Cuando tenía quince años y estaba locamente enamorada, consiguió un hechizo garantizado –un ligue, como dicen– para que su hombre no la abandonara nunca. Sí, era el hombre de su vida, no había ningún hombre como él.
Hoy, 30 años después, está buscando en vano, con desesperación, alguien que deshaga el embrujo.
Carmen Cecilia Suárez
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