sábado, diciembre 22, 2007

Cuento de Navidad

























Se levantó a las tres. Había dormido durante la mañana, desde las nueve. Unas horas llenas de sueños ahora confusos, imágenes pegadas como la lengua al paladar.

Estuvo un rato adaptándose a la consciencia y vigilando el reloj, no se le pasara la hora. Y cuando ya no era posible esperar más, salió de la cama, se vistió con la ropa que llevara la noche anterior en el trabajo y salió de casa. Pedalear en bicicleta es siempre divertido, aunque estés tan destemplado que no te sobren el aparatoso anorak y la bufanda. Tomar algunos tramos en dirección prohibida, cortar por aceras y escurrirse entre los coches más lentos.

Todo para llegar con solo un minuto de retraso y que la madre de su alumno de matemáticas le anunciara que no iban a dar la clase.

-Espera que te doy el aguinaldo y hoy no dais clase, que llevas a mi hijo muy bien. Estoy muy contenta.

Sorpresa, un cierto picorcillo de orgullo, pero también ciertos problemas para aceptar esto. Llevaba horas haciendo fuerzas en su cabeza para estar ahí, dar la clase, y ahora pretendían pagarle por no darla. Le desearon feliz navidad, que lo disfrutara con la familia y que descansara. Maquinalmente, algo sorprendido aún dió las gracias. Estrechó la mano pequeña del estudiante y besó en las mejillas a la madre, menuda y con un vientre enorme de embarazada.

-Es la primera vez que me pasa esto, explicó. Y felicitó las fiestas, y deseó lo mejor. Adelantó las clases siguientes, donde tuvo que amenazar a los adolescentes con marcharse si no se esforzaban y dejar a otro en el puesto. Y después les explicó las virtudes de trabajar un poco en el momento correcto, de tomar en serio lo que haces. Se sintió bastante hipócrita, viviendo como vivía a salto de mata.

Salió corriendo. Tenia que ver a un amigo muy querido al que no veia desde octubre. Paró un segundo para ojear en una librería un libro que no iba a comprar por saber que tenerlo no iba a resolver sus problemas, y llegó muy justo a la cita.

Al principio no sabían donde ir. Su mente continuaba en la bicicleta, esquivando el tráfico. Sus pies parecían ir de un lado de la calle a otro. Su amigo esperaba sin prisas. Y al final fueron a tomar un té a una teteria cercana. Fue un rato delicioso. Por una hora sintió que merecía estar con ese amigo suyo, al que respetaba con exceso. Igual que la persona que el tenia enfrente, trabajaba muchas horas, vivía con frugalidad, y ultimamente no se estaba metiendo en muchos líos. No había construido una familia propia, ni veia apenas a los suyos, pero intentaba llevar su vida adelante. Se sintió apreciado, estimado. Casi comprendido.

Y luego cuando se quedó solo se retiró a casa. Se dio cuenta que no le había deseado a nadie feliz navidad, solo felices fiestas. La omisión le extrañó. Como tenia un todo a cien debajo de su casa, compró un pequeño belén de plástico. Lo colocó en el oscuro salón del piso compartido, ahora caótico por otra fiesta reciente a la que tampoco había asistido. Lo puso encima del televisor, el auténtico altar de la casa.

No sabia como colocar las figurillas de plástico. En su infancia había sido el severo padre el que montara el belén de barro, antiguo y artesanal, y no dejaba a nadie tocarlo. Así que estuvo ensayando posiciones. Reyes, pastores y los animales jugaron al corro entorno a la sagrada familia. Al final quedó casi satisfecho.

Un impulso le surgió sin entenderlo. Fue a su cuarto y pintó con letras caligráficas inglesas, onduladas y gráciles, una leyenda "¡Feliz Navidad! Paz en la tierra a las gentes de buena voluntad" en una cartulina. La colocó encima del nacimiento.

Esa noche trabajaba también. Saldría al curro en un par de horas. Hoy no había podido hacer preparativos para el viaje inminente a Francia. Afortunadamente los regalos de Navidad ya estaban comprados. Bueno, casi todos. La maleta la iba a dejar para otro día

Sin saber que hacer, acabó llenando la bañera, corta y estrecha, de agua caliente. Tenia frío aún, aunque el cuarto estaba templado. Cuando el agua caliente llegaba casi al borde se metió con cuidado. Se hizo un ovillo para cubrirse entero y pensó que el vientre de su madre habría adoptado la misma postura. Y que también la adoptaban los ancianos dementes del asilo si se los dejaba sin vigilar.

Sintió entonces que comenzaba a latirle un músculo bajo el ojo, por primera vez en años. No dejaba de pulsar y de moverse. Y entonces comprendió que podía estar teniendo un pequeño ataque de ansiedad. Ansiedad Navideña...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido Ashbless!

Volvi a este mundo justo para leer, para ahogarme en tu relato...

El músculo que latía bajo el ojo, no anunciaba una lágrima?

No es ese el resultado lógico de la "ansiedad navideña" o como lo dice el maravilloso Sluagh, el "horror al vacío".

Felices fiestas, feliz navidad, feliz felicidad....en que momento el exceso de repetirlas, de escucharlas, de ser bombardeadas por ellas SIN SENTIRLAS las hacen mas huecas? mas vacías?

Tu belén de plástico (nacimientos les llamamos en México) no fue realmente instalado sobre la tele, está instalado en tu ser, en tu esencia.. y ahi se quedará todo el año.

Hoy 21 de Diciembre se celebra el equinoccio de Invierno, y supuestamente era la fecha en que se celebraba el verdadero origen de la Navidad, pues bien, querido amigo, alzo mi copa, te envío un SINCERO deseo de FELICIDAD esta noche...

P.D. Creeme cuando te digo que yo iba tras de ti mientras pedaleabas.

Ashbless dijo...

No lo sé, no habia pensado que podia ser el anuncio de una lágrima. Es posible, por la zona en la que está descrito...

Pero el resultado de la ansiedad navideña es más que una de sus manifestaciones externas esa desazón, ese quedarse cortos las fuerzas y la ilusión, estar sin aliento, y aunque no te derrumbes por fuera o incluso por dentro, estar haciendo fuerzas, seguir haciendo fuerzas, sin esperanza de descanso, de parar.

Para mí la navidad desde hace mucho es una fecha, una convención humana que en unos estimula nocbles sentimientos, en otros ilusión y en muchos más, trabajo, beneficio o sentir más la tristeza, la soledad.

A mi esto último no me pasa, pero tampoco las otras cosas. Para mi la navidad ha perdido casi todo. Pero el choque entre esta realidad y lo que se supone debia ser, es como un martillazo en mi cabeza.

En mi tierra llamamos nacimientos tambien a los conjuntos de unas pocas figuras, Maria y el niño, San José, el angel, la mula y el buey. Si además tienes más figuras, aparte de los reyes magos, entonces empieza a ser un belén. El descrito es un nacimiento con más cosas, o el más pequeño belen que se pueda imaginar.

No te deseo que vayas tras de mí cuando pedaleo por llegar tarde. Es algo extenuante y peligroso.

Muchas gracias por tu brindis. Desde aquí te envio otro.

Paz en la tierra a las gentes de buena voluntad

Ashbless dijo...

Me corrigo. Esta naidad no ha sido de por sí triste o deprimente. Pero si ha supuesto un aumento apreciable del estress. Superar niveles que ya eran altos.

Y aunque en general no suelo sentir ya tristeza por pensar que es navidad, ese confrontar lo ideal con lo verdadero, más el estress, no resulta agradable.

Vamos, que al final si que están siendo regulares las fiestas. No malas, pero si con momentos tontos.

Un saludo

Calle Quimera dijo...

No sé por qué, tenía la sensación casi desde el principio de que el chico de la bici eras tú.. :-)

¿Qué pasa ahora, Ashbless? Antes la navidad se vivía como algo mágico, eran fechas entrañables para niños y mayores, nadie se deprimía auque faltasen cada año más seres queridos a la mesa. Y ahora, raro es quien de verdad disfruta de estas fiestas. Para la mayoría son un mal trago, aunque no todos que lo sienten así lo confiesen.

Y lo peor, es que cada vez más gente joven siente la navidad como una carga anímica...

De todas formas, mi deseo para ti es que te alcance toda la felicidad posible, que se te pegue a la piel y que nunca más se desprenda de ella.

Un beso. Y un abrazo de los buenos. :-)

Calle Quimera dijo...

Se me adelantó Avalon.Yo tenía un belén de plástico en el que aparecían soldaditos,aviones y hasta el niño Jesus llevaba un helicóptero.Me lo pasaba bomba.Ahora en Navidad no tengo muy claro lo que celebrar,la familia,la solidaridad,amistad,etc son cosas que tendrían que vivir con nosotros todos los días ¿no?.De todas formas yo intento recordar en mi corazón a aquel que dijo:"Amaos los unos a los otros....".SALUD Y UNA BUENA NAVIDAD.