Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de arte. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?
-Yo sí -dijo el primero, y desapareció.
Fin
2 comentarios:
magnifico.
Gracias. el escritor de este relato conocia la regla básica de los fantasmas.
Quien más cree en fantastasmas, es el propio aparecido.
Publicar un comentario