viernes, febrero 09, 2007
Una semana en negro
La última semana ha sido una semana para olvidar. No estoy seguro de haber salido aún de ella.
Hoy encuentro mis pasos más ligeros, brilla el sol en la terraza de mi oficina, y parece que voy a disponer de algo de tiempo. No me encuentro especialmente mal, y aunque tampoco especialmente bien, le he pedido al jefe de la empresa de enfrente que ponga música. Como es su propio jefe a nivel regional, nadie va a hacer que la quite.
Suena la Mañana de Grieg en el ordenador de enfrente, y aunque anoche dije que habia aprendido cosas de esta semana, que era una señal de las cosas que fallaban, ahora necesito olvidarlo todo por un dia, reirme un poco y ya de nuevo de pie mirar lo que ocurrió. Hoy necesito olvidar para continuar. Para volver a andar.
La mañana de Peer Gynt Suite No. 1, Op. 46
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4 comentarios:
Sol, cierta tranquilidad, buena música... Todo invita a sentir ese bienestar dulce, plácido, que a veces nos invade sin otras causas que lo justifiquen. Y de la mano de esa paz interior, hacer un paréntesis en la línea de la vida cotidiana para abstraernos de los problemas y coger fuerzas para continuar la singladura.
Buen fin de semana, y que el lunes te encuentre con renovadas fuerzas.
Gracias.
La mañana ha sido un recorrido dificil. Casi naufrago, pero ya solo queda cerrar y esperar que el resto de la vida -el fin de semana- se entienda mejor.
Un fuerte abrazo
¡Ánimo!
No desesperes. Seguro que todó irá mejor más adelante.
Tienes razón. La fuerza de la desesperanza es hacernos olvidar estas cosas, y también a los buenos amigos.
Un abrazo muy fuerte
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