jueves, enero 03, 2008

Llueve, sobre los pájaros en mi cabeza




Llueve. Se pasa la mayor parte del día lloviendo. He tardado días en darme cuenta. No era cansancio, un vacío o adaptarse al regreso. Solo llovía.

Ayer un amigo me dijo unas amables palabras -Te he visto más hundido...

Y después de unas cervezas me marché sosteniendo la bicicleta por el manillar. Sentía la lluvia desde hace unos días. Nada se mueve bajo ella salvo la pura mecánica del trabajo, de comer y dormir. Pero hasta ayer no sabia exactamente que ocurría.

Llueve. Eso alborota los pájaros de mi cabeza. Hacen poco ruido, porque están acostumbrados a meditaciones, mantras y mil recursos que los acallan. Pero rebullen contra las paredes de su jaula. La lluvia sigue.

Me pregunto hasta que grado la química nueronal decide nuestra visión, nuestras fuerzas, nuestro recorrido. Mientras, llueve por dentro. Los ríos se desbordan, todo se detiene, es arrastrado, y no quedan ganas para nada.

Se que dejará de llover. Que debería poner sacos de arena como dique, o emigrar a la parte soleada de la vida. No tengo ganas, aunque se que es lo que me conviene.

Hoy llueve, ¿y mañana?

¿Depende de uno mismo?


12 comentarios:

Sluagh dijo...

Suele ser difícil saber cuál es el mejor camino, o al menos cual el más natural, sencillo o de menor resistencia.
¿Poner diques al río para que no se desborde? ¿O dejar que suelte toda el agua que lleva y le sobra?

PD: Bonita canción. Pedro Guerra y... ¿quién más? ¿Pablo Milanés quizá?

Anónimo dijo...

Es Ismael Serrano, al menos a mí me lo parece. A menudo es difícil lidiar con nosotros mismos en nuestro día a día. No es fácil tomar decisiones o simplemente saber qué hacer. Lo importante es intertar hacerlo lo mejor posible sin agobiarse mucho por el resultado.

Sluagh dijo...

Sí, es Ismael Serrano. No sólo te lo parece sino que el Google lo ratifica ;)

Ashbless dijo...

Dejar que el ciclo avance naturalmente es un modo de completar las cosas, pero es humano poner coto a los problemas, no dejar que el desequilibrio -pese a ser parte del equilibrio mismo - se acentue demasiado.

Es como la medicina, aunque la enfermedad, la muerte y los nacimientos forman parte del mismo ciclo, todos queremos que nos curen. Pero eso si, a veces no hay ganas de cuidarse, o la noción de hacerlo.

Si, es Ismael Serrano, conm Pedro Guerra. Me alegra que te guste.

Ashbless dijo...

ME gusta el modo en que dejas las cosas en el campo de lo posible. Eso es sentido común, querido Sulde, desafortunadamente es el menos común de los sentidos.

Gracias por asomarte por aquí.

Un fuerte abrazo

Calle Quimera dijo...

A mí me entristece la lluvia, no puedo evitarlo, me llena de melancolía. No debiera de ser así, podría pensar que el cielo llora para que no tengamos que hacerlo los hombres, pero no... Cada vez que llueve se añade agua a la que cae dentro de mí, y el desbordamiento se produce, claro.

Pero por suerte, llega un momento en que deja de llover, por fuera y por dentro. No creo que ese hecho dependa de uno mismo, sino de los factores "climatológicos", los externos y los internos. Lo que sí depende de uno mismo es la actitud que tomamos ante la lluvia... Creo que la mejor es esperar a que escampe, y no pedirnos demasiado mientras está lloviendo. Sencillamente esperar a que salga el sol, y teer claro que en cualquier momento eso ocurrirá, y sonfreiremos de nuevo.

besos.

Ashbless dijo...

Aunque me gustaria poder baarrer todas las nubes de un plumazo me acuerdo en momentos como estos de un fragmento de "Un mago de Terramar"

Gavilan, el aprendiz de mago y su maestro viajan por el bosque y les sorprende la lluvia. Se cubren con las capas y recorren el bosque empapándose hasta llegar a un refugio. Entonces Gavilan le pregunta a su maestro, Ogion, porque no ha hecho con un gesto que dejara de llover, ya que su poder era tan grande que podia domar los vientos, los terremotos y toda clase de bestias.

Y entonces Ogión le preguntó si habia visto las islas de archipielago que estaban desprovistas de vegetación y vida. Esas islas, le dijo, eran habitadas por magos que cuando la lluvia les molestaban, mandaban las nubes al océano. Y con el tiempo, se acabaron volviendo desiertas.

Todo tiene su porqué. Incluso lo que nos hace daño.

Calle Quimera dijo...

Muy buena cita... Todo tiene su sentido en la vida, Ashbless, lo bueno y lo malo. Solo hay que saber buscárselo.

Besos.

Anónimo dijo...

Justo te iba a decir, que deberías dejar que siga lloviendo.
Debe ser por mi caracter norteño que disfruto de la lluvia y para mi no tiene las connotaciones de tristeza y melancolía que se suelen aplicar. De hecho, este otoño tan seco en Galicia, ha hecho que aproveche los días de lluvia como tesoros.
Un saludo y de nuevo por aquí, disfrutándote.

Ashbless dijo...

Gracias por regalarme ese giro copernicano. Una de las mayores desgracias es aferrarse a un punto de vista.

Desde el sur la lluvia es deseada, pero no estamos acostumbrados, y nos produce sensaciones extrañas. Pero no es mala. Es necesaria. Todo tiene su lugar, hasta la tristeza.

Gracias por la visita y por prestarme tu visión un ratito.

Un abrazo

Ashbless dijo...

Por cierto, eso me recuerda una cita de Macbeth, y un libro de Bowles...

"Dejala que caiga"

Anónimo dijo...

Hay una canción gallega que dice:
"Se chove, deixa chover; se orballa, deixa orballare..."
Que viene a decir: "Si llueve deja llover; si llovizna, deja lloviznar".
Así de fácil, así de complicado.