sábado, marzo 29, 2008

7 maneras de intentar explicar una semana




















Llevo ya siete principios de entrada.

He comenzado con una frase de Buda "cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo", seguido con una reflexión sobre las divisiones internas que podemos sufrir. He buscado inspiración en las fotos presentadas aleatoriamente en Flickr, y en la mala semana que llevo.

Pero nada me ha satisfecho. Sere sincero, a veces no hay peor jefe que uno mismo. Si este blog fuera un ejercicio de estilo, cualquiera de las anteriores posibilidades habria sido suficiente. Escribir es solo un esfuerzo técnico. Pero no es eso ni lo que quiero ni lo que necesito.

Al contrario, dejar fluir lo que está enredado y confuso en mi cabeza y darle luz, permitirme a mi mismo saber que es lo que siento, vivo y pienso es de lo que se trata en este blog. Este ejercicio de onanismo, de egotismo bloguero -porque casi no leo otros blogs- solo puede ser satisfactorio si se concede a los dedos libertad para enredar con las teclas y desenrrollar el ovillo que llevo entre las orejas.

Esto es muy parecido a cierto tipo de meditación, permitir que tus pensamientos afloren, observarlos sin identificarte con ellos o reprimirlos, y dejar que fluyan para ser sustituidos por otros o por el mismo silencio.

Así debe ser, creo. A veces estoy regular, o muy centrado en otras cosas, y no me apetece escribir aquí - o no puedo. El mismo hecho de no escribir es señal de lo mejor o lo peor.

Bueno, pues llevo unas semanas sin escribir demasiado. Estoy haciendo un ajuste personal algo dificil, de los que todos hemos hecho varias veces -algunos muchas- en nuestra vida. Estas cosas necesitan tiempo, y la amargura que estos dias he sentido, las ganas de que el mundo se olvide de mi, y pase página, son una manifestación normal. Del mismo modo, el que esté explicándolo aquí es debido a que empieza otra fase o momento. Y aunque no me apetece ahora mismo hacer nada nuevo ni cambiar nada, me conozco y se que pronto habrá sanado lo que ahora duele, o al menos habré pasado a otra perspectiva, lo que es cambiar de mundo.

Sea como sea, un saludo. Nada es duradero, ni el dolor ni la alegría, ni el amor, ni la tristeza. Solo el eterno cambio y la certeza de que con perspectiva y tiempo, todo nos hará sonreír algún dia.

2 comentarios:

Coquelicot dijo...

Me gustaría poder darte ánimos de algún modo que desconozco, pero por si te sirve de algo: sonríe, aunque sea al principio una sonrisa forzada, seguro, que si lo intentas puedes acabar con una carcajada

Ashbless dijo...

Gracias por el consejo. Es cierto que si rompes el hielo de la cara, y empiezas a sonreir, parece que los músculos se aflojan.

Todo irá a su sitio cuando toque. Eso si, se puede ayudar a la naturaleza en lugar de hacerle la puñeta.