adora la Presencia del Señor.

Me parece interesante como sin mentir el autor nos marea, y solo tras leer muy cuidadosamente el relato, y quizás dos o más veces, no encaja bien el texto.

Un abrazo y gracias por pasarte por aquí en estos dias en que estoy bastante ausente. Es una suerte contar con amigos como vosotros. Un fuerte abrazo para Etinarcadia y para ti.

Ashbless dijo...

Si dios existe y puede tener pena -cosa que no discutiré aquí- le damos muchas ocasiones para experimentarla.

Respecto al relato, tengo otra interpretación, pero es cosa de disponer de bastante tiempo para leer los textos. Y es mucho menos interesante que la que planteais Avalon y tu. Porque con ella se abre una idea que no es facil de resolver; ¿a que puede temer Dios?
¿Que puede inspirar pena a Dios? ¿Y alegria?

Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Un fuerte abrazo

Lughnasad dijo...

Había pillado lo del perro, y me parecía hermoso, pero seguía sin encajarme.
Lo he releido un par de veces más y nada.
Creo que tu interpretación es la buena, el supuesto dios que ve Peter, es su amo. Sin embargo, yo iría más allá. El dueño de Peter se arrodilla y baja la cabeza y parece tener miedo. Mira hacia un trono de oro donde, creo, está el auténtico dios al que el amo de Peter teme. Una especie de divinidades jerárquicas: perro, amo, dios. Lo cual daría a múltiples interpretaciones.
Interesante e intrigante relato.

Ashbless dijo...

Nose... quizás Brown, sin quererlo, ha metido más de lo planeado en el cuento. Sea como sea, la idea de Dios asustado, o las divinidades jerárquicas forman para mi parte de un cuento que creia ingenuamente más que conocido.

Un abrazo.