sábado, mayo 24, 2008

Usual Happiness, con Kroke



Usual Happines, felicidad usual. Esa sensación positiva que tenemos algunas mañanas y algunas noches. Ese sentimiento de estar en lo correcto, en lo adecuado.

Lo disfruté hace unos días, tras levantarme tarde, y practicar la quotidiania que he elegido - tabla de ejercicios, meditación, ausencia de prisas y un punto de libertad. Ahora llevo un tiempo agobiado por la sombra de junio y sus exámenes. Una sombra alargada, fría en este mayo cálido que antecede al verano.

He elegido no irme de fin de semana con mis compañeros de Chi Kung, y estudiar, aprovechar ahora que aún hay tiempo y no hacen falta milagros. Las tentaciones van bastánte bien - o sea, resistiéndolas- y aunque tampoco estoy estudiando catorce horas diarias, las que echo, son buenas.

Siento sin embargo cierto vació, una tristeza en que las sombras se pueblan, las mujeres desconocidas se parecen a las que ya no están, y en mi cabeza hay presto un comentario para cada cosa que ocurre. No se si es la presión, las ausencias, o simplemente el viento soplando en otra dirección.

Se que pasará, que en los huecos entre los minutos y las horas hay espacio para que desaparezcan todas las cosas buenas y malas que traen las olas. Que el encuentro tonto de hoy puede ser la felicidad o tragedia de mañana. Sí, que todo pasará.

Esta sabiduría, como casi toda la que poseo, es puro pensamiento, y en el descanso de este, en el silencio, se encuentran la verdadera paz y la auténtica sabiduría. Que curiosa paradoja es esto.

He salido hace un rato a un concierto en la calle de Kroke, un grupo fantástico de música polaca - klezmer- y he podido desconectar por un rato. Incluso he visto a gente a la que no encuentro en meses, hasta en este pañuelo que es Murcia.

Felicidad. No la busques ni la desees. Es como el mundo, como una mujer. Para alcanzarla debes darle poca importancia, buscar otras cosas. ¿La primera? Tu mismo.

Usual happiness - Kroke

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen gusto para ir a los conciertos. He podido disfrutar 2 veces de Kroke en directo y son absolutamente fantásticos. Ese violín que nos traslada poco a poco al mundo personal de Kroke, esos gritos guturales de Kukurba (el ¿cantante?) que atraen a la superficie esa parte animal que solemos enterrar bajo toneladas de razón.

Ashbless dijo...

Kukurba. Este año se han traido un bateria, con lo que no suenan igual que la primera vez que los escuché en directo, suenan distintos. Pero con Kroke es así, siempre diferente.

Son fantásticos, y sí, es Kukurba el violín y cantante. Fabulosos. Muy buen gusto el tuyo tambien.

Un abrazo