jueves, enero 03, 2008

El monje furioso


A Monk's Life, originally uploaded by VIjay Pandey.

Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.
Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido.
-¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.
-¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...

4 comentarios:

Sluagh dijo...

Un cuento muy interesante este. Lo había leído antes, quizá en tu blog, pero no estoy seguro.
Dejar las cosas atrás, a veces es difícil. En ocasiones, incluso sin darnos cuenta, continuamos llevando una carga sin la cual estaríamos mejor.

Kitaro, hacía tiempo que no lo escuchaba. Qué gran hombre bajito. Ojalá estuviese más reconocido en occidente.

Por cierto, buscando por ahí, he encontrado un blog con cuentos y parábolas muy interesantes. Si quieres échale un vistazo: Cuentos Paganos.

Ashbless dijo...

Hace tiempo que le heché el ojo al relato, pero hice una búsqueda antes para no publicarlo dos veces.

En nuestra cabeza podemos transportar un mundo de lastres, cargas y taras. Así, casi todo el sufrimiento nos lo causamos nosotros mismos. De este modo, ¿como puede extrañarnos que seamos capaces de matar, robar o mentir, si a los que más dañamos es a nosotros mismos?

Gracias por la dirección. Encontrar material es complicado.

Kitaro alcanzó el extasis un dia tocando tambores gigantes en un festival nipón. Que grande!

Calle Quimera dijo...

Sí que es un bonito relato. Y un absurdo estar dándole vueltas a la cabeza todo el día a un asunto, cuando en realidad pocas veces algo reviste tanta importancia como para requerir nuestra atención de forma perenne.

Besos.

Ashbless dijo...

Pues sí. Pienso exactamente lo mismo, y he ejercido mucho de unipensamiento, sobretodo con las cosas dolorosas.

Pero supongo que tenemos que pasar malos tragos para aprender algunas lecciones. Citando a cualquiera de los "Maestros" de moda, lo único que merece nuestra absoluta atención es el Ahora.


besos