viernes, enero 09, 2009

Para dejar el frio invierno atrás



















Ha terminado la Navidad. Los regalos, las cenas, y todos los trucos con los que intentamos, en los días más oscuros del año, extender el circulo de luz y amor. Acercarnos más a quienes nos son más queridos y dejar el invierno afuera.

Ha terminado la Navidad, pero el invierno sigue ahí. Debemos conservar en la memoria de la calidez de esos encuentros, y hallar en la propia jornada las razones para continuar. El camino hasta la siguiente Nochebuena es largo, y el verano parece un sueño imposible entre las bufandas y los cielos grises.

El invierno apenas comenzó en el calendario y los días son fríos y oscuros, pero este mismo extremo encierra la promesa de la primavera. Nada dura, nada persiste, e igual que las nieves y granizos guardan los ríos del deshielo, bajo de las ropas gruesas los cuerpos esperan el verano que llegará.

El invierno es un estado, una estación que ha de pasar. Podemos llevar en nuestro corazón duelos, tristezas y frios. Negarnos la calidez de un abrazo, o la caricia de otro cuerpo en nuestra piel. El verano lleva en su corazón la semilla del invierno, pero el invierno a su vez es la promesa del verano que llegará para equilibrar las cuentas del mundo.

Disfruta de aquellos a los que tengas cerca, no sabemos cuanto tiempo nos durarán esas caricias, o si ese amor se perderá en el olvido inevitable. Si estás solo, ese barbecho es necesario para preparar la siguiente primavera y los amores que aguardan.

Nada dura eternamente, y solo desaparece para volver cambiado. Mientras, que disfrutes del invierno, de la hermosa serenidad de su frío y de la calidez de sus hogueras. Son la promesa de la primavera que ha de llegar.

2 comentarios:

Artea dijo...

En realidaad, desde el pasado 21 de diciembre, con el solsticio de invierno, cada día estamos ganando luz solar; cosa que realmente ya no somos capaces de apreciar con esto de los cambios horarios según conviene a la eficiencia económica.

Muchos tienen la sensación de que las estaciones coinciden con la duración de la luz, y no es exactamente así; pues el invierno debería ser la estación de la oscuridad y realmente, es la del renacer de la luz.

Y es que, aunque la luz tiene que ver con la temperatura, la naturaleza es caprichosa y... le voilà... hay más luz que en el otoño y recién acabamos de entrar en los meses más fríos.

El frío traerá el calor; y la oscuridad la luz... así es el devenir.

Sepamos pues encontrar calor en medio del frío, y luz en mitad de la oscuridad... y habremos tocado la esencia. :)

Ashbless dijo...

Sí, hay un desfase entre unas cosas y otras. Es como si hubiera un necesario retraso entre la menor intensidad luminosa y el frío que esta ha producido.

La idea de continuidad es la principal del post. Igual que en el famoso dibujo de los peces yin-yang, todo exceso - el invierno- lleva en su interior la semilla de su opuesto. Esta es la naturaleza del equilibrio en un mundo vivo, contener los opuestos.

De otro modo este seria un mundo diferente, solo frío o calor, día o noche.

Esto es continuo a la idea del vacio. El espacio entre los hechos que permite que estos se produzcan. El descanso que necesita el dia, el verano, el amor, para ser posible, para ser el mismo sin destruir el equilibrio del mundo ni su propia naturaleza.

Un abrazo