
Hoy ha sido la entrada del otoño, y para celebrarlo hemos salido a la calle a dar abrazos. Gratis.
Como los abrazos gratis que se celebraron hace tres meses fueron un éxito, mi amigo Elias decidió organizar otra edición para empezar mejor el otoño. Me ha pillado en estos dias tontos, que ni blog, ni chicha ni limoná, y casi me ha pasado como entonces, que me lié y no fui.
Afortunadamente me he animado en los últimos minutos, y al principio nosotros dos, luego un grupo de Mula que venia exprofeso para esto, y despues voluntarios que han ido surgiendo, hemos repartido miles de abrazos en el centro de la ciudad.
Al principio ha sido raro. Elias me animaba. A dar abrazos. Bien, pero... ¿Como le das un abrazo a un desconocido que pasa por ahí, con su mundo y sus historias a cuestas...?
Si lo enfocas con todas las implicaciones es imposible casi. Y casi nadie te va a dejar que le des un abrazo. Bueno, alguno sí. Despues de ese primer abrazo ves que sí es posible, y viene otro, y entonces llegan los refuerzos de Mula, y ya no sois dos locos, sino siete excentricos. Y con los voluntarios que surgen espontaneamente, una quincena de gente rara.
¿Sois de una ONG? ¿Que empresa os ha puesto aquí? ¿Regalais las camisetas?
Y poco a poco ha ido fluyendo, o quizas empiezas a adivinar quien está deseando o dispuesto a un abrazo. Los hay secos y duros, como besos de monja. A golpes en la espalda, que somos muy tios, y tambien chillaos y profundos como la noche.
Uno tras otro nos hemos ido cargando como baterias, de electricidad estática o de buenas vibraciones. Yo me partia de la risa, porque todo era divertido, las caras de susto o de sorpresa, la gente que se te abalanza para que le des un abrazo y los que dicen ir bien surtidos de casa.
Ha sido estupendo. Luego me he venido a la oficina, a hacer una noche más. No me voy a poner a abrazar a nadie -me temo- por aquí, pero llevo aún todos los abrazos por dentro, y en especial esos en los que ha habido tiempo para darse cuenta que hay alguien al otro lado.
Daros algún abrazo si podeis. Son gratis, pero valen mucho. No pesan nada, pero llenan. Y son muy buenos. De verdad...