domingo, abril 29, 2007
Sprout and the beam, de Joanna Newsom
En la red no existen los accidentes, solo los encuentros. En "el amigo de Frolic 8", blog de nombre sugestivo y evocador de ciencia ficción de pensar, y dedicado a música ¿¿?? tropecé, o mejor dicho conocí a Joanna Newsom, una suerte de hada o de arpista que se fotografia vestida de elfo entre bosques y cascadas.
A unos les encanta y recuerda a Björk, pero para mi que la islandesa necesitaria un tubo de valium y tres vodzkas antes de cantar tan tranquilita y ligera. En todo caso disfrutar o no de la voz aniñada y las letras líricas es cosa de cada uno...
Asnos estúpidos, de Isaac Asimov
Naron, de la longeva raza rigeliana, era el cuarto de su estirpe que
llevaba los anales galácticos.
Tenía en su poder el gran libro que contenía la lista de las numerosas
razas de todas las galaxias que habían adquirido el don de la
inteligencia, y el libro, mucho menor, en el que figuraban las que habían
llegado a la
madurez y poseían méritos para formar parte de la Federacion Galáctica. En
el primer libro habían tachado algunos nombres anotados anteriormente: los
de las razas que, por el motivo que fuere, habían fracasado.
La mala fortuna, las deficiencias bioquímicas o biodísicas, la falta de
adaptación social se cobraban su tributo.
Sin embargo, en el libro pequeño no había habido que tachar jamás ninguno
de los nombres anotados.
En aquel momento, Naron, enormemente corpulento e increíblemente anciano,
levantaba la vista, notando que se acercaba un mensajero.
-Naron -saludó el mensajero-.¡Gran señor!
-Bueno, bueno, ¿qué hay? Menos ceremonias.
-Otro grupo de organismos ha llegado a la madurez.
-Estupendo. Estupendo. Actualmente ascienden muy aprisa.
Apenas pasa año sin que llegue un grupo nuevo. ¿Quiénes son ésos?
El mensajero dio el número clave de la galaxia y las coordenadas del
mundo en cuestión.
-Ah, sí -dijo Naron-. Lo conoco. -Y con buena letra cursiva anotó el dato
en el primer libro, trasladando luego el nombre del planeta al segundo.
Utilizaba, como de costumbre, el nombre bajo el cual era conocido el
planeta por la fracción más numerosa de sus propios habitantes.
Escribió, pues: La Tierra.
-Estas criaturas nuevas -dijo luego- han establecido un récord.
Ningún otro grupo ha pasado de la inteligencia a la madurez tan
rápidamente. No será una equivocación, espero.
- De ningún modo, señor - respondió el mensajero.
- Han llegado al conocimiento de la energía termonuclear, ¿no es cierto?
-Sí, señor.
-Bien, ése es el requisito. -Naron soltaba una risita-. Sus naves
sondearán pronto el espacio y se pondrán en contacto con la Federación.
-En realidad, señor -dijo el mensajero con renuencia-, los Observadores
nos comunican que todavía no han penetrado en el espacio.
Naron quedó atónito.
-¿Ni poco ni mucho? ¿No tienen siquiera una estación espacial?
-Todavía mo, señor.
-Pero si poseen la energía termonuclear,¿dónde realizan las pruebas y las
explosiones?
-En su propio planeta, señor.
Naron se irguió en sus seis metros de estatura y tronó:
-¿En su propio planeta?
-Sí, señor.
Con gesto pausado, Naron sacó la pluma y tachó con una raya la última
anotación en el libro pequeño. Era un hecho sin precedentes; pero es que
Naron era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia.
-¡Asnos estúpidos!- murmuró.
Fin.
miércoles, abril 25, 2007
Alehop! examenes...
Hoy tendría que escribir acerca de los mensajes que leo entre líneas en mi quotidiania, o los maestros que me saltan en medio de la calle y me enseñan cosas evidentes pero fantásticas. (Algo evidente es fantástico cuando no lo percibes porque es demasiado sencillo y verdadero, y una mente rarificada, preparada, adulta y normal está en otra línea...)
O continuar con lo del hombre que plantaba arboles...
O poner una entrada sobre sexo tántrico o acontecimientos de actualidad (Con lo que subirían las visitas a este rincón tranquilo de la red...)
O contaros que estoy teniendo unos días fantásticos de humor. Expansivos, como lo está siendo el clima estos dias por el sur. La promesa de tiempos mejores me está animando. (vienen tiempos mejores, vienen tiempos mejores, vienen ...)
Pero la verdad es que estoy de exámenes hasta el cuello. Uno cada dia de la semana, excepto el jueves, que es el cumpleaños de mi novia.
Todo esto de los exámenes está muy bien, y es mejor que vea mi nivel académico con parciales antes de enfrentarme a los finales en junio. Así me asustaré y apretaré para entonces. Pero me pillan a destiempo. He estado intentado vivir y cometiendo errores -más que de costumbre - que me han reportando esfuerzo, angustia y cierta infelicidad. Ahora que empiezo a orientarme hacia la luz, hacia lo que realmente quiero y necesito, pues los exámenes.
No puedo decirle a mi profesores - Perdonen, pero he estado en una serie de crisis personales y existenciales que, hasta que he reparado recientemente en mis verdaderas aspiraciones vitales, me han impedido estudiar y descansar.
Ahora se como se siente quien le da un infarto el segundo día de hacer dieta mediterránea y tai chi.
Nunca es tarde ni pronto. Así que pasad de crisis existenciales largas, de angustias y de hacer lo que realmente no deseais.
Vivid! y mejor hoy que mañana...
martes, abril 24, 2007
El hombre que plantaba arboles
El Hombre que plantaba arboles es una hermosa historia que conocí hace ya años, y que tras permanecer dormida ese tiempo, ha reaparecido para emocionado a la gente que tengo alrededor.
Ha llegado la primavera y a esta historia le toca brotar de nuevo. Aquí lo tenéis. Espero que os guste. Pronto escribiré más sobre esto.
Si uno quiere descubrir cualidades realmente excepcionales en el carácter de un ser humano, debe tener el tiempo o la oportunidad de observar su comportamiento durante varios años. Si este comportamiento no es egoísta, si está presidido por una generosidad sin límites, si es tan obvio que no hay afán de recompensa, y además ha dejado una huella visible en la tierra, entonces no cabe equivocación posible.
Hace cuarenta años hice un largo viaje a pie a través de montañas completamente desconocidas por los turistas, atravesando la antigua región donde los Alpes franceses penetran en la Provenza. Cuando empecé mi viaje por aquel lugar todo era estéril y sin color, y la única cosa que crecía era la planta conocida como lavanda silvestre.
Cuando me aproximaba al punto más elevado de mi viaje,
continuar...
lunes, abril 23, 2007
Las mañanas buenas
Hay mañanas en las que sientes que estas continuando el mismo día. Es solo una vuelta más del mismo engranaje, y el temor a repetir te dejará mañana otra vez en el punto de partida.
Otras mañanas son parte de un viaje. Itinerario y paisaje de propósitos, esperanzas y proyectos. El tiempo pasa y cada jornada añade algo, marca una pequeña diferencia que te llevará al fin a donde deseas llegar.
Y también están aquellas en que por fin vuelves a avanzar. En las que resuelves un conflicto largo tiempo planteado y tras quizás aprender algo, tomas una nueva etapa, o al menos vuelves a moverte.
Esta es de las últimas. Siento que vuelvo a caminar, y que muchas cosas vuelven a ser posibles. Que continuo viaje, muy bien acompañado, y que mañana definitivamente será otro día.
domingo, abril 22, 2007
Tao Te King 30
Aquel que ayuda al príncipe en el buen
SENTIDO,
no violenta el mundo con las armas.
Sabe que toda acción recae sobre uno mismo.
Los ejércitos no dejan tras de sí
más que zarzas y espinas.
La miseria sigue siempre a las batallas.
Por eso, el hombre valeroso persigue el
desenlace, y nada más.
No intenta conquistar por la fuerza.
Desenlace, sin jactancias,
desenlace, sin celebraciones,
desenlace, sin orgullo,
desenlace, por que no queda más remedio,
desenlace, prescindiendo de la violencia.
Ha llovido por fín. Al llegar a casa, he estado dando vueltas y jugando con la bici en un plaza desierta. Demasiado contento para subir a acostarme.
De momento las cosas vuelven a su sitio. Hasta mañana por la mañana, al menos.
sábado, abril 21, 2007
Ayuda alienigena, de Eric Lavin
Tormenta
No llueve
El tiempo informa de lluvia, el cielo está oscuro y se nota en la tierra una tensión sutil. Los signos que anuncian tormenta están presentes. El mundo y yo esperamos la lluvia.
Pero sin embargo no llueve.
Lluvia que lavaria las calles, que aflojaria la tensión que siento. Que me dejaria estudiar, descansar o simplemente cerrar los ojos. Lluvia o tormenta.
No hay peor dolor que una llaga en la comisura de los labios, que esa espina que no puedes alcanzar. Ese ruido que se clava en el fondo de tu alma y no te deja dormir.
Esa gota que no termina de caer, ese silencio que no trae paz.
Estoy deseando que caiga la tormenta. Que termine todo para bien y para mal, y que así sea libre de estar bien o mal. Lo que sea.
viernes, abril 20, 2007
Volver o quizas no haberse marchado
Estoy en unos dias de impass, de cambio. Esos instantes que se pasan bajo el quicio de la puerta, ni dentro ni fuera, simplemente en proceso.
De niño pasé muchas horas de muchos dias en el coche de mi padre, por entonces viajnate de comercio. Aprendí entonces a aburrirme, desesperar y al fin a dejar pasar las horas. Que las horas que pasas en vehículos y tiempo de cambios no es tiempo normal, apenas cuenta, y mientras estás así, viajando a alguna parte y sin poder llegar, es como si el mundo exterior se hubiera parado.
Esto ayuda a pasar mejor estos tiempos en los que no puedes hacer nada. Es como si un viaje en bus o avión fuera un tele transporte lento, mientras en la ventanilla se proyectan películas de amaneceres y horizontes para entretener a los viajeros dimensionales.
Ahora me siento así. Cuestiones importantes sobre mi pasado y futura vida están en el aire. He abandonado mucho tiempo mi casa, mi cuarto y he terminado, como reacción, redescubriendo mi espacio, mis libros, incluso esos compañeros de piso majos y pacientes de los que había prescindido los dos últimos meses.
Mi cuarto es blanco, amplio, y está casi decorado por entero por muebles y cosas que he ido comprando y arrastrando por todas partes. Pero no sé si me voy a ir pronto a vivir en pareja, o si aún me despertaré entre las paredes blancas y los grabados japoneses que tanto amo. Vivir con quien quieres es perder algunas cosas y ganar muchas otras, pero cada vez creo menos en el valor de los sacrificios, y más en la libertad de compartir.
Poner en una balanza personas, historia y esperanza y en la otra libertad y seguridad es una locura...
Mientras voy a llevar a imprimir dos de mis grabados favoritos de Shin Hanga.
¿Os gustan?
lunes, abril 16, 2007
Conducir
Mi profesora de autoescuela dice que este viernes, si me lo gano, podré examinarme del carnet.
Lo de si me lo gano forma parte de una guerrilla psicológica que por lo visto debe establecer con todos sus alumnos. Un tira y afloja que no se si muchos percibirán pero que está allí. Zanahorias y alumnos, y el carnet del coche.
Estabamos girando para meterme de nuevo en una avenida que conozco ya como mi cama, y empezó a darme un poco la brasa con la posibilidad de examinarme el viernes o no. Y yo pensé, como haria un arabe de novela de aventuras -en el desierto- in Allah, todo está en manos de Dios. Pero no se lo dije, porque ha veces me dice que tiene que coger el diccionario para entenderme, y porque explicar frases en arabe y aminorar, controlar el tráfico y cambiar de marcha son más cosas que las que puedo hacer aún al mismo tiempo.
Tampoco merecia respuesta la frase. Yo voy como voy. Si me aprietas más soy como un tubo de pasta de dientes, y como tendrá que ponerme mañana en la lista de examinandos, poca mejora voy a hacer en una o dos clases más.
Me voy dando cuenta desde que me conozco, que respondo a la presión de unas pocas formas.
Una presión moderada me sirve de estímulo, aunque puede resultar en hacer las cosas pensandolas, con lo que no me salen naturales. Regular.
Una presión media me pone nervioso, y reacciono en ráfagas o tirones. Malo.
Una alta presión con errores me produce un bloqueo tremendo, con errores que se amontonan. Catastrófico.
Así que cuando me someten a presión, tomo nota y paso la página. Las cosas como mejor se hacen es sin pensarlo, de manera natural y fluida. Wu wei -no hacer- como diria un chino.
O sea, sin que la mente supervise lo que haces. Podría parecerte descuidado, pero cuando conduces tranquila y suavemente, sabiendo que estas haciéndolo, pero sin fijarte demasiado, no cometes errores, y fluyes en el momento. Incluso puedes pensar en la lista de la compra o cantar con la radio.
Si empiezas a querer controlar exactamente lo que haces, cada juego de marchas, reflejos, miradas y respuestas empieza a ser demasiado. Se genera una enorme tensión, que primero alcanza a la mente y se traslada a los músculos después. Necesitas parar para saber que es lo que haces, contar y saber porque pierdes seguridad.
Así que he decidido que la única presión es la atmosférica. Si me examino el viernes genial, y si es otro dia, pues que se va a hacer... Ponerse nervioso, ni de broma.
domingo, abril 15, 2007
Oportunidades
Siempre quedan oportunidades.
Me di cuenta de ello hace ya algún tiempo, cuando cambié la dirección de mis pasos. Entonces supe que siempre hay otro momento, en cada instante salen trenes nuevos. Es difícil ser un excelente violinista si empiezas después de los siete años, pero siempre puedes disfrutar de lo que haces. Dejar de vivir por poner fechas y límites a lo que puedes hacer es una cuestión solo de miedos.
Todos los caminos pueden volver a recorrerse.
Hace unas semanas que me doy cuenta de otra cosa sobre las oportunidades, y es que están aquí continuamente, tan apretadas como gotas de lluvia. Todo lo que tenemos que hacer es estirar la mano para poder disfrutarlas, apenas más que ser capaces de reconocerlas y no echarnos atrás por el miedo.
Obviamente hay momentos mejores que otros, pero donde la mayoría no encuentra nada, otros hallan inspiración o fortuna. Quizás la misma persona que antes no creía nada posible, más adelante, con más conocimiento o confianza puede hacer mucho.
Ese instante dorado no es algo tan raro. Que no lo percibamos es otra cosa. Tampoco percibimos el brillo del sol durante todo el día, y sin embargo no hay nada tan brillante en el cielo.
Llevo varias semanas dejando escurrirse oportunidades de volver a escribir en el blog, a veces quejandome de no poder ponerme a escribir. Hoy por fin he decidido encontrar una. Simplemente ha sido cosa de sentarse y no hacer otra cosa. Y ahora pienso, si ha sido tan difícil...
miércoles, abril 04, 2007
Lo que tú quieras oir
Sofía llega a casa tras un largo día de trabajo. Charla con una amiga y prepara una cena para su novio. Pero algo sucede y se ve obligada a elegir entre la realidad, la ficción o algo que está a medio camino entre ambas cosas. Lo que tú Quieras Oír es una historia de amor sobre la relación entre la ficción y la realidad.
Pero, como apunta un espectador, tenemos tan poca información que cada persona montará en su cabeza una historia distinta, aportando los detalles que son propios. Que lo disfruteis.
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