martes, julio 01, 2008

No hay finales, solo continuaciones



















Terminaron los exámenes, terminó el curso. Terminaron el estrés, las noches sin dormir, la falta de tiempo para ver amigos, descansar o simplemente tumbarse... Desde ahora todo irá bien... Ya está todo resuelto.

Que fácil y cotidiano es mentirse.

Ha pasado una semana desde el último guiño por el blog. Estaba demasiado ocupado haciendo poco para pasarme por aquí y saber que contar. Pasar de un ritmo a otro más pausado ha supuesto esfuerzo, y tomar consciencia de limitaciones y mentiras que no tenia claras.

No hay finales. Solo hay continuaciones. A un dia le sigue otro, a una tarea la siguiente, con la misma fidelidad con que se suceden los segundos y las horas. Tras preparar los examenes y realizarlos, viene un periodo de descanso. Tras este periodo de descanso, otros exámenes, los de septiembre, en que me presento a dos parciales que me dejé por falta de tiempo. Y tras estos vendrá tercero, y tras terminarlo, seré fisioterapeuta y tendré que empezar a buscarme la vida de eso, hacer cursos, etc...

La vida es una rueda que no para nunca. Bueno, sí que puede parar, y a menos que lo de la reencarnación sea cierto, se detiene para siempre.

Es un regalo extraño. Llegamos sin saber de donde. Somos tan extranjeros que durante años aprendemos el idioma y las leyes de esta realidad o el cuerpo que hemos recibido, que nos sustenta y limita. Algún día, no sabemos cuando, nos marcharemos de nuevo. Sin saber a donde, igual que ignoramos nuestro origen.

"La vida es lo más bonito" dijo una compañera de piso, cubana y pluriempleada, como respuesta a otro compañero de piso, neurótico y desocupado que opinaba que vivir era una mierda. Vivir es todo lo que hacemos. La vida es lo único que tenemos. Si alguna vez decis o escuchais aquello de "no puedo tener una vida" , reflexionad un momento. ¿Que otra cosa hacemos sino nuestra vida?

Vivir es la forma de arte más excelsa, el mayor desafío o simplemente un misterio, un rompecabezas que solo estará completo con la última pieza. Mi vida es lo único que poseo, pues todo lo demás puede robarse, perderse o dejar de funcionar. Sin embargo, cuando deje de vivir, mi vida habrá terminado conmigo.

Mientras, esto no para, no puede detenerse. Si te fijas bien hay hueco para todo, para esfuerzos y descansos. Para encuentros y despedidas, sueños y montones de cosas que aprender y descubrir, en un viaje complicado pero siempre sorprendente.

Espero que lo disfrutéis también. Un fuerte abrazo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo. Algunas veces hablando con otras personas, agobiadas por buscar el sentido de la vida, siempre comento lo mismo: el sentido de la vida es vivirla. Lo malo es que muchas veces, demasiadas, desaprovechamos la vida en cuestiones inútiles que nos alejan del sentido real.

Artea dijo...

En línea con Tolle (que ya sabes influye bastante en mi modo de ver estas cosas) yo diría incluso que es cada segundo.

Hace un segundo ya pasó.
Dentro de un segundo está por venir.

Y curiosamente, como bien dices, hay tiempo para todo en cada uno de esos preciosos segundos.

Claro que para algunos, los segundos son treméndamente largos... y para otros pasan volando.

En un segundo empieza, y también en uno acaba.

De nosotros depende vivirla plenamente, y de nadie más.

¿Empezamos a descubrirla?

Un abrazo. :)

Ashbless dijo...

Ese "desaprovechamiento" suele tener una fuente común, el miedo.

Miedo a fallar, miedo a no ser bastante bueno, miedo a las desilusiones... Nos saboteamos, llegamos tarde a las citas eligiendo que ponernos o estableciendo horarios imposibles. Así evitamos la tentación de la realidad, de la vida.

A veces es así. Afortunadamente otras no. Sea como sea solo hacemos aquello de lo que somos capaces, lo hacemos realmente del mejor modo posible. Simplemente nos conocemos poco. ¿Será también por miedo?

Ashbless dijo...

Cada segundo es precioso como el otro, brillante como el sol. Una llama de ese fuego que es el presente, cada segundo una llamarada, el fuego que somos nosotros.