viernes, noviembre 11, 2005

2019, llueve en los suburbios de L.A


















Se oye un repicar como de gotas de lluvia golpeando los finos cristales de las ventanas. Son letras de otras personas que adormecen mi aburrimiento, dos horas de mecanografía. Alzo la mirada y compruebo quiénes participan en la partida clandestina de Counter Strike. Lluvia persistente, fina, opresiva.
Cruza mi mente la visión del unicornio blanco. Mis alumnos son replicantes, seguramente Nexus 4, no más que ingenios electromecánicos con aspecto de ser humano. No es urgente retirarlos.No son un peligro. No son conscientes de ser una inteligencia artificial. Pero, ¿qué pensarán de sí mismos sabiendo que son una IA?¿Cómo entenderán sus sentimientos, cuando lleguen a desarrollarlos,si son conscientes de que su pasado es el pasado de otro y que le ha sido implantado?

Habré visto Blade Runner decenas de veces, buscando en cada escena detalles que antes no observé, entre las líneas de los diálogos algún contenido extra, alusiones solapadas que revelen la verdadera naturaleza del protagonista, Rick Dekkard.

Más que una intriga policíaca, la película es una de esas pocas que perdura con el tiempo convertida ya en leyenda para quienes la admiran. Deja temas para charlar, no sólo lo referido a lo estrictamente cinematográfico. La soledad, las dudas sobre la propia realidad de uno mismo, la agonía de una existencia limitada en el tiempo asimilada a una forma de esclavitud, la importancia de los recuerdos, la necesidad de trascender, los límites morales del avance tecnológico y de los imperios capitalistas, la desesperación ante el destino ineludible...

Son tan notables las inconsistencias de algunas escenas, donde un plano deja ver un cielo azul despejado y brillante para dar paso a la reinante opresión de la oscuridad y la lluvia ácida en el siguiente, como resplandecen las interpretaciones de Rutger Hauer y Harrison Ford, los ambientes intimistas recreados en los interiores y la sobrecogedora frialdad de los exteriores. También las anécdotas del rodaje contribuyen a la estela que aún perdura. Los problemas, los desacuerdos de los actores en la interpretación de los personajes, el ansia del director de hacer su propio montaje al margen de los deseos mercadotécnicos de los productores... en el extremo más geek, hay miles de blogs, páginas, comunidades y foros dedicados a la revisión minuciosa de la historia, desde ese punto de vista puramente freak.

Las teclas repican, ya toca al final la prueba de mecanografía, y el ruido se pierde superado por el incensante golpear de la lluvia en las ventanas. Mis pensamientos regresan desde noviembre de 2019, desde las desapacibles calles de una ciudad de Los Ángeles superpoblada donde la soledad reina, por imposible que parezca.

Dvd

Dvd es un amigo de contrastada inteligencia, espero poder contar con él por aquí de nuevo...
Ashbless

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