viernes, marzo 31, 2006

Algo nuevo, algo viejo, algo azul


















Ya tengo bici nueva!

La verdad es que la compré el lunes, pero desde entonces no he tenido el tiempo y las fuerzas para sentarme a contarlo.

Antes de seguir, os doy las las gracias a todos por leer la entrada anterior. Por los comentarios de simpatia y condolencia, o por haber pensado parecido aunque no te hallas animado a escribir. Gracias.

Ya sabeis lo que disfrutaba de mi anterior bicicleta, que con ella habia perdido el miedo y descubierto el gusto de rodar por las calles y los parques, incluso de rodar con el tráfico, llenandome de adrenalina cuando la cosa se pone peligrosa...

Volver a ser un peatón forzoso, ahora que mis clases abarcan más distancia que antes, y tambien mis lugares favoritos y mis afectos, se me ha hecho muy cuesta arriba, y el lunes pregunté a amigos donde podia comprar una bicicleta.

Una bici de segunda mano, que no me costara más de lo que puedo pagar hoy y fuera menos llamativa, para que no corriera la misma suerte que la anterior...

Me recomendaron un par de talleres de bicicletas y esa misma tarde me tropecé casualmente con uno de ellos mientras buscaba el centro Yesqueros.

El dueño, un señor mayor con cierta pinta de duende, bajo, calvo y de manos enormes. Tenia pocas bicicletas en venta, pero la segunda que me enseñó me causó tan buena impresión que no me lo pensé mucho y sin mirar en otros sitios ni regatear, la pagué y me la llevé puesta.

No llegué muy lejos, pues mirando como entraban los cambios en vez de lo que tenia adelante, tropecé con una rama baja de un olivo, y me dí un golpe terrible. Quedé aturdido en el suelo, y tras ayudarme a incorporarme y recuperar la claridad mental los transeuntes, volví al taller con la rueda trasera rota por tres radios y el cambio de marchas casi reventado.

El dueño del taller puso cara de exasperación pero con una velocidad increible probó otra rueda, desmontó y reparó el cambio, y la dejó en condiciones sin cobrarme nada. Solo dijo, "a veces se hacen buenos negocios y a veces malos..."

Desde entonces la bici ha hecho algún viaje largo, bastantes cortos, ha vuelto al taller para colocar un pedal nuevo, y le he puesto un piton de moto tremendo y que seguramente puede abrir algún ladron mañoso. Espero que a los torpes los desaliente.

Me gusta la bici. Me gusta pese a ser más antigua. Tiene formas clásicas, buena frenada y empiezo a apreciar la ausencia de amortiguadores. Pero me dá igual. Es de color azul, mi favorito, y me trasmite sensaciones muy curiosas.

Muy rápido, antes de lo que pensaba, se ha convertido en mi bici...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola hola, soy Almansa...
Tengo un minuto libre de vida entre todo el trabajo y me he pasado por tu blog...
¿No crees que te has pasado un poco con lo de la bici tio?. Podías haberle escrito una elegía, o un panegírico, o unas "coplas a la muerte de mi bici", o dedicarle una versión de "mi carro", de Manolo Escobar,léase "mi bici"...
Yo particularmente odio las bicis. Me parece algo tan.. tan... no sé, tan europeo... Las bicicletas son para el verano, y para los chinos, porque son muchos y la gasolina es para los tanques... En fin, cosas mías, que también tienen sus raices en aspectos profundos de mi ser... ¡tú ya me conoces!
P.D.: Espero que no fuera muy cara. ¿Has pensado en que se la pudo llevar ET?
Saludos a todos

Anónimo dijo...

Supongo que una bici ya rodada tiene la ventaja de que ya ha sentido el contacto humano y no está tan "salvaje" (por así decir). Me alegro de que estés contento con ella. Espero que te recuperes pronto de tus secuelas de la caída.