miércoles, agosto 01, 2007

Tus propias sandalias































El lunes por la noche perdí una sandalia en la playa.

Era ya tarde, tocaba volver a casa para dormir y levantarse temprano. Y casi ni me despedí de todos los que allí se quedaban. Ni de la luna llena, las guitarras o las olas. Subí al coche descalzo y me quede frito con los otros. Cruce mi calle sin zapatos , tome el ascensor, me duché y me caí en la cama.

Y aun ahora voy calzado con unas zapatillas de entretiempo, y ahora después, después, bajare a la tienda china de al lado. Allí tienen sandalias en oferta y con ellas continuare mi vida sin más fisuras. Haré como si los últimos días no hubiesen pasado, o mejor, con ellos cambiaré por fin el rumbo.

Hoy es 1 de agosto, y hay cierta simetría en comenzar a estudiar a principios de mes. Mi examen es el 6 de Septiembre. Tengo cinco semanas para preparar anatomía.

Cinco jornadas he tardado en volver a España, vaciar la mochila y lavar la ropa, hacer las paces con mi trabajo y agotar a esa parte de mi que aun cree en la salvación por el placer. Y ahora, no mañana, ni pasado ni después, me pondré a estudiar.

Me he tenido que dar por vencido, que vaciar el vaso para no volver a llenarlo. Como siempre, me sorprende lo facil que es irse de fiesta y lo difícil que resulta sentarse a estudiar. No puedo hacer dos cosas al mismo tiempo y si quiero aprobar en septiembre y continuar con mis planes de conquista mundial, primero toca estudiar y luego todas las cosas del mundo. Tras la desconexión casi total del viaje me ha tocado volver a caminar en mis propias sandalias y perderlas para recordar que aciertos y errores me trajeron aquí.

Rendirse es a veces ganar.
La mas importante rendición fue el lunes por la noche. En la arena oscura solo encontré una sandalia. El coche iba a marcharse y no disponía de tiempo o cordura para rastrillar toda la playa. Y recordé el cuento de la sandalia, que me contara mi hermano y publique el sábado aquí. Yo no puedo hacer nada con una sola sandalia, pero si alguien es capaz de encontrar la que yo perdí, entonces necesitará esta. Y la dejé y pude marcharme.

Si alguien las encuentra, quizás sepa que hacer con ellas. Yo no he demostrado mucho acierto.

Voy a comprar unas nuevas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ánimo con ese examen. Yo te escribo desde un hotel en Londres, cuando tenía que estar ya camino de Boston.
En fin, la vida a veces nos mete en situaciones un poco extrañas...
Un abrazo.

Calle Quimera dijo...

Si has conseguido recordar qué aciertos y errores te condujeron ahí, la pérdida de la sandalias ha cumplido su objetivo.

Espero que las próxima sandalias que compres te sigan ayudando a andar tu camino.

besos.

Ashbless dijo...

Muchas gracias.

Y espero perderlas otra vez cuando necesite reconsiderar las cosas, y recordar que es necesario perder para poder ganar algo.

Besos

Ashbless dijo...

Suldu!

¿Que haces en Londres? ¿Y en Boston?

Te he perdido la pista completamente... Te escribo en breve. Cuidaros mucho esteis donde esteis.

Un abrazo amigo

Calle Quimera dijo...

Suerte y fuerza para el examen. Tal vez se pueda caminar sin sandalias,aunque duela.....salud¡¡¡¡.

Ashbless dijo...

Se puede, aunque he aprendido que sacrificios y autodestrucción personal la justa - o nada.

Un abrazo