domingo, junio 10, 2007

El silencio en tu cabeza






















Este texto es la respuesta a un comentario que me dejó Suldu ayer en Experimento. Pero la respuesta es tan general y abierta que sirve para todos, incluido yo mismo.


Obviamente no hay nada malo en pensar. Ni en que tu mente o una parte de ella interrumpa tus acciones o tu descanso.

Aunque el discurso mental no es necesario para muchos procesos de la vida cotidiana, "pensar" como solemos entenderlo es una herramienta útil. Con ella nos organizamos, usamos la lógica y damos forma a la creatividad del subconsciente.

Sin embargo es solo una herramienta. Solo eso. No somos nosotros. Eso lo sabes porque cuando saltan esos pensamientos, es en nuestra mente donde surgen, pero también somos espectadores y a veces victimas de ellos.

El Ego es una herramienta utilísima, como un robot de cocina. Pero no nos identificamos con nuestro robot de cocina, ni lo usamos cuando conducimos ni cuando estamos disfrutando de un partido o una película.

Sin embargo, muchas veces nos llevamos esos pensamientos recurrentes o innecesarios. Le damos vueltas a cosas que sabemos no vamos a solucionar, o se nos clava una melodía como una espina en el paladar y le estamos dando vueltas toda la jornada.

O problemas personales nos impiden escuchar bien a jefes, amigos o amantes. Nuestras energías se disipan en batallas y discusiones mentales que vamos a perder. O cuando buscamos la paz del sueño nos asaltan furiosos discursos, miedos, pensamientos o recuerdos.

Eso no es positivo. Ni necesario. Deberíamos ser capaces de pensar cuando lo necesitamos, y dejar de hacerlo el resto del tiempo. No perdernos nada porque estemos pensando que nos van a contar en lugar de escuchar sin prejuicios, o porque pensemos que necesitamos el gordo de la lotería, ni perder horas de sueño por cosas que no ocurrirán hasta mañana.

En otras épocas de mi vida en que no tuve los problemas actuales y si mucho tiempo y voluntad para cuidarme, me libré de ese ruido al 90%, y quedé asombrado. Asombrado porque al salia del gimnasio veía casi todas las ramas de cada árbol o percibía las ondas del río y su cauce como un todo. El mundo era un lugar más placentero y ordenado, y me acostaba y a los veinte segundos estaba dormido...

Esas cosas. Ahora me toca volver a trabajar para conseguir eso, o mejorarlo. No fue ni fácil ni difícil, y eso que partí de una situación personal muy adversa, de estar dándole vueltas al coco todo el día, sin parar.

Solo es un camino gradual, un esfuerzo diario que se ve enormemente recompensado. Pero merece la pena. Y ahí vamos.

4 comentarios:

La_Marieta dijo...

tienes razón... a quienes adolescemos de pensaderitis nos cuesta demasiado ver la belleza de todo lo demás...

Ashbless dijo...

Dejar de pensar tanto es sencillo...

Claro que también lo es dejar de fumar, y trae a tanta gente de cabeza.

Al final es cosa de cada uno, aunque ¿por qué pensarlo todo? Hay tanto que ver, que aprender y sentir.

Dijo Zenon de Cition, "tenemos dos orejas y una boca, para escuchar más y hablar menos"

Pues eso, a pensar menos las cosas y a vivirlas.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo.
Los pensamientos incontrolados y bulliciosos no traen nada bueno.
Mi contestación al post en el que te basaste para escribir esto, es igualemente válida para aquí.

Ashbless dijo...

Respecto al pensamiento me acuerdo de mi fragmento favorito del
tao te king (favorito porque lo entiendo apenas un poco mejor que el resto).

11. La Riqueza y lo Valioso

Treinta radios se unen en el centro;
Gracias al agujero podemos usar la rueda.
El barro se modela en forma de vasija;
Gracias al hueco puede usarse la copa.
Se levantan muros en toda la tierra;
Gracias a la puertas se puede usar la casa.
Así pues, la riqueza proviene de lo que existe,
Pero lo valioso proviene de lo que no existe.