La misma humana falacia estriba en pisar una frontera y creer que estamos en dos paises, que contener el aliento a con la última campanada y sentir que ha pasado un año en un segundo.
Pese a todo aquí estamos. Llevamos quizás algo de lenceria roja, o cenamos lentejas. Las doce uvas caen como píldoras, costumbre ancentral originada en la sobreproducción de uva de 1909 y que ahora viene pelada, sin semillas y en lata. Beberemos cava o similar para bajarlas y desearemos de verdad feliz 2009 a los presentes.
Otro año más. Hace un siglo que no veo la tele, pero hecho de menos los reportajes resumen del año. Aunque falaces en terminos de relevancia, muestran ese milagro continuo que es el año. Doce meses, trescientos y pico dias. Todos duraron veinticuatro horas y cada una de ellas tuvo los mismos segundos, en ninguno de los cuales ni nuestro corazón ni nuestro aliento pudieron detenerse de verdad. Ahora quizás sea todo confuso, y parezca que el año pasó volando, pero no es cierto.
Vivimos, viajamos en el tiempo en una única dirección, adelante, y la velocidad es siempre la misma. Un dia cada vez, un segundo cada segundo. ¿Estuviste allí? ¿No te diste cuenta? El año no va a repetirse para que lo pesques esta vez.
Es el único viaje, aquel que no necesitamos reservar. Abre los ojos, y que el siguiente año no se nos escape. Que solo temamos al miedo y deseemos el propio desear. Vive y disfruta.
Y Feliz 2009!!