viernes, diciembre 16, 2005

Una semana a otro ritmo

Ya casi ha terminado la semana.

Realmente, no. Aún quedan el sábado, ese dia brillante, salidas y fiestas y planes. Y el domingo, que me sabe a papel mojado, a mañanas aburridas y tardes desesperadas.

Pero laboralmente es el fin de la semana. Viernes mañana, esta tarde yanotrabajo y libro el finde. Anoche fue la cena de empresa, con lo que el sentimiento de empresa es mayor, hoy todos somos más uno, o parecido. Fue bien, buen rollo, volvieron anecdotas vergonzantes del pasado, recuerdos de los buenos viejos tiempo, que eran mucho peores, pero bien.

No cené casi nada, evité las gambas, el calamar y casi todas las exquisiteces, pero sin excusas raras, es que sigo regular del estómago. Volvió un querido amigo, ahora universitario, y la gente estubo muy bien en general... Cada año estas cosas me afectan menos y por lo tanto las rechazo tambien menos.

Ahora estoy pinchando en el ordenador del tajo un cd de Snatam Kaur "Shanti" entre mantra y cancion, muy agradable... Ultimamente mi norma no escrita es tomarme todo con una forma externa de cachondeito, aunque inevitablemente cumpliendo obligaciones, plazos y requerimientos. La mañana va pasando, entre masajes a los resacosos de anoche, un breve pero facil combate a lucha libre y una ristra casi inagotable de manzanas.

Llevaba sin escribir aquí un montón de tiempo, y han pasado bastantes cosas. Me he tenido que tomar la semana con mucha calma, mientras las fuerzas volvian, he pasado tiempo en cama, casi sin clases partculares, sin ir al gimnasio, sintiendo la vulnerabilidad de una pequeña enfermedad, dolores de cabeza, digestiones dificiles, fiebre a veces... Te preguntas en momentos así como puedes olvidar la enfermedad, ver el mundo de un modo tan optimista, sin pensar en estos parones, límites... Quizas si me recupero pronto y paso un par de semanas sin dolores ni fiebres vuelva a creer siempre que mantendré la fuerza y la resistencia. Ahora parecen un regalo.

El miercoles noche fui a risoterapia. La risa como una terapia, un modo de aflojar los tornillos que apretamos en el alma, a la altura del cuello, y también la risa como territorio propio... La noche fue magnífica, una oportunidad de reencontrar, conocer, soltar y encontrar.

Y tambien cine, desde la cama, algunos dibujos de Hayao Miyazaki, alguna peli y mucho sudar...

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