lunes, agosto 09, 2010

Tao Te King 53, o el estado del mundo



























Si tuviera un firme conocimiento,
marcharía por el gran camino,
con el solo temor de desviarme.
El gran camino es llano,
pero la gente vulgar gusta de los senderos escarpados.
La corte está corrompida;
los campos, abandonados;
los graneros, vacíos.
Ropajes lujosos,
afiladas espadas al cinto,
manjares hasta saciarse
y riquezas sin cuento,
a todos ellos hay que llamarles jefes de bandidos.
Un jefe de bandidos,
está lejos del dao.


Cuando miro el mundo, veo lo que cualquiera puede ver. Despilfarro, confusión y hambre. Lideres confundidos o directamente irresponsables. Y mucha estupidez.

Me digo que es lo más lógico, pues la estupidez de hoy nace de la confusión y la mala conciencia de ayer. Que los intereses que más pesan son los de quienes desean mantener el mundo desequilibrado para lucrarse de ello, pese a las consecuencias que halla de tener.

El mundo no es malo, ni estúpido, ni injusto. Es solo lo que nosotros hacemos que sea. Somos los estupidos, los malvados y los injustos. Pero si lo somos es porque no estamos preparados para hacerlo mejor, sea por ignorancia o falta de deseo.

¿Está mal que el mundo y nosotros nos encontremos así?

¿Ahora mismo podria ser de otro modo?

2 comentarios:

Javier Medel Cabañas dijo...

€xcelente metáfora visual, la fotografía que has puesto.
El Tao enseña a encontrar la armonía con la Naturaleza Universal, y desgraciadamente hace tiempo que hemos perdido ese equilibrio. Obsesionados por tener más de lo necesario y delegando nuestras responsabilidades sociales en esos supuestos representantes que tan pendientes están de mantener los interese creados.
Probablemente, si aprendemos a vivir con menos y a participar más, iremos cambiando hacía un mundo mejor. Creo.

Ashbless dijo...

Ese es el camino, mal que nos pese.
Por suerte y por desgracia, si no lo hacemos nosotros, será el mundo quien tome las decisiones necesarias para restablecer el equilibrio. Pero son mejores siempre las crisis que levantarse un día y no halla mundo en que vivir.

Saludos