He regresado a Rishikesh tras mi primer viaje al Himalaya.
Despues del esfuerzo, la emocion y la fatiga, volver a Rishikesh es como regresar al hogar.
Ha sido un viaje relampago, aunque un relampago algo lento.
Un problema permanente en los himalayas es el de los desplazamientos. Las carreteras solo son posibles siguiendo las vertientes de montanas y valles, y la longitud exagerada de las rutas se ve agravada por el estado y naturaleza de las carreteras.
Generalmente no se puede exceder los 40 Km/h, y la velocidad normal es de 20. Asi, para ir a Gangotri he necesitado 12 horas en jeep, y 9 de regreso en un taxi. Un dia de ida, otro de regreso yel de enmedio para andar por la montana.
No es ningun tiempo perdido. La experiencia de compartir el jeep con otras diez personas se atempera con el espectacular paisaje, los encuentros y una gran dosis de paciencia e introspeccion.
Los encuentros han sido fascinantes. La parlanchina y amable pareja judia con que he regresado. Tambien las estudiantes universitarias -practicamente ninas- que nos recogieron a mi y a otra viajera israeli a medio camino pues no conseguiamos un jeep de continuacion. Nos acribillaron a preguntas, invitaron a un chay y acabamos haciendonos unas fotos y intercambiando direcciones.
El ultimo encuentro de ese dia fueron los dos shadus que subieron en la ultima parada al jeep. Uno era un silencioso hombre en la cuarenta, similar al resto de mendigos y santos que visten de naranja. El otro era un ruso de casi treinta, con aire de cristo enorme y divertido, que llevaba cuatro anos aqui, y se le notaba que se lo pasaba de miedo.
Gangotri es un pueblo que se encuientra a 3000 metros de altitud, un lugar mas santo que Rishikesh, pues se encuentra mas cenca del nacimiento del sagrado Ganges. Cogi alojamiento, en un albergue con pinta de hotel, pero cuyos suelos y techos, y algunas puertas habian sido montadas con maderas de embalaje, y aun mostraban direcciones y marcas.
Hacia bastante frio cuando el sol se ocultaba, y tambien al entrar al amanecer en el parque natural cercano. La ruta sigue la corriente del Ganges hasta un pequeno campamento, a 14 kilometros, y desde alli se hacen los ultimos 5 hasta el glacial Gaumukh, donde nace el rio.
Los primeros 7 kilometros se hicieron a pie, por un camino blanco y a veces bueno, en la escarpada ladera del valle fluvial. Entonces aparecio un guia con varias mulas libres, tantas como eramos los presentes, y me encanto la posibilidad de montar. Los demas se dejaron llevar y pasamos un rato bastante divertido y descansado durante los 7 siguientes kilometros.
Las mulas tenian tendencia a tomarse el camino con calma, pero eran mansas y agradables, y cruzaban los arroyos de montana mejor que un jeep.
Por el camino nos cruzamos con muchos porteadores, que acompanaban a otros peregrinos. Era impresionante verlos con pesos enormes, a veces de mas de 50 kilogramos, y sin embargo sonrientes y saludandote con una amabilidad que no era siempre extensiva a sus patronos.
Otros porteadores llevaban provisiones al campamento a 14 km del pueblo, incluso un hombre con dos bombonas de butano a la espalda. Porque no usar mulas para el aprovisionamiento? Porque los peregrinos pagan mas por ellas que lo que cobra un porteador.
Despues del esfuerzo, la emocion y la fatiga, volver a Rishikesh es como regresar al hogar.
Ha sido un viaje relampago, aunque un relampago algo lento.
Un problema permanente en los himalayas es el de los desplazamientos. Las carreteras solo son posibles siguiendo las vertientes de montanas y valles, y la longitud exagerada de las rutas se ve agravada por el estado y naturaleza de las carreteras.
Generalmente no se puede exceder los 40 Km/h, y la velocidad normal es de 20. Asi, para ir a Gangotri he necesitado 12 horas en jeep, y 9 de regreso en un taxi. Un dia de ida, otro de regreso yel de enmedio para andar por la montana.
No es ningun tiempo perdido. La experiencia de compartir el jeep con otras diez personas se atempera con el espectacular paisaje, los encuentros y una gran dosis de paciencia e introspeccion.
Los encuentros han sido fascinantes. La parlanchina y amable pareja judia con que he regresado. Tambien las estudiantes universitarias -practicamente ninas- que nos recogieron a mi y a otra viajera israeli a medio camino pues no conseguiamos un jeep de continuacion. Nos acribillaron a preguntas, invitaron a un chay y acabamos haciendonos unas fotos y intercambiando direcciones.
El ultimo encuentro de ese dia fueron los dos shadus que subieron en la ultima parada al jeep. Uno era un silencioso hombre en la cuarenta, similar al resto de mendigos y santos que visten de naranja. El otro era un ruso de casi treinta, con aire de cristo enorme y divertido, que llevaba cuatro anos aqui, y se le notaba que se lo pasaba de miedo.
Gangotri es un pueblo que se encuientra a 3000 metros de altitud, un lugar mas santo que Rishikesh, pues se encuentra mas cenca del nacimiento del sagrado Ganges. Cogi alojamiento, en un albergue con pinta de hotel, pero cuyos suelos y techos, y algunas puertas habian sido montadas con maderas de embalaje, y aun mostraban direcciones y marcas.
Hacia bastante frio cuando el sol se ocultaba, y tambien al entrar al amanecer en el parque natural cercano. La ruta sigue la corriente del Ganges hasta un pequeno campamento, a 14 kilometros, y desde alli se hacen los ultimos 5 hasta el glacial Gaumukh, donde nace el rio.
Los primeros 7 kilometros se hicieron a pie, por un camino blanco y a veces bueno, en la escarpada ladera del valle fluvial. Entonces aparecio un guia con varias mulas libres, tantas como eramos los presentes, y me encanto la posibilidad de montar. Los demas se dejaron llevar y pasamos un rato bastante divertido y descansado durante los 7 siguientes kilometros.
Las mulas tenian tendencia a tomarse el camino con calma, pero eran mansas y agradables, y cruzaban los arroyos de montana mejor que un jeep.
Por el camino nos cruzamos con muchos porteadores, que acompanaban a otros peregrinos. Era impresionante verlos con pesos enormes, a veces de mas de 50 kilogramos, y sin embargo sonrientes y saludandote con una amabilidad que no era siempre extensiva a sus patronos.
Otros porteadores llevaban provisiones al campamento a 14 km del pueblo, incluso un hombre con dos bombonas de butano a la espalda. Porque no usar mulas para el aprovisionamiento? Porque los peregrinos pagan mas por ellas que lo que cobra un porteador.
En India las matematicas del esfuerzo humano cuadran de otra manera.
Llegamos al campamento. En la guia Lonely Planet el recorrido se recomendaba en tres dias. Uno para ir al campamento, otro para alcanzar el glacial, y finalmente otro para volver a Gangotri. Pero yo no queria pasar mas tiempo del imprescindible. Me queda mucho por ver en este pais, y queria regresar al pueblo esa misma noche.
Con quien se animo nos acercamos al glacial. Las montanas nevadas que se aparecian majestuosas y cambiantes durante el acercamiento eran ahora reyes impavidos y colosales. La luz del medio dia les daba a su corona de nieve un brillo cegador, y conforme empezo a caer la tarde un tono leonado.
Los cuatro primeros kilometros de los cinco fueron aceptables y rapidos, pero el ultimo fue penoso, buscando sendas y pasos entre rocas a veces colosales, retrocediendo y avanzando. Al final llegamos al glacial. A 4000 metros de altitud, una gran pared de hielo verde, de la que nacia el rio sagrado.
Mucho hielo se habia fundido durante el verano, y mas con los monzones, pero aun era impresionante, casi demasiado para poder aceptarlo. Trozos de hielo mayores que yo estaban a cierta distancia, como cubitos abandonados y a punto de derretirse.
Tras las fotos y el homenaje al altar de Shiva y su lingam, regresamos. Eran las cuatro de la tarde, pero sentia la imperiosa necesidad de volver al pueblo, hacer una llamada y partir a la manana siguiente.
Me encontraba bien, despues de los primeros 15 km siempre es igual, entonces el cansancio solo esta en el corazon, las piernas se han calentado y solas hacen lo que mejor saben.
Me despedi de los otros viajeros y tras un te y unas galletas sali casi al trote hacia el pueblo. Eran 14 km y sabia que me iba a alcanzar la noche, pero tenia mi linterna y sabia que la luna estaba llena.
Avance lo mas rapido posible, por un camino blanco e irregular, que generalmente bajaba pero tambien subia. Conforme la luz fue declinando la belleza del valle era mas fantastica e irreal. Yo corria, queriendo aprovechar la ultima luz, y en un momento me imagine a los pobres Hobbits del Senor de los anillos, pequenas figuras huyendo entre enormes montanas crueles.
Por mucho que corri me alcanzo la noche. Mis rodillas empezaban a pagar tanta carrera y descenso, y mientras use la linterna reduje algo el ritmo. Afortunadamente el camino era blanco y brillaba debilmente contra la escarpada caida.
Luego me di cuenta de una luz difusa y fantasmal pero tan brillante como mi foco de bajo consumo.
La luna habia surgido entre las nubes, y en su gloria habia arrancado del cielo las estrellas y la oscuridad del valle. Era extraordinario, tanto que me tuve que detener y tomar una foto.
Y me dije que no estaba mal caminar bajo la luna y las estrellas, en ese camino ahora brillante. Era una situacion extraordinaria pasear en esa noche clara por el paisaje en blanco y negro. Por desgracias mis pies calzados con sandalias y mis rodillas no opinaban igual, y los ultimos tres kilometros hasta el pueblo se me hicieron interminables.
No cene nada, no tenia fuerzas. Hice mi llamada, me lave con un cubo de agua caliente y entre temblando bajo el grueso edredon. Tuve suenos extranos pero al dia siguiente no estaba enfermo, solo algo debil y dolorido. 9 horas de taxi y charla en mal ingles despues y estoy en Rishikesh.
Manana intentare tomar el bus a Nanital, y luego las monasterios budistas de Spity Valley, a mas de 4000 metros de altitud. Estoy algo cansado aun, pero todos los minutos, todas las horas de esfuerzo, espera y encuentro han merecido la pena.
Llegamos al campamento. En la guia Lonely Planet el recorrido se recomendaba en tres dias. Uno para ir al campamento, otro para alcanzar el glacial, y finalmente otro para volver a Gangotri. Pero yo no queria pasar mas tiempo del imprescindible. Me queda mucho por ver en este pais, y queria regresar al pueblo esa misma noche.
Con quien se animo nos acercamos al glacial. Las montanas nevadas que se aparecian majestuosas y cambiantes durante el acercamiento eran ahora reyes impavidos y colosales. La luz del medio dia les daba a su corona de nieve un brillo cegador, y conforme empezo a caer la tarde un tono leonado.
Los cuatro primeros kilometros de los cinco fueron aceptables y rapidos, pero el ultimo fue penoso, buscando sendas y pasos entre rocas a veces colosales, retrocediendo y avanzando. Al final llegamos al glacial. A 4000 metros de altitud, una gran pared de hielo verde, de la que nacia el rio sagrado.
Mucho hielo se habia fundido durante el verano, y mas con los monzones, pero aun era impresionante, casi demasiado para poder aceptarlo. Trozos de hielo mayores que yo estaban a cierta distancia, como cubitos abandonados y a punto de derretirse.
Tras las fotos y el homenaje al altar de Shiva y su lingam, regresamos. Eran las cuatro de la tarde, pero sentia la imperiosa necesidad de volver al pueblo, hacer una llamada y partir a la manana siguiente.
Me encontraba bien, despues de los primeros 15 km siempre es igual, entonces el cansancio solo esta en el corazon, las piernas se han calentado y solas hacen lo que mejor saben.
Me despedi de los otros viajeros y tras un te y unas galletas sali casi al trote hacia el pueblo. Eran 14 km y sabia que me iba a alcanzar la noche, pero tenia mi linterna y sabia que la luna estaba llena.
Avance lo mas rapido posible, por un camino blanco e irregular, que generalmente bajaba pero tambien subia. Conforme la luz fue declinando la belleza del valle era mas fantastica e irreal. Yo corria, queriendo aprovechar la ultima luz, y en un momento me imagine a los pobres Hobbits del Senor de los anillos, pequenas figuras huyendo entre enormes montanas crueles.
Por mucho que corri me alcanzo la noche. Mis rodillas empezaban a pagar tanta carrera y descenso, y mientras use la linterna reduje algo el ritmo. Afortunadamente el camino era blanco y brillaba debilmente contra la escarpada caida.
Luego me di cuenta de una luz difusa y fantasmal pero tan brillante como mi foco de bajo consumo.
La luna habia surgido entre las nubes, y en su gloria habia arrancado del cielo las estrellas y la oscuridad del valle. Era extraordinario, tanto que me tuve que detener y tomar una foto.
Y me dije que no estaba mal caminar bajo la luna y las estrellas, en ese camino ahora brillante. Era una situacion extraordinaria pasear en esa noche clara por el paisaje en blanco y negro. Por desgracias mis pies calzados con sandalias y mis rodillas no opinaban igual, y los ultimos tres kilometros hasta el pueblo se me hicieron interminables.
No cene nada, no tenia fuerzas. Hice mi llamada, me lave con un cubo de agua caliente y entre temblando bajo el grueso edredon. Tuve suenos extranos pero al dia siguiente no estaba enfermo, solo algo debil y dolorido. 9 horas de taxi y charla en mal ingles despues y estoy en Rishikesh.
Manana intentare tomar el bus a Nanital, y luego las monasterios budistas de Spity Valley, a mas de 4000 metros de altitud. Estoy algo cansado aun, pero todos los minutos, todas las horas de esfuerzo, espera y encuentro han merecido la pena.
6 comentarios:
. . . . .B R U T A L . . . . .
Nano; espectacular cabronazo... espectacular.
Cuantísims envidia... ...y que sana... Dios, tío; me lo tienes que contar todo...
Te veo bien, nitido.
Salud & Salu2!
Aki, todo invariablemente igual. Todo OK!
... 8·p ...
-
Muchas gracias Antoine!
Ya falta menos para el regreso. Ahora mismo estoy pasando las horas hasta que salga mi bus en un ciber de Rishikesh.
Encontrarme cosas como tu comentario es tan importante y tan especial como las montanas y los glaciares.
Cuidate mucho. Ya falta menos para el 17...
Alucinante aventura. pero macho come!!, no perdones una cena en la montaña!!, que te puede pasar factura. Aunque sea pan , algo hay que echarse al buche y a dormir.
Cuando vuelvas nos tendrás que pasar energía a todos.
La luna llena o casi llena y la naturaleza , en escenarios como el que describes, son combinaciones muy especiales. Recuerdo una ocasión en la garganta del siq.., que recuerdos!!, cuanta energía te va a quedar de experiencias así
Aj.
Si que es especial. Y muy energetico.
Respecto a la comida, estube tomando zumos, galletas, frutos secos y chocolates todo el tiempo, pero te juro que al terminar la jornada no tenia apenas fuerzas para hablar y no te dire para hacer la digestion.
El proximo dia no me apurare tanto las fuerzas.
Respecto a la energia de ess vivencias y momentos, en compania se multiplica.
Como me gustaria teneros aqui conmigo y montarnos unas expedicioes y unos paseos...
No es tan dificil venir... A ver si otro ano la cosa se anima.
no te extrañe colega.
Ajur.
Hola, lo primero muchas gracias por el blog, estare en la india y mas o menos queria saber ctos dias se me puede llevar ir de haridwar a gangotri? quiero hacer el mismo recorrido, ya veo que se puede hacer en un dia? preguntas
desde el mismo pueblo gangotri sale el camino hacia el glaciar?
es facil el recorrido?
el taxi cto le costo para volver a rishiminesh?
siempre a 4x4 para ir a los sitios o buses? esperan a que se llenen y despues salen?
mi correo arribad_ellos@hotmail.com
muchas gracias.
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