martes, noviembre 20, 2007

La Esfinge de Gizeh, de Lord Dunsany





















Vi el otro día la faz pintada de la Esfinge.
Ella había pintado su rostro para así flirtear al Tiempo.
Y él no ha perdonado a ninguna otra faz pintada en el mundo entero salvo la suya.
Dalila era más joven que ella, y Dalila es polvo.
El tiempo no ha amado nada salvo esta faz pintada y sin valor.
No me importa que sea fea, ni que se haya pintado el rostro, con tal que ella sola sonsaque al tiempo su secreto.
El tiempo reposa como un necio a sus pies cuando habría de estar abatiendo ciudades.
El tiempo jamás se harta de su tonta sonrisa.
Hay templos repartidos en torno a ella que él ha olvidado saquear.
Yo vi a un viejo pasar, y el tiempo jamás lo tocó.
¡El Tiempo, quien ha cargado con los siete portales de Tebas!
Ella ha tratado de atarlo con cuerdas de arena eterna, tenía la esperanza de oprimirlo con las Pirámides.
El yace allí en la arena con sus absurdos cabellos esparcidos sobre las patas delanteras de ella.
Si ella descubre alguna vez su secreto le arran-caremos los ojos, para que así no encuentre más nuestras cosas bellas —hay preciosos portales en Florencia con los cuales temo que cargará.
Hemos intentado sujetarlo con canción y con costumbres de antiguo, mas tan sólo le retuvieron por un pequeño intervalo, y él nos ha siempre abatido y se ha mofado de nosotros.
Cuando esté ciego él bailará para nosotros y nos dará diversión.
El gran y torpe Tiempo tropezará y danzará, él que gustaba de dar muerte a niños pequeños, y no puede ya dañar ni siquiera a las margaritas.
Entonces se reirán nuestros niños de aquel que aniquiló a los toros alados de Babilonia, y eliminó grandes cantidades de los dioses y hadas —cuando se le hayan podado sus horas y sus años.
Lo encerraremos en la Pirámide de Keops, en la gran cámara donde el sarcófago se encuentra. Desde allí le guiaremos afuera cuando celebremos nuestros banquetes. Él madurará nuestro maíz para nosotros y nos hará labores domésticas.
Besaremos vuestra faz pintada, oh Esfinge, si traicionais a nosostros al Tiempo.
Y sin embargo temo que en su angustia final pueda él aferrar al mundo y a la luna, y lentamente derribar sobre sí la Mansión del Hombre.

2 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Detener el tiempo, uno de los sueños del hombre... Afortunadamente, un sueño imposible. Todo ha de fluir, todo ha de pasar para que se renueve el mundo.falta le hace...

besos.

Ashbless dijo...

Menos mal que no podemos hacerlo.

Eso seria romper el hilo por el que corre el mundo, invitar al tiempo, como en el relato, a derribar sobre nosotros la Mansión del Hombre.

Besos