Cuando un arquero dispara porque sí,
está en posesión de toda su habilidad.
Si está disparando por ganar una hebilla de
bronce,
ya está nervioso.
Si el premio es de oro,
se ciega
o ve dos blancos...
¡Ha perdido la cabeza!
Su habilidad no ha variado. Pero el premio
lo divide. Está preocupado.
Piensa más en vencer
que en disparar...
Y la necesidad de ganar
le quita poder.
2 comentarios:
Cuando vencer es una necesidad entiendo y supongo que ya no hay vistoria posible, solo resultado obligado.
Algo que se hace mas dificil de lograr y además no realiza, no llena, mientras la derrota vacía doblemente.
Gracias
Decia aquello Kiplig tan cierto en último extremo...
"Si puedes enfrentarte con Triunfo y Fracaso
Y tratar igual a ambos embaucadores;"
porque al final y con suficiente perspectiva no hay victoria ni derrota. pero en lo cercano y puntual tienes toda la razón. Le necesidad de acertar supone perder la libertad de ganar.
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