domingo, marzo 16, 2008
Una semana bajo las aguas
Ha sido una larga semana sin final claro.
Un tiempo sin actualizar el blog. Haciendo a regañadientes lo que no podía dejarse, y evitando lo demás. Sin apenas llamar o ver amigos, pensando y pensando sobre un problema que apenas tiene solución por mi parte.
Este tiempo ha sido la consecuencia de atarte a las cosas, incluso a las que no pueden tocarse. Y pese a que prometí no depender de nada ni de nadie, tanto va el cántaro a la fuente que se rompe, y yo había empezado a confiar en que un componente de mi vida iba a seguir allí, o darme tiempo suficiente para acostumbrarme si tenia que faltar.
No ha sido así, y aunque no del todo por sorpresa, ni totalmente atado de pies y manos, he acabado en el agua helada. La confusión, el dolor, la rabia, y finalmente la serenidad han sido los escalones que he tenido que recorrer para volver a la superficie. En todo el proceso he intentado tener los ojos abiertos, refugiarme en la paciencia aprendida estos años. No quiero ni pensar en como habría sido de otro modo.
Ahora todo está bien, pero porque realmente todas las luces están bien, se apaguen o enciendan. Siempre hay una razón para ello, superior a nuestro capricho y nuestro miedo.
He vuelto, he aprendido una lección, al menos a medias, pero ojala que pudiera ser más fácil. En esto veo que me queda mucho por aprender.
Un abrazo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Hola M.A, te envio un abrazo, cuidate y se que saldrás de esta etapa que te atraza en conseguir tus logros, no es bueno estar atado a algo o a alguien,es dura la lección, pero se que has salido de situaciones peores, le has ganado a los resfrios y no le ganarás a esto?, eres inteligente,y sabes que es lo mejor para tí, si es necesario refugiate en lo que te gusta, sal a algún lugar remoto en donde te encuentres mas contigomismo, te cuidas, un abrazo... Luis Eduardo
Ánimo. Un abrazo muy fuerte de los dos. Seguro que saldrás adelante. A ver si podemos vernos pronto para transmitirme energía positiva y todo nuestro cariño.
Muchas gracias, Luis Eduardo.
Atarse no es bueno, lo se. En nuestra cultura se considera positivo, y el compromiso a nivel emocional y psicologico suele acompañar a matrimonios, hijos, hipotecas, contratos, proyectos, amores, devociones, patrias y hasta el futbol. Pero esa compulsión no es mejor que el concepto de la culpa, de los resentimientos...
Si tu no te consideras atado, solo están atadas tus ropas, tus condiciones económicas o legales. Yo en este caso empecé no queriendo atarme, y he caído en ello. Solo parcialmente, pero aquí estoy. Desatándome, o yendo al punto de equilibrio que soy capaz de entender. Te agradezco el piropo de la inteligencia. Vamos avanzando
Un abrazo y gracias.
Gracias, Suldu y compañía. Han hecho falta unos días, varios, para ponerme en perspectiva. Viéndolo ahora es una suerte que te pasen cosas de estas, porque aprendes a estar alerta, a no atarte demasiado y a reducir las fantasías.
Un poco. Todavía hay cosas por aprender. Mientras, estoy mejor a cada rato. Algunas cosas son una pena, pero lo que tenga que salvarse flotará y lo que no, acabará en el fondo. Yo afortunadamente soy de corcho, al menos la cabeza.
Besos
Publicar un comentario