viernes, junio 23, 2006

instante


















Llevo dos dias escribiendo una entrada del blog.

Ayer recordé un relato sufí que habia leido en una revista de mi novia, y estube dandole vueltas a la transcripición. Lo recordaba bien y me habia impresionado vivamente, pero no me sonaba sufí, Sufí. Esos eran unos tios que se vestian con ropas de lana en el norte de áfrica, y que buscaban en el interior de arabescos y laberintos la sencillez de un dibujo para así entender el universo. Eran gente de una compleja sencillez.

Sus relatos tienen hasta siete interpretaciones diferentes a múltiples niveles, que te estallan en la mente años después cuando has madurado lo suficiente como para entender lo que decian, como las canciones del Último de la Fila. Y quizas años después si eres afortunado en el esclarecimiento tu vida, veas otro dibujo más sencillo aún en la alfombra del relato.

El cuento del que hablaba lo habia entendido a la primera, y no tenia pinta de ocultar -quien sabe - nada más. De modo que me puse a mirar más relatos, a comparar, a descartar. Leí, leí más para complacer a mi delicada audiencia, y mientras, pues estaba trabajando, resolví problemas grandes y pequeños e incluso una o dos cosas que no eran tonterias.

Y cada vez que estaba decantado por un relato o por una redacción concreta, algo me desviaba de ponerme, o de un detalle. Y así durante toda la mañana.

Hace unos minutos, cuando me han pedido que realice otra tarea cuyo instante de realización puedo fijar yo, me he dado cuenta que mi intención era hacerla inmediatamente, y que como toda la mañana, por una cosa importante o una tonteria, iba a postponer la entrada, y pasaría la jornada, despues la tarde en ver a un amigo, y quizas mañana no hubiera publicado nada.

Y he visto lo valioso del instante, y como habia dejado que se deslizara entre mis dedos desde ayer por tantas razones lógicas y estúpidas. Y éste momento es de oro si sabes mirar, es un diamante, como lo es una gota de agua atrapada en su vuelo.

En cinto minutos estaba copiado el relato, seleccionada la imagen y realizada la publicación de la entrada. Para esos cinco minutos he pasado pensando parte apreciable de estos dos dias, auque el relato y la entrada no necesitaban tanta meditación.

Se me escapan muchos pájaros al vuelo, se me estrellan muchas gotas de lluvia en el suelo, donde cambian de brillantes a manchas de humedad. Espero que esta otra lección me guíe en no dejar marchar los tranvias que salen en cada instante, en todos los aspectos de la vida.

Si no, corro el riesgo de vivir la vida de los demás, de resolver sus problemas, y de no ver los mios, de perderme en un bosque de detalles, de perderme...

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