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Llevo un tiempo lejos, muy lejos del blog.
Esta separación comenzó cuando aún estaba aquí. Una serie de post se sucedieron expresando lo que sentia, satisfactoriamente aunque cada vez con la forma primando más sobre el sentimiento. La sensación de estar hablando para la galeria, de lucirme. De escribir para los demás, en lugar de un diario.
Luego encontré un post sobre la masacre de Gaza que copié aquí, obviamente no encajaba en la mayoria de lectores de este espacio pero si formaba parte de mi visión del mundo. Y tras un guiño con la ayuda de Cuttlas me he permitido descansar de este rincón.
Han pasado cosas mientras, he tenido examenes, ha aparecido gente en mi vida y casi han salido otras. Me he comprado el libro que acabará con todos los libros y he viajado a Italia. Y he pasado por una breve pero increiblemente desorientadora crisis personal.
Para ninguna de esas cosas ha sido necesario el blog. Quizás la vida era demasiado intensa, sin huecos para darle la vuelta y escrutarla desde estas páginas. Quizás esto es solo un ejercicio mental, o un simulacro que no deseo ver como tal.
Sea como sea, parece que estoy volviendo. Empiezo de nuevo a recuperar la alegria, la empatia t al niño que llevo dentro. Y comienza a haber huecos entre los minutos de mi vida, a la que vuelvo a revisar desde este rincón.
He vuelto, por ahora.
Vivo como un camello en un canalón,
en esta ilustre y honorable sociedad.
Y espero todavía una optima ocasión
para comprar un par de alas
y abandonar el planeta.
Que tienen que mirar y soportar
aún los ojos?
Los bárbaros demonios de la guerra que fingen sus plegarias.
Ya sé desde hace tiempo
que, tras cualquier violencia, el mal existe.
Si yo fuera más listo,
no caería en su trampa.
Esta noche el cielo pesa como plomo.
Cuantas penas e inútiles dolores!