viernes, noviembre 28, 2008

Atravesando el nido del águila





















Otra vez asomo en este blog, como el Güadiana, como el buceador que respira entre zambullidas.

El dia a dia es un viaje. El camino, tan claro o dificil como escojamos. Y aunque atravesemos los más profundos valles, nos sorprende a veces encontrarnos tan altos como el nido de un águila.

Son momentos de claridad, de lucidez, en que nos podemos orientar y redirigir nuestros pasos. Y así evitar los pantanos y precipicios que ya empezabamos a considerar nuestras mejores opciones. Tras cada uno de estos destellos de luz, intentar traducirlos a palabras es perderlos como arena en el rio. Queda apenas una huella, la esperanza de que otra cosa es posible.

Es tan posible forzar esta sensación como acelerar un vagón de metro empujando la pared frontal del compartimento. Solo podemos hacer lo contrario, darnos un respiro, disolver las certezas o temores cotidianos, y así abrirnos a otra realidad además de la inmediata.

En nosotros, en todos nosotros, niños, viejos, valientes y derrotados, existe una extraordinaria capacidad para comprender el mundo, para extraer conclusiones propias, libres de los filtros muertos de los medios de comunicación y las mezquindades cotidianas. Para desnudarnos por un instante de ideas y temores- Para mantener los ojos abiertos cuando la vida nos enfrenta al vértigo de la altura. Cuando somos por un instante águilas.

Ya sea en la parada del bus, el duelo por una pérdida, el vacío del éxito o la derrota, tus ojos pueden abrirse, en lugar de permanecer cerrados, atados a los objetos más cercanos. No temas al vértigo, no te matará, solo te mostrará lo que no imaginaste, lo que es también cierto.

Que siempre hemos sido águilas.

7 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Esa es una interesante conclusión, y no solo interesante sino sobre todo esperanzadora. Se necesita tanto a veces saber que somos capaces de desplegar las alas aunque estas parezcan pegadas por el miedo a los costados...

Ashbless, Etinarcadia y yo queríamos pedirte un favor: nos ha gustado tantísimo el texto que querríamos pedirte permiso para postearlo en Quimera, lógicamente citando su autor y blog. ¿Nos harías ese favor?

Besos, querido amigo.

Ashbless dijo...

Gracias Avalon.

No solo tenemos miedo de desplegar las alas, sino de recordar que las poseemos. Y tan grande es este miedo que hemos olvidado que en algún instante de nuestra niñez volábamos.

No hay ningún problema en que useis el texto. Solo algo de sorprese de que resulte interesante. Escribí esto porque a lo largo del dia tengo esos momentos de lucidez, porque se me escurren de entre los dedos al intentar comprenderlos, y porque necesito recordarme a mi mismo que siempre he sido, somos todos, águilas.

Calle Quimera dijo...

Gracias a ti, Ashbless, por darnos permiso. Fue Etinarcadia el que primero leyó el texto, se quedó prendado de él. Me pidió que lo leyera, y ver si era posible que nos lo "prestaras" para postearlo en un apartado, "Hospedados", que teníamos para esos posts de otros compañeros que nos dicen mucho. Cuando lo leí me encantó...

Gracias por tu generosidad en compartir este momento que, desde luego, era de absoluta lucidez. En unos días lo postearemos.

Un besazo de mi parte y un gran abrazo de mi compi, querido Ashbless.

Anónimo dijo...

Me uno a las felicitaciones. Un gran texto por su aparente sencillez superficial y su enorme profundidad si escarbas sólo un poquito.

Unknown dijo...

Una reflexión que invita a pensar. Que fácil parece todo y sin embargo, pocas personas entenderán la profundidad del mensaje.
Un abrazo

Ashbless dijo...

Muchas gracias Lughnasad.

Cuando nos movemos en el terreno del impulso y la falta de certezas, se agradecen los ánimos. Son un vaso de agua en el desierto.

Una señal de que quizás no estamos muy errados.

Un abrazo

Ashbless dijo...

Gracias por pasarte por aquí, Jan, y reflexionar. O por simplemente leer lo qu está escrito.

Algunos lo entenderán. Para otros, simplemente no es su momento. No importa tanto.

Leer todos los libros de autoayuda del mundo o consultar a los mejores maestros es como empujar el fondo de tu vagón. Solo puede servir de algo si estás viajando en la dirección correcta y estás preparado para asumir esa velocidad. Y si es así, ya viene todo eso solo.

Un saludo