miércoles, enero 09, 2008

El campeonato mundial de pajaritas, de Luis Britto Garcia




















Abierto oficialmente el campeonato mundial de pajaritas el señor Pereira se dirige al proscenio, toma una hoja de papel, la dobla, la vuelve a doblar, y de los pliegues surgen lentamente una montaña, y un arroyo, y un arco iris que desciende hasta que junto a él fulguran las nubes y finalmente las estrellas. Un gran aplauso resuena, el señor Pereira se inclina y baja lentamente a la sala.

Acto seguido se instala en el proscenio el señor Noguchi, quien toma en cada mano una hoja de papel, la mano izquierda dobla dobla, sale una paloma, sosteniendo el pico con los dedos anular y meñique y tirando de la cola con los dedos índice y medio las alas suben bajan suben bajan, la paloma vuela, entretanto la mano derecha dobla, dobla, sale un halcón, colocando el dedo índice en el buche y presionando con el pulgar en las patas, las poderosas alas suben bajan bajan suben, el halcón vuela, persigue a la paloma, la atrapa, cae al suelo, la devora.

Grandes y entusiásticos aplausos.

Sube al proscenio el señor Iturriza, quien es calvo, viejo, tímido y usa unos lentencitos con montura de oro. En medio de un gran silencio el señor Iturriza se inclina ante el público, hace una contorsión, se vuelve de espaldas. La segunda contorsión la despliega, asume una forma extraña, y luego viene la tercera, la cuarta, la quinta contorsión, la apertura del pliegue longitudinal, y la vuelta del conjunto. La sexta y la séptima contorsiones son apenas visibles pero definitivas, la gente va a aplaudir pero no aplaude, en el proscenio el señor Iturriza deshace su último pliegue y se transforma en una límpida, solitaria, gran hoja cuadrada de papel blanco.

9 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Qué relato tan extraño, Ashbless.. Muy original, eso sí, pero extraño. Me he quedado un poco "p´allá", porque intento encontrarle alguna especie de moraleja y como que no... ¿Me lo cuentas?

Besitos.

Anónimo dijo...

Con este relato he recordado uno de los libros que más me influyeron en mi infancia "Sadako quiere vivir", gracias.

Ashbless dijo...

Hola!

Pues no estoy seguro de que el cuento tenga una moraleja explícita. Más bien es surrealista, pero me gustó por las imágenes que sugiere.

Si quieres leer entre líneas, el mayor acto o truco que puede realizar cualquiera de los tres papiroflexistas no es el de crear. Es igual que para cualquiera de nosotros, desaparecer. O sea, volver a la sencillez del papel en blanco del que partimos. Pero para eso se necesita una gracia y sabiduria especiales, o un largo recorrido como el del anciano del relato...

Besos

Ashbless dijo...

Gracias por el título, Anónimo. Y gracias tambien por pasar por aquí...

Calle Quimera dijo...

Menos mal que he leído los comentarios.SALUD¡¡

Anónimo dijo...

fenomeno. Me ha encantado el relato y tb tu interpretación, aunque me gusta sobre todo por lo que tu dices, por las imagenes que trae a la cabeza.
Un beso.

Ashbless dijo...

Un beso Ajur.

Me alegra mucho leerte por aquí. Se que de tiempo vas escaso y por eso aprecio más tus visitas.

Cuidate mucho, amigo.

Sluagh dijo...

O_O

Ashbless dijo...

Jarr....