miércoles, abril 16, 2008

Ayunos, hambres psicologicas y cenas




















Hace un mes y pico estuve enfermo y me quedé otra vez en los huesos. Son los riesgos de esta constitución ligera, estas prisas existenciales y cuidarse poco.

Desde entonces duermo lo que puedo y media taza más, y me como lo que por delante se pone. Ganar peso es un problema, porque heredé un metabolismo que trata los carbohidratos como a la pepsi sin calorias, y si me empeño parezco Carpanta. Yo, que me sentia tan feliz con mis 68 kilos de dias antes de enfermar, y nunca he superado los 73, ni siquiera lo adecuado para mi estatura.

Dice el refrán que Dios le da pan al que no tiene dientes, y así estoy yo, rodeado de gente que mira los bocatas de tortilla de perfil y tira de lo ligth. Y al final he acabado cansado de tanto comer, de forzarle la mano a mi propio cuerpo. El otro dia, aprovechando que tenia un dia tranquilo y algo indigesto en esa semana no cenar ensaladas y comer pizzas, ayuné.

¿Ayuno? Sí, no comí nada. Como estaba en el trabajo y no podia pasarme el dia sentado, bebí zumo y alguna infusión. La jornada pasó muy bien, igual que puedo comer bastante, no soy hambrón y con el zumo no sentí bajadas de azúcar ni debilidades. Llego la noche y me levanté al día siguiente con una sensación fantástica, de descanso, ligereza. Como si estrenara un cuerpo nuevo. Luego comencé a comer poco a poco, verduras, algo de fruta y cereales, y excepto por la cerveza con que casi me emborracho, sin novedades.

Sigo queriendo recuperar mi peso normal - o no aceptando que esta pinta de faquir sea la mia. Pico durante todo el dia, sin pasarme, pero cada vez me parece más inevitable que esto va a pasar por hacer ejercicio, que para regular este cuerpo mio, le tengo que devolver el equilibrio y el esfuerzo para el que estoy programado. Pero la sensación tras hacer el día de ayuno ha sido tan buena, a nivel de sensaciones físicas incluso de consciencia, que quiero repetir dos o tres veces al mes .

¿El ayuno? Se lo copié a un vegetariano de cincuenta y tantos que ayunaba todos los sábados y parecía físicamente mi hermano mayor.

Lo más gracioso de todo fue, que mi cabeza acostumbrada al trajín de picar, comer y tragar evocaba ansias artificiales de comer sin que sintiera realmente ninguna hambre. Imágenes de aperitivos, pollos asados, patatas con ajo y otras cosas. Y es que cuesta dejar de lado las costumbres, incluso la de comer.

2 comentarios:

Carlos Alberto Arenas dijo...

Comer poco alarga la vida y mantiene la juventud... esta demostrado cientificamente, así que relajate, disfruta y haz un poco de ejercicio.
Me alegro de leerte!

Ashbless dijo...

Tienes razón... Comer en exceso es como fumar, un modo de consumir más rápido las horas de tu reloj.

O acepto este estado casi transparente, o le doy más regularidad, más equilibrio a mi cuerpo. Suficente ejercicio, suficiente comida, suficiente descanso...

Es una alegria saberde tí. A veces da la impresión, como cuando eres muy pequeño, que aquello que dejar de ver ya no existe, o que las personas de las que nosabes nada han dejado de vivir. No es así y me ha alegrado mucho ver en tus páginas que continuas tu camino con salud.

Cuidate mucho