jueves, febrero 02, 2006

Esclarecidos























De vez en cuando los nombro. Con más frecuencia los escucho. El Dragon Negro sigue en los escritorios de todos mis ordenadores, y en los momentos más oscuros y silenciosos suelo urgar, pinchar el archivo para escuchar esos cripticos y hermosos segundos. Es un diamante negro, brillante pero dificil de ver...

Las personas hablamos con nuestras referencias. Cojemos trozos de las cosas que conocemos, amamos, dan vueltas en nuestra cabeza. Con esos trozos, como secuestradores recortando palabras para una carta de rescate, confeccionamos el collage de nuestras frases, nuestros pensamientos, nuestras vidas.

Unos usan frases de moda, otros obedientemente repiten las frases que les dictan sus líderes, o los medios de comunicación.

Conozco a una persona que hablaba como las canciones de Sabina, hallá en los tiempo del instituto. Otros aullan los slogans de la tele, o del cómico en alza.

Lo mio es complicado. En mi cabeza flotan como icebergs bloques de cosas e ideas. Escritores, las canciones de mis grupos, o las ideas que tengo de las canciones de mis grupos. Novelas, películas o comics que quizas has visto o quizas no. Tambien la caida del imperio romano y la formación de Europa, pensamientos nuevos o viejos, aún no descompuestos. Ideas ajenas que me han impresionado, frases sorprendentes, esa foto que ví en Flickr ayer. Yo mismo y como creo que soy yo mismo.

Cuando hablo esos icebergs se agitan, chocan y se dirigen lenta e irremediablemente al canal del que salen mis palabras. Y en medio de una conversación se me ocurre una frase que solo tiene sentido si conoces el iceberg, pero que demonios, compartirlo puede requerir otra conversación distinta.

Así que voy simplificando, buscando con palabras revelar el corazón de los icebergs, hacerlos trasparentes, derretirlos en ocasiones. Es dificil, a veces una pena, como convertir a Marilyn en el cuadro de Warhol. La mayoria de veces se produce el milagro de la comunicación, y es estupendo.

Mis referencias van cambiando. Mis mundos como diria Julio Cortazar van cambiando cada dia, igual que los tuyos, querido lector. Entre la tardia adolescencia y el furioso principio de la edad adulta, era fan total de Bukowsky. Su lectura era fundamental. Ahora no, pero no sé si es porque no me importa o porque lo he leido tanto que podria extraerse la mayoria de su obra de mi memoria casi sin esfuerzo. Quizas el iceberg Bukowsky se ha fundido y a pasado a formar parte de las silenciosas aguas de mi mente, de mí.

Otros icebers han corrido similar suerte. Quizas todas esas horas de televisión en la infancia, o las obras completas de los Cinco, han sido olvidados y condenados, o forman parte callada y sustancial de mi persona.

El mismo Will Shakespeare, El Último de la fila, Tolkien, las pelis de miedo, Son Goku, Azorín y otros más se han perdido... Ya no me vienen a la cabeza como antaño. En el mejor de los casos, como antiguas referencias culturales, me merecen respeto, como viejos familiares, bisabuelos que no conociste jamás...

Pero otros han aguantado tantos años, y los siguen haciendo. Las pelis involuntariamente malas -como Mensajero del Futuro-, Battiato, Shazam y los superheroes de los 40, Dunsany, Miyazaki, la caida del imperio romano y de todas las obras del hombre, Debussy, y tambien Esclarecidos.

Que resistan el paso del tiempo, atrayendo y atascando mis pensamientos en primera fila, o pasen a un lugar más silencioso, solo el tiempo lo dirá.

¿Has escuchado a Esclarecidos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro de encontrar a gente que también disfrute con la obra de este grupo. Agradezco además tu comentario de mi artículo en la brújula verde ( http://www.labrujulaverde.com/2005/10/17/descubriendo-a-esclarecidos/#comment-1299 ). Y coincido contigo en la idea de que muchas cosas que antes nos apasionaban, ahora han dejado de hacerlo. Por ejemplo, El Ultimo de la fila fue uno de mis grupos favoritos y he acabado casi detestándolos. Aunque seguramente la penosa carrera musical en solitario (penosa en el sentido artístico, no en el de ventas, claro) de Manolo García ha influido decisivamente en mi actual opinión. De todas formas, los dos últimos discos del grupo ya eran más bien flojos. Eso sí, sigo mantaniendo mi pasión por Franco Battiato, al que también aludes en otro artículo.
Un cordial saludo.
Miguel.