jueves, junio 26, 2008

La otra mitad del mundo






























Si sólo hubiese una nota, no habría música. Si sólo hubiera un sabor, no habría satisfacción. Si se añade azúcar al vinagre, se alcanzará la armonía universal de lo agridulce.

Yen Tzu, c. 600 a.C

domingo, junio 22, 2008

El gran regreso...




Estoy en el último tirón de los exámenes. La última semana que ha pasado a ser los últimos cuatro dias, y ahora apenas las últimas 48 horas.

El cansancio comienza a desequilibrar el ritmo de estudio de estas semanas, y el rendimiento baja en horas aprovechadas. Trato de compensar esto llevando una vida lo más equilibrada posible. Dormir suficiente, hacer paradas cada rato, beber mucho líquido.

Intento no pensar en las páginas o los músculos que quedan por repasar. Y cuando todo falla, recuerdo que falta muy poco ya. Que dentro de un par de dias me tomaré unas cervezas, quemaré en las hogueras de San Juan todos los apuntes ya superados y no abriré un libro si no es por placer. Fantasias que luego tendrán dificil realización, porque la vida no se detiene y tengo que devolver los dias libres que he cogido para estudiar este mes. Y porque se que una vida de ocio completo solo me sienta bien si la dedico activamente a cuidarme.

Pero es la gran fantasia de regreso a casa. Mientros bebo una taza de té tras otra para aguantar el tipo, o incluso una hierbabuena porque la cafeina me acaba acelerando, pienso igual que Ulises en Itaca o los soldados que terminan una guerra en la gran fiesta de regreso a casa.

Hace ya muchos años Antuan, un amigo, me hizo escuchar con detenimiento el final de "La chaqueta metálica" La gran fantasía del regreso, que se quedó en mi mente y ha vuelto hoy, entre tendones, músculos y preguntas tipo test.


"... Por hoy ya hemos escrito de sobra en las páginas de la Historia.
Nos largamos hasta el río Perfume para pasar la noche. Cumplimos bien y trabajamos duro. Y estamos en armonía.

M-I-C-K-E-Y M-O-U-S-E

Déjanos siempre llevar muy alta nuestra bandera
Chicos y chicas de allá y de aquí
A todos os damos la bienvenida

M-I-C-K-E-Y M-O-U-S-E
¿Quién es el jefe del club...?

Mi cabeza vuelve a estar ocupada por los sueños eróticos y los pezones duros de Carmen Calientapollas, y la fantasía del gran follar del regreso.
Estoy tan feliz de seguir vivo de una pieza, y a punto.
Este mundo es una puta mierda, sí.
Pero estoy vivo.
Y no tengo miedo.

miércoles, junio 18, 2008

Ha vuelto


















Sí, Sluagh, genial escritorzuelo y hermano mas joven de su seguro servidor Sir William Ashbless, ha vuelto a abrir el Laberinto.

No se promete nada en cuanto a permanencia, pero la vida es así. Mientras, podemos disfrutar de excelentes entradas como esta.

Que lo disfrutéis.


martes, junio 17, 2008

Y sin embargo, gracias




















A veces se me olvida lo afortunado que soy.

Hay un montón de cosas estupendas que por el mero hecho de tenerlas todos los días, se dan por seguras y apenas se disfrutan. Y sin embargo son maravillosas. Lo cantaba Violeta Parra. ¿Lo recuerdas?

Hoy no doy las gracias por estas cosas cotidianas pero positivas. En el estress y el ruido de estos días de exámenes, siento más que otras veces lo afortunado que soy.

Afortunado porque he podido elegir el complicarme la vida y volver a la universidad en la treintena. Porque tengo dos trabajos que me permiten estudiar, viajar un poco, y sobretodo, pagar el alquiler. Porque he tenido momentos buenos y regulares trabajando, y he descubierto que precisamente de los momentos buenos se aprende poco, pero con los regulares, pueden escribirse libros, y también aprender a trabajar bien.

Gracias por los exámenes que me obligan exprimirme el cerebro, y que por no sacar las notas que están a mi alcance, veo que hago muchas cosas mal.

Gracias porque mi vida sea complicada y a ratos difícil, porque eso me empuja a desechar las cosas que no necesito o me hacen mal, y apreciar más la importancia de la sencillez.

Gracias por las carísimas matrículas de mi universidad privada; así tengo que ver que gastos son importantes y cuales son caprichos o convenciones innecesarias. Y disfrutar por lo que valen las cosas, y no por lo que cuestan.

Por los horarios imposibles, que me han enseñado a establecer prioridades, y que la primera soy yo mismo, aunque no lo sabia.

Gracias por todos los ratos malos que me han hecho madurar y tirar fuera lo que ya no funcionaba, en lugar de seguir arrastrándolo. Por las veces que he tenido que reinventarme y saltar adelante, al no haber ya vuelta atrás.

Por aquello que no deseo cuando se presenta, pero que después, tras superar el dolor y el miedo, descubro que siempre fue una bendición.

Gracias. Gracias por todo.

lunes, junio 16, 2008

Esto no es nada, de Angel Gonzalez


Mi amigo Goliadkin, me ha traido a la cabeza al poeta Angel Gonzalez, su autor favorito.

Goliadkin es un poeta que ha aparcado unos años la pluma y ahora menea una espada de madera en sus ratos libres. Fuimos amigos, luego enemigos cercanos, y tras resolver un cúmulo de malentendidos e incomprensiones, más amigos aún. Fue quizás la primera vez que me di cuenta de lo tontos que podemos ser las personas y que no se puede permitir que algo así ocurra de nuevo.

Revolviendo internet para elegir un poema me encontré este. Me quedé sorprendido por el tema y la idea, aunque ignoro si el autor lo habrá escrito desde la perspectiva con que yo lo miro. Sea como sea, las palabras y el mensaje que cada uno entienda es lo importante. Espero que también os guste.








Si tuviésemos la fuerza suficiente
para apretar como es debido un trozo de madera,
sólo nos quedaría entre las manos
un poco de tierra.
Y si tuviésemos más fuerza todavía
para presionar con toda la dureza
esa tierra, sólo nos quedaría
entre las manos un poco de agua.
Y si fuese posible aún
oprimir el agua,
ya no nos quedaría entre las manos
nada.

sábado, junio 14, 2008

Y mientras, me he comprado un cerdito...




















Llevo un par de dias chungos. Añoche soñé que tenia un examen de una asignatura nueva. En el sueño no lo habia preparado bien porque me enredaba continuamente, cada vez una cosa distinta, y al llegar al examen mi habitual talento para los tipo test no me ayudaba nada. Entonces -estaba soñando- no me extrañó que el examen fuera de filosofía oriental.

La misma filosofía -una manifestación más del sentido común, de las infinitas que hay- que uso en mi vida cotidiana para tratar de entender el mundo, a mi mismo, y conservar el equilibrio. ¿Un aviso?

Hoy mi ordenador ha sufrido un desmayo por el calor, dejándome sin poder preparar mi próximo examen. Voy mal de tiempo, y ayer ocupé la tarde en reparar el pc de otro compañero. Me he pasado dos preciosas horas luchando con sistemas operativos fundidos y discos duros calcinados, y tras ver que no podia cumplir compromisos ni horarios de estudio, he llegado a mi tope de estress.

El mismo que anoche me hizo salir a rodar en bici por los carriles de la huerta sin iluminar, junto al rio segura, y me permitió ver la luna y las estrellas lejos de la contaminación luminosa de la city. Hoy, tras rabiar y bufar y rechazar las amables ofertas de comida de mis compañeros de piso, he dejado que mi tensión arterial suba un par de puntos, para finalmente renunciar y salir fuera a buscar algo que comer.

He comprado un cocido -plato veraniego donde los halla- para comerlo en un parque cercano. Hay un banco a la sombra, con una papelera próxima, que está en el extremo de lo que fue la nave principal de un antiguo mercado. Hoy las columnas están solitarias, sosteniendo únicamente un techo elevado. Solo las visitan los chicos del barrio, los pájaros y algún despistado ocasional. Los pájaros y yo nos hemos partido el pan y disfrutado de la sombra en amigable convivencia. Y en esa tranquilidad he leido unos capítulos de mi viajero favorito William Dalrymple y su Tras los pasos de Marco Polo, y su visión divertida, irónica y refrescante del mundo me ha devuelto, junto a la tranquilidad y la buena comida, a la paz perdida.

Y bueno, ha sido renunciar a pelearme con el ordenador, volver a casa y encontrar que ya se habia enfriado suficiente para funcionar una hora o dos. He meditado un rato antes de irme al trabajo y he arañado un trocito de esa alegria inmovil, persistente, que está a la vuelta de la esquina, dentro de nosotros. Que habia perdido casi entre la confusión y el ruido, junto con la calma.

Me he venido al trabajo, he ramoneado un poco, leído un comic, contestado el correo y el blog, escrito esto y voy a estudiar aprovechando que el ordenador de aquí pitufa correctamente. Como dice mi madre, quien tiene un problema y se cabrea, tiene dos problemas. Sabiduría oriental de la buena.

En el momento en que me marchaba de casa para no tirar el ordenador recalentado por la ventana, me acordé de un poema del Tao Te King

48

Practicando el aprendizaje,
diariamente se acrecienta.
Practicando el Tao,
diariamente se decrece.
Decrecer y otra vez decrecer,
hasta llegar a la no interferencia.
No interferir
y sin embargo nada queda sin hacerse.

Siempre aceptar al mundo
cuando no hay que ocuparse de él.
Si hay que ocuparse de él,
no vale la pena aceptar al mundo.

¿Y el cerdito? Antes de volver a casa, ya más tranquilo, he pasado por el chino todo a 0.60 de mi edificio y me he comprado un cerdito hucha, para irme a Vietnam o un sitio así el año próximo, que los billetes de avión están caros.

martes, junio 10, 2008

Novelas para un verano


























Me han pedido una lista de libros para el verano. Bueno, más concretamente para las guardias del verano.

Los libros para el verano son generalmente pesados y gruesos, se leen bien, y sin ser aburridos o facilones, deben mantener la atención del lector durante un mínimo de 300 páginas. Vamos allá:

Sinuhe el egipcio. Novelón histórico ambientado en el equipto de Amenofis IV, Tutankamon y Ramses II, es sin embargo un extraordinario retrato humano, poblado de personajes y diálogos extraordinarios. Sinhue, como confiesa al final del libro, es un hombre y como tal vivió su vida, tan cercana y similar a la de cualquiera de nosotros.

El Señor de los Anillos. Dejando a un lado películas, videojuegos o lo que cada uno tenga en mente, El señor... es una aventura épica que desde un comienzo extraño, muy lento y casi hogareño, gana en épica, espectacularidad y emoción, hasta convertirse en un torrente irresistible. Eso sí, parte de la gracia del libro son antiguos mitos y leyendas, elfos, magos y maldiciones, todo manejado con gran elegancia y sutileza. Si no tienes estómago para poesia y marvilla o para batallas y paisajes épicos no es tu libro.

La conjura de los necios. Un autor que se suicida por ser un fracasado, su madre que lleva de editor en editor el manuscrito, y un premio pulitzer y la publicació de una de las novelas más divertidas, sorprendentes y fascinantes que jamás halla leido. Es una tragedia que no podamos conocer más aventuras de su protagonista, Ignatus J. Oreilly. Increible.

La Casa de Dios. La historia de un médico en su periodo de interno. Continuada en Monte Miseria, el autor con una prosa divertida, esperpéntica, e irónica, nos retrata los entresijos de esa profesión tan importante en nuestras vidas. Ojala no fuera cierto, pero me da en la naríz que no exagera demasiado.

El resplandor. Stephen King no es una mal escritor, al contrario. Desgraciadamente hace unos años encontró una máquina de convertir relatos cortos en novelones, y además, disfruta retratando con todo detalle la vida cotidiana de sus personajes. El resplandor es el libro culmen de su carrera a mi juicio. Estupendo, redondo, y carente de ampulosidad o palabreria, da miedo, lo juro.

El esclavo. Isaac Bashevis Singer es un premio nobel en yidish y un gran conocedor del alma humana. Gran novela a la manera del siglo XIX, es una novela de amor, y tambien trágica. No podemos dejar de ser esclavos mientras huyamos.

Rojo y Negro. En la biblio de mi pueblo de veraneo tenian tres copias de este novelón. Yo estrené dos de ellas, y no es de extrañar que el pedante pero oprimido adolescente que era se encontrara en el protagonista. Un hombre dispuesto a luchar por superar las limitaciones que el conservador mundo de la francia post napoleonica le impone. Sobresaliente.

El enamorado de la Osa mayor. Creo que no llega a las 300 páginas, pero este relato autobiográfico sobre un joven contrabandista entre Polonia y rusia antes de la segunda guerra mundial resulta fascinante, cristalino y extraordianariamente evocador. La libertad, la naturaleza y el sendero de nuestra vida.

El criptonomicón. Trilogia compuesta por dos novelas, o al menos dos historias que se narran simultaneamente en tres libros. Una transcurre en la segunda guerra mundial centrada en las divertidas aventuras de un sargento de marines y un experto en códigos, y otra en los ochenta, con hackers y conspiraciones. Divertida, original y muy, muy adictiva.

Declara. No podia faltar una novela de mi santo patrón Tim Powers. Una novela larga, emocionante, muy bien escrita y de espias. La revisión de la historia en clave fantástica no es algo nuevo, sino que Powers lleva haciendolo años, con un gran rigor documental absolutamente disimulado por el misterio, la intriga y la aventura. Para pasar varias tardes muy buenas.

La estación de la calle Perdido. Una novela de aventuras que mezcla Lovecraft, Dickens, alienigenas, conpiraciones, un Londres victoriano de ciencia ficción a vapor y varios centenares de referencias más. El libro que más me enganchó en el 2005. O el 2004, no me acuerdo.

La trilogia de las Fundaciones, de Asimov. Está enmarcada entre y con casi una docena más de novelas, pero las imprescindibles son Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación. Un triunfo de la historia, la intriga, el analisis de personajes y motivaciones. Podria haber sido una novela histórica, pero el marco futurista da una libertad extraordinaria al autor. Elegida como la mejor trilogia de SF de la historia.

Playa de acero. Una novela de Ciencia Ficción que retrata una sociedad futurista pausible, sin demasiadas utopias o antiutopias, entretenidisima, que hace reflexionar y contiene varias subtramas entorno a la idea de la identidad y búsqueda de la felicidad que te mantendrán pasándo páginas, horas y horas.

La compañia blanca. Una maravilla de novela histórica con pretensiones de exxactitud. quizás tenia razón Conan Doyle al decir que lo suyo era eso, y no el género de detectives o la ciencia ficción.


Y podria seguir durante un par de horas más. Empiezo a sentir ganas de incluir libros con más profundidad - aunque ya he colado varios- o cosas más gamberras, pero ya está bien. Se han quedado fuera de comentario El callejón de los milagros, El diamante de John Meade Falkner, Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta, Juegos de la edad tardia, Cien años de Soledad, El misterio de Salems Lot, y cien novelas más.


No importa lo que leas, sino lo que disfrutes y saques en claro. Que tengais buen verano.

sábado, junio 07, 2008

Hokusai, entre cada ola





















Hokusai, pintor jápones del siglo XIX, dijo a los 74 años

"A la edad de cinco años tenía la manía de hacer trazos de las cosas. A la edad de 50 había producido un gran número de dibujos, con todo, ninguno tenía un verdadero mérito hasta la edad de 70 años. A los 73 finalmente aprendí algo sobre la calidad verdadera de las cosas, pájaros, animales, insectos, peces, las hierbas o los árboles. Por lo tanto a la edad de 80 años habré hecho un cierto progreso, a los 90 habré penetrado el significado más profundo de las cosas, a los 100 habré hecho realmente maravillas y a los 110, cada punto, cada línea, poseerá vida propia"

Hacia poco habia completado su serie "36 vistas del monte Fuji", un trabajo espléndido, extraordinario. La técnica, la intuición del genio y la experiencia de un maestro de avanzada edad se combinan en estas impresiones en papel. El monte Fuji aparece como testigo o elemento de todos los dibujos, enmarcando escenas de la vida cotidiana en un pais tan distante como marte, el japón del final de la era Meiji. Que las imágenes oculten entre sus simetrías símbolos como el taijitu - los peces yin yang- no hace sino aumentar la armonía y capacidad para la fascinación de la obra.

La primera pintura japonesa que recuerdo fue precisamente esta ola. En una enciclopedia a color en casa de mis padres estaba impresa primorosamente en el artículo de Arte, junto con Velazquez, Miguel Angel y Picaso. Allí estaba ese cuadro rico en azules de aguas embravecidas y blancos de espuma, montañas y nubes. No lo entendía, aunque me llamaba su forma, los círculos aparentemente inacabados y que apareciera entre autores que sí me sonaban en esos años de escuela.

25 años después la Gran Ola de Kanagawa preside mi cuarto, gracias a la moderna reprografia. No me canso de contemplar la ola principal, a punto de romper, alcanzado su máxima y gloriosa altura, y por ello en el principio de su descenso. Entre las aguas, las frágiles barcas de los pescadores no naufragan gracias a no luchar con la corriente, acompañando a las olas en su ciclo.

Creo que la vida es eso. Ciclos que podemos ignorar, desafiar o acompañar, y solo sutilmente cambiar, como no podemos cambiar el color del cielo o la firmeza de la tierra, pero si el modo en que disfrutamos el día, o nos preparamos para lo que está por venir. Formamos parte de una danza eterna en la que se encuentran los contrarios. Solo es recomendable afinar el oído y seguir la música sin pensar en donde ponemos los pies.

A veces pienso que he empezado tarde a entender el mundo, a entenderme a mi mismo. Contaría los años que llevo buscándome y buscando la verdad del mundo, como Hokusai, pensando que con suficiente tiempo pueda entenderlo. Entonces me doy cuanto que al pensar, al contar mis pasos, me estoy desviando del gran baile. Las olas nos llevan arriba y abajo. Al éxito y el placer, y al fracaso y el sufrimiento. Es importante recordar que estos extremos son solo una ilusión, posiciones opuestas del mismo movimiento, momentos pasajeros. Nada permanece más que el circulo que dibujan las olas, el eterno movimiento del mundo.

























La obra de Hokusai es realmente extraordinaria. Durante la mayoría de sus 89 años el maestro se dedicó con pasión a todos los géneros, histórico, ornamental, erótico... y por supuesto paisajístico. En los paisajes integró la perpectiva al uso occidental, y también fue pionero en Japón en el estudio de la anatomia artística y el estudio del movimiento. Se describia asi mismo como "un viejo obsesionado con la pintura" A ella dedicó su vida y cada una de las jornadas que la compusieron.

Aquí podéis encontrar una pequeña muestra de su obra. Espero que os guste.

martes, junio 03, 2008

Despertar o regresar al mundo de todos los dias




















He vuelto a la ciudad. Ha costado solo una hora de tráfico, y un dia o dos para volver a estar presente en las calles de mi ciudad.

Repaso los dias -tres noches, dos dias enteros, más una mañana y una larga tarde- en el refugio. No hay demasiado que recordar. Arboles, un camino que sube y también baja.

Dormir, levantarse entre el canto de pájaros, acostarse tras un paseo en la noche oscura, casi negra, del bosque.

Llover, mojarse, encender un fuego en la chimenea para secar la ropa. Comer escuchando el agua del canal y el viento.

Reutilizar un tetrabrick como cubo para lavarte. Ante la falta de sofás y sillas reclinables usar los aislantes y el saco para plantarte en el suelo, o las escaleras, o en una buena piedra al sol.

Descubrir esos pájaros pequeños, el sonido del viento. Ver cada una de las piedras en el suelo del porche, mientras lo barres.

No tener apenas más que lo imprescindible, y pasar unos dias sin el resto. Y descubrir entonces que es necesario y cuanto no.

Siempre que hago estas cosas me cuesta adaptarme a la ciudad y su multitud. De ruidos, de gente, de objetos. Esta vez solo ha hecho falta un dia o dos para aceptar que estoy de vuelta, de regreso a la velocidad del sonido.

No ha sido muy divertido, ni tampoco aburrido, han ocurrido pocas cosas, cada una importante. Se que es solo un sitio al que ir, un refugio temporal.

El mundo no es solo asfalto y ruido, la carrera de la ciudad. Tampoco es los pacientes arboles, los encuentros con zorros y muflones en las montañas.

Es un poco de todo, un equilibrio. No es un equilibrio ideal, solo el único posible en el momento presente. Un equilibrio.