martes, abril 24, 2007

El hombre que plantaba arboles



















El Hombre que plantaba arboles es una hermosa historia que conocí hace ya años, y que tras permanecer dormida ese tiempo, ha reaparecido para emocionado a la gente que tengo alrededor.

Ha llegado la primavera y a esta historia le toca brotar de nuevo. Aquí lo tenéis. Espero que os guste. Pronto escribiré más sobre esto.




Si uno quiere descubrir cualidades realmente excepcionales en el carácter de un ser humano, debe tener el tiempo o la oportunidad de observar su comportamiento durante varios años. Si este comportamiento no es egoísta, si está presidido por una generosidad sin límites, si es tan obvio que no hay afán de recompensa, y además ha dejado una huella visible en la tierra, entonces no cabe equivocación posible.

Hace cuarenta años hice un largo viaje a pie a través de montañas completamente desconocidas por los turistas, atravesando la antigua región donde los Alpes franceses penetran en la Provenza. Cuando empecé mi viaje por aquel lugar todo era estéril y sin color, y la única cosa que crecía era la planta conocida como lavanda silvestre.

Cuando me aproximaba al punto más elevado de mi viaje,

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una historia preciosa de esas que te encuentras cada poco tiempo en internet y cada vez la vuelves a leer, aunque ya conoces la historia.
Por cierto, me gusta tu blog, no participo mucho, pero lo leo a menudo. Te lo digo por que a veces es alentador saber que hay alguien detrás leyéndote, aunque no diga nada.

Ashbless dijo...

Muchas gracias.

No debiera ser necesario el aliento si esto fuera una ascensión en solitario. Un diario intimo. Una radiografía del subconsciente...

Pero nadie es una isla y en un árbol que cae en un bosque sin nadie que lo escuche no hace realmente ningún ruido. Se agradece que no solo tenga este sitio donde soltar y expresar, sino que también pueda compartir.

Un fuerte abrazo.