lunes, marzo 31, 2008
domingo, marzo 30, 2008
sábado, marzo 29, 2008
Doctor Who? Doctor quien?
Que he hecho estas últimas semanas?
Reunir los trozos que me había dejado por ahí, pasarlo mal, practicar furiosamente la meditación, dejarla y regresar.
Realizar las tareas no aplazables -trabajar, comer, dormir.
Dejar para otro momento las aplazables -casi todo lo demás.
Y tras arreglar y configurar la seguridad de la wifi de mi piso, empezar a ver "Doctor Who"
La verdad es que desde los 8 años no practico ninguna religión. Me gusta mucho el yoga, y creo que meditar es una de las cinco cosas que todos debemos hacer. Estudio a ratos el Tao, y sigo irregularmente buscando e intentando comprenderme. Pero no tenia una religión hasta que empecé a ver Doctor Who.
¿Que es Doctor Who? Una serie británica de ciencia ficción que lleva 26 temporadas emitiéndose con gran éxito de audiencia y crítica. Y no me extraña, porque los capítulos que he visto de las últimas temporadas son de lo mejor que me trago en años.
El Doctor -que no tiene nombre conocido- es un extraterrestre con leve pinta de colgado que viaja por la historia y por el universo en la Tardis, por fuera una cabina de policia antigua y por dentro una enorme y barroca astronave que haría palidecer de envidia al capitán Nemo. El Doctor es un tipo inteligente y divertido, que gusta de viajar, y siendo el último de su pueblo, invitar a gente, humanos en su mayoría a acompañarlo en sus viajes, para que lo frenen un poco, aliviar la crónica soledad, y también para que el espectador tenga más fácil seguir la historia.
Es un tipo sutil, valiente y tranquilo, con un profundo sentido de la justicia. No tiene superpoderes - apenas algunas habilidades especiales- apenas su intelecto, algunos gadgets, sentido común y ganas de ver el universo.
Aun lleno de recursos y trucos, el doctor puede ser herido e incluso morir. Entonces sufre un proceso de regeneración, cambiando de cuerpo, de cara, talentos y personalidad. O sea, que cambian de actor. Este truco ha permitido que la serie se mantenga fresca tras más de veintiseis años. Ha ocurrido ya diez veces, y la verdad es que da pena despedirse de cada una de sus encarnaciones.
Si tenéis curiosidad y buscáis algo bueno y diferente, nada de tonterías kinder. Mirad en vuestro canal de pago o vuestro emule. El primer capítulo de la temporada de 2005 es divertido pero algo flojo. ¿El resto? Mi nueva FE.
Tao Te King 48
Practicando el aprendizaje,
diariamente se acrecienta.
Practicando el Tao,
diariamente se decrece.
Decrecer y otra vez decrecer,
hasta llegar a la no interferencia.
No interferir
y sin embargo nada queda sin hacerse.
Siempre aceptar al mundo
cuando no hay que ocuparse de él.
Si hay que ocuparse de él,
no vale la pena aceptar al mundo.
7 maneras de intentar explicar una semana
Llevo ya siete principios de entrada.
He comenzado con una frase de Buda "cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo", seguido con una reflexión sobre las divisiones internas que podemos sufrir. He buscado inspiración en las fotos presentadas aleatoriamente en Flickr, y en la mala semana que llevo.
Pero nada me ha satisfecho. Sere sincero, a veces no hay peor jefe que uno mismo. Si este blog fuera un ejercicio de estilo, cualquiera de las anteriores posibilidades habria sido suficiente. Escribir es solo un esfuerzo técnico. Pero no es eso ni lo que quiero ni lo que necesito.
Al contrario, dejar fluir lo que está enredado y confuso en mi cabeza y darle luz, permitirme a mi mismo saber que es lo que siento, vivo y pienso es de lo que se trata en este blog. Este ejercicio de onanismo, de egotismo bloguero -porque casi no leo otros blogs- solo puede ser satisfactorio si se concede a los dedos libertad para enredar con las teclas y desenrrollar el ovillo que llevo entre las orejas.
Esto es muy parecido a cierto tipo de meditación, permitir que tus pensamientos afloren, observarlos sin identificarte con ellos o reprimirlos, y dejar que fluyan para ser sustituidos por otros o por el mismo silencio.
Así debe ser, creo. A veces estoy regular, o muy centrado en otras cosas, y no me apetece escribir aquí - o no puedo. El mismo hecho de no escribir es señal de lo mejor o lo peor.
Bueno, pues llevo unas semanas sin escribir demasiado. Estoy haciendo un ajuste personal algo dificil, de los que todos hemos hecho varias veces -algunos muchas- en nuestra vida. Estas cosas necesitan tiempo, y la amargura que estos dias he sentido, las ganas de que el mundo se olvide de mi, y pase página, son una manifestación normal. Del mismo modo, el que esté explicándolo aquí es debido a que empieza otra fase o momento. Y aunque no me apetece ahora mismo hacer nada nuevo ni cambiar nada, me conozco y se que pronto habrá sanado lo que ahora duele, o al menos habré pasado a otra perspectiva, lo que es cambiar de mundo.
Sea como sea, un saludo. Nada es duradero, ni el dolor ni la alegría, ni el amor, ni la tristeza. Solo el eterno cambio y la certeza de que con perspectiva y tiempo, todo nos hará sonreír algún dia.
lunes, marzo 24, 2008
El viaje, de Eduardo Galeano
Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
Otros médicos, que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos, al fin de sus días, mueren queriendo alzar los brazos.
Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje.
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Pablo nació el dia de la entrada de la primavera, el primer dia del nuevo año en muchas culturas. Tiene apenas cinco dias en la foto, y ahora varios más. Para el, para Charo y Pablo, sus padres, mis amigos, mis mejores deseos y un gran abrazo.
Que entre esos dos abrazos, el primero y el último, des y recibas muchos más.
domingo, marzo 23, 2008
El infortunio de la ostra, de Anthony de Mello
Una ostra divisó una perla suelta que había caído en una grieta de la roca en el fondo del océano. Tras grandes esfuerzos, consiguió recobrar la perla y depositarla sobre una hoja que estaba justamente a su lado.
Sabía que los humanos buscaban perlas y pensó: "Ésta perla les tentará, la tomarán y me dejarán a mí en paz".
Sin embargo, llegó por allí un pescador de perlas cuyos ojos estaban acostumbrados a buscar ostras, no perlas cuidadosamente depositadas sobre un hoja.
De modo que se apoderó de la ostra -la cual no contenía perla, por cierto- y dejó que la perla rodara hacia abajo y cayera de nuevo en la grieta de la roca.
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
miércoles, marzo 19, 2008
El bueno, el feo y el malo. ¿Cual eres tú?
Hoy he llegado al trabajo silbando la música del Bueno, el Feo y el Malo. Iba moviendo las manos al ritmo de la melodía, mientras silbaba y pisaba con fuerza unas baldosas que eran polvo del camino, arena del desierto, y la tierra sacada de las tumbas del final de la peli.
No es que halla visto la película últimamente, es que me he bajado un recopilatorio de Morricone, y lo llevo en mi mp3, esa manía de llevar música a cuestas, que empezó silbando por todas partes, continuó en el walkman, el discman, el discman MP3 y por último el MP3 de memoria, chiquitillo y con el que se silba -eso siempre- muy a gusto.
Silbar no es una costumbre muy aceptable, igual que sonreír por la calle, canturrear o - oh espanto- bailar con la música que solo tu escuchas, lleves o no auriculares. Pero estoy contento. Y eso me sale en los gestos, en las respuestas y en las preguntas. Se llama color, y es el tono especial que nuestras emociones imprimen a los movimientos. Hay una parte del cerebro que se encarga de eso -en el cerebro hay de todo- y si hubiera estudiado suficiente anatomía os contaría como se llama.
Pero bueno, estoy contento. Básicamente hoy tengo casi las mismas razones que tenia la semana pasada para estar regular. Casi. He seguido digiriendo mis circunstancias y he acabado poniéndome en mi sitio, pese a la distancia que nos separa a mis circunstancias y a mi.
He escrito una carta explicando lo que considero, siento y me parece justo, y aunque no la he mandado, estoy siguiendo lo que he escrito en ella. Es un método interesante de exteriorizar y dar salida a problemas o conflictos. Os lo recomiendo. Generalmente mandar la carta no es tan importante como ser consecuente luego, pero lo más liberador es darle forma y expresar, clarificar, lo que llevas reprimido y no por ello puedes ni digerir ni resolver.
Así que así estamos. Como me dice de vez en cuando una persona más sabia que yo, el mundo es mental, es decir, es como te lo tomas. Así que poco a poco.
Me despido, tengo trabajo y cosas que hacer. Mientras os pongo el duelo final del Bueno, el Feo y el Malo. Si no habéis visto la peli, poned el vídeo de youtube y apagad el monitor mientras dure la música. Una maravilla.
Besos
Prelude 2, de Dustin O'Halloran
Los encuentros en la red son solo parte de los que se producen en el mundo.
En una mañana aparentemente tonta he encontrado un blog extraordinario -Solsticio de invierno - sobre crítica de música -¿que música? música buena, y que me gusta- que me ha abierto puertas a discos y autores que no conocia. Me siento tremendamente agradecido de esta suerte.
Como muestra de esa música, el botón de arriba.
lunes, marzo 17, 2008
Tao Te King 23
Exprésate completamente;
después guarda silencio.
Sé como las fuerzas de la naturaleza:
cuando sopla el viento, sólo hay viento;
cuando llueve, sólo hay lluvia;
cuando pasan las nubes, brilla el sol.
Si te abres al Tao,
eres uno con el Tao
y puedes encarnarlo plenamente.
Si te abres a la visión,
eres uno con la visión
y puedes usarla plenamente.
Si te abres a la pérdida,
eres uno con la pérdida
y puedes aceptarla plenamente.
Ábrete al Tao,
y después confía en tus respuestas naturales
y todo encajará en su sitio.
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Aceptar la realidad es el modo de reconciliarse con el mundo. Un mundo grande, que contiene muchas verdades pequeñas, pero solo una lo bastante amplia para abarcarlo todo.
A veces siento en la garganta un sabor salado y dulzón al mismo tiempo. Es un zarcillo de melancolía, esa nostalgia por lo que nunca fue o lo que jamás tuve. El deseo de imposibles que busca atormentarme en mis rincones. Tras años de vivir nadando en mis tristezas y bebiendo de mis anhelos he reducido mis ambiciones, he rechazado mis mentiras.
Engañarse es el camino del dolor, la ruta que el miedo traza para nosotros. El mundo es infinitamente más sencillo que lo que creemos. Solo brilla un sol en un único cielo. Cada segundo nuestro corazón late una vez. En esta sencillez está la clave que sigue el tiempo para transcurrir.
El indio que escuchaba el suelo, de Anthony de Mello
Un vaquero iba cabalgando por el desierto. De pronto se encontró con un indio tendido sobre la carretera, con la oreja pegada al suelo.
- ¿Qué pasa, jefe? -dijo el vaquero.
- Gran rostro pálido con cabellera roja conducir Mercedes-Benz verde oscuro con pastor alemán dentro y matrícula SDT965 rumbo oeste.
- ¡Caramba, jefe! ¿Quieres decir que puedes oír todo eso con sólo escuchar el suelo?
- Yo no escuchar suelo. Mal nacido atropellarme.
domingo, marzo 16, 2008
Una semana bajo las aguas
Ha sido una larga semana sin final claro.
Un tiempo sin actualizar el blog. Haciendo a regañadientes lo que no podía dejarse, y evitando lo demás. Sin apenas llamar o ver amigos, pensando y pensando sobre un problema que apenas tiene solución por mi parte.
Este tiempo ha sido la consecuencia de atarte a las cosas, incluso a las que no pueden tocarse. Y pese a que prometí no depender de nada ni de nadie, tanto va el cántaro a la fuente que se rompe, y yo había empezado a confiar en que un componente de mi vida iba a seguir allí, o darme tiempo suficiente para acostumbrarme si tenia que faltar.
No ha sido así, y aunque no del todo por sorpresa, ni totalmente atado de pies y manos, he acabado en el agua helada. La confusión, el dolor, la rabia, y finalmente la serenidad han sido los escalones que he tenido que recorrer para volver a la superficie. En todo el proceso he intentado tener los ojos abiertos, refugiarme en la paciencia aprendida estos años. No quiero ni pensar en como habría sido de otro modo.
Ahora todo está bien, pero porque realmente todas las luces están bien, se apaguen o enciendan. Siempre hay una razón para ello, superior a nuestro capricho y nuestro miedo.
He vuelto, he aprendido una lección, al menos a medias, pero ojala que pudiera ser más fácil. En esto veo que me queda mucho por aprender.
Un abrazo.
jueves, marzo 06, 2008
Los dos reyes y los dos laberintos, de Jorge Luis Borges
Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres.
Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: “¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso.”
Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con Aquél que no muere.
martes, marzo 04, 2008
La larga marcha
Pasaron los exámenes y me quedé absorto, como un niño en verano.
De pronto libre. No más exigencias para ayer, poder disfrutar de algunos dias libres o solo tener que trabajar, y el sol...
Y me encontré así, libre. Mi chica ocupada, mis amigos liados, yo mismo sorprendido. ¿Que harías tu en ese caso?
Dormir, leer, beber unas cervezas, comer un día y otro en los parques porque no recuerdas el picor del sol. Quedar con algún amigo casi perdido. Ver películas atrasadas. Salir a la montaña, volver a tomarte unas cervezas, dormir, pasear... Ver las series que nunca había podido ver. Volver a tomar unas cervezas, que ya no saben tan bien.
Y al final no saber bien que hacer. Supongo que es la falta de entrenamiento para el ocio. Y tampoco se si mucho ocio es bueno. Conozco gente que tiene mucho tiempo libre y se toma muchos cafés y mantiene las mismas conversaciones cada día. A mi el café me sienta mal, y ahora tengo poca gente con la que tenga cómodamente las mismas conversaciones varias veces.
Al final, entre que las fechas empiezan a apretar y que no estaba satisfecho, he vuelto a ponerme en marcha. No es necesariamente ponerse en marcha y formación. Ni cavar zanjas. Pero he vuelto a empezar a hacer las cosas que tenia pendientes.
He vuelto a meditar, a dormir siete o más horas, a montarme salidas al monte por mi cuenta, a pensar lo que leo y a pensar mucho menos, incluso he vuelto a este blog. He tomado de nuevo el personaje, el avatar, aunque cada vez lo veo menos imprescindible, menos maravilloso. Pero toca ponerse a buscar de nuevo. Soy como un personaje de una vieja serie, un doctor Kimbale, o Bruce Banner, o incluso el Equipo A, obligados siempre a caminar, a mantenerse en movimiento. Si al final del capítulo aparecía para el personaje un hogar, un lugar donde quedarse, las sirenas de la policía o de los militares le recordaban cual era su lugar, su autentico hogar.
El camino.
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