miércoles, abril 19, 2006

El Dia del Bando

Esta noche tengo mucho sueño. Muchísimo.

El dia del bando ha pasado ya, hace un buen rato.

Ahora está presente la madrugada, y una noche de guardia en mi trabajo, con copias de seguridad que hacer cada hora o así y tests de la autoescuela que me esperan serenamente durante esta pausa. Pero es una pausa necesaria. He dado un paseo por el centro, he salido a la terraza a admirar la fiesta inmensa que todavia late en esta parte de las afueras, y que seguirá hasta que amanezca, aún lejos y tarde.

Estoy cansado, y tengo sueño.

Hoy me he vestido de huertano y he salido con amigos de muchos años, he visto a mi novia, y me he comido una empanada de atún.

Han pasado muchas cosas pequeñas, a parte de las anteriores, o dentro de ellas. De hecho, cada cosa grande puede dividirse en, o componerse con, actos o circunstancias menores.

Salir con los amigos ha sido repetir rituales que están alcanzado cierta firmeza de antiguos que son. Primero me he vestido de huertano. Que pensaria un huertano de verdad, del siglo XIX al ver a un señorito de ciudad con esas extrañas y nada funcionales ropas, no seria facilmente publicable.

El traje de huertano se compone de un chaleco, una camisa blanca, una faja, y lo más interesante; los zaragüeles, unos calzonzillos largos, externos, blancos y almidonados, las medias- si, las medias, que eran del campo, pero es un traje de fiesta- y unas esparteñas, sandalias de esparto que a unos matan y con otros triunfan. La montera no la incluyo en el traje de huertano, porque yo no tengo, y si no la he incluido en mi vestuario es porque no creo que merezca la pena...

Hemos quedado temprano en la catedral para tomar cerveza en la mesa de todos los años. Allí hemos disfrutado tambien de sol y empanadillas, y hemos visto como se transforma la tranquilidad anormal de primera hora de un dia festivo temprano, al bullicio de la multitud que se va amontonando.

Nos hemos juntado pocos, cada año hay más bajas, como en las reuniones de miembros de la división azul. Han surgido chistes similares a los de otras ediciones, y aunque no ha sido demasiado novedoso, ha sido muy agradable, y divertido. Hoy me he dado cuenta que no hay que hacer cosas dificiles para pasar un rato divertido.

Al final el ruido y la hora nos han hecho cambiar de sitio, y nos lo hemos tomado con más calma que otros años. Tambien es que ahora casi todos los bares ofrecen comida o sucedaneos de la misma, y a veces no te merece la pena el combate de lucha libre que es ir a una barraca.
De modo que no he pisado esos templos de nuestra tradición local. No he bebido mucho, no he comido carne, y aún así ha sido divertido.

Luego he comido y pasado la tarde con mi chica, que me apetecia un montón, y he venido -a la fuerza- al trabajo. Aquí bien, es casi como cuando de niño te tenian que llevar a rastras al colegio y cuando llegabas te ponias tan ricamente a jugar en el patio, con los amigos...

He merendado, resuelto incidencias, comprado unos libros muy chulos por internet, resuelto más incidencias y tests de la autoescuela. Y he empezado la noche. Un montón de cosas pequeñas que conforman, todas juntas, unidos todos los segundos, todos los pensamientos, instantes, esfuerzos, inspiraciones y descansos, una noche de trabajo

¿Porqué la empanada de atún estaba en el resumen a la misma escala que pasar una mañana de fiesta o ver a tu chica?

Nunca te comas una empanada tan enorme de un tirón. No, no lo hagas.

Tengo sueño, y no me mencioneis la comida...

Espero que halla sido para tí tambien un buen Dia del Bando

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