lunes, abril 16, 2007
Conducir
Mi profesora de autoescuela dice que este viernes, si me lo gano, podré examinarme del carnet.
Lo de si me lo gano forma parte de una guerrilla psicológica que por lo visto debe establecer con todos sus alumnos. Un tira y afloja que no se si muchos percibirán pero que está allí. Zanahorias y alumnos, y el carnet del coche.
Estabamos girando para meterme de nuevo en una avenida que conozco ya como mi cama, y empezó a darme un poco la brasa con la posibilidad de examinarme el viernes o no. Y yo pensé, como haria un arabe de novela de aventuras -en el desierto- in Allah, todo está en manos de Dios. Pero no se lo dije, porque ha veces me dice que tiene que coger el diccionario para entenderme, y porque explicar frases en arabe y aminorar, controlar el tráfico y cambiar de marcha son más cosas que las que puedo hacer aún al mismo tiempo.
Tampoco merecia respuesta la frase. Yo voy como voy. Si me aprietas más soy como un tubo de pasta de dientes, y como tendrá que ponerme mañana en la lista de examinandos, poca mejora voy a hacer en una o dos clases más.
Me voy dando cuenta desde que me conozco, que respondo a la presión de unas pocas formas.
Una presión moderada me sirve de estímulo, aunque puede resultar en hacer las cosas pensandolas, con lo que no me salen naturales. Regular.
Una presión media me pone nervioso, y reacciono en ráfagas o tirones. Malo.
Una alta presión con errores me produce un bloqueo tremendo, con errores que se amontonan. Catastrófico.
Así que cuando me someten a presión, tomo nota y paso la página. Las cosas como mejor se hacen es sin pensarlo, de manera natural y fluida. Wu wei -no hacer- como diria un chino.
O sea, sin que la mente supervise lo que haces. Podría parecerte descuidado, pero cuando conduces tranquila y suavemente, sabiendo que estas haciéndolo, pero sin fijarte demasiado, no cometes errores, y fluyes en el momento. Incluso puedes pensar en la lista de la compra o cantar con la radio.
Si empiezas a querer controlar exactamente lo que haces, cada juego de marchas, reflejos, miradas y respuestas empieza a ser demasiado. Se genera una enorme tensión, que primero alcanza a la mente y se traslada a los músculos después. Necesitas parar para saber que es lo que haces, contar y saber porque pierdes seguridad.
Así que he decidido que la única presión es la atmosférica. Si me examino el viernes genial, y si es otro dia, pues que se va a hacer... Ponerse nervioso, ni de broma.
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3 comentarios:
A m i me pasa lo miso con la presión. Si estoy sometido a presión me bloqueo y mi reacción es exactamente igual a la tuya, dejar pasar el momento, no actuar en esas condiciones, por que lo suelo hacer mal.
Pasa el momento y estoy listo.
Tienes razón. A veces basta un segundo para librarse de la tensión, ser consciente de que estás tenso.
A veces toca marcharse y mañana será otro dia.
De un modo u otro, la presión justa.
Un abrazo
Estimado 方大同Khalil, gracias por tu comentario. He usado el traductor de Google y no puedo ni imaginar lo que quieres aportar, aunque la palabra sexo parece que está dentro de uno de dado tres ideogramas.
Muchas gracias por pasarte por aquí y un abrazo
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