Estaba el filósofo Diógenes cenando
lentejas cuando le vio el filósofo
Arístipo, que vivía confortablemente
a base de adular al rey.
Y le dijo Arístipo: «Si aprendieras
a ser sumiso al rey, no tendrías
que comer esta basura de lentejas».
A lo que replicó Diógenes: «Si
hubieras tú aprendido a comer
lentejas, no tendrías
que adular al rey».
4 comentarios:
Je.. Buenísima historia, Ashbless.
La hago mía; la dignidad antes que todo. Y además, no me hubiese costado ningún trabajo: me encantan las lentejas.. ;-)
Un besote.
Muy bueno,si señor.Personalmente las prefiero viudas,es decir.con acite y vinagre....salud¡¡¡.
La dignidad pero sobre todo la verdad y la sencillez.
Cuando le haces la pelota a alguien te acabas agachando para no estar por encima de esa persona, es decir, rebajando. Una cosa es la prudencia y otra es hacerte de menos.
A mi tambien me encantan. Yo las hago con arroz, cebolla, pimentón -soy de Murcia- patata y tomate y salen muy buenas.
O al menos yo las disfruto así.
Un abrazo
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