lunes, noviembre 05, 2007

Los hijos, de Eduardo Galeano























Hace once años, en Montevideo, yo estaba esperando a Florencia en la puerta de la casa. Ella era muy chica; caminaba como un osito. Yo la veía poco. Me quedaba en el diario hasta cualquier hora y por las mañanas trabajaba en la Universidad. Poco sabía de ella. La besaba dormida, a veces le llevaba chocolatines o juguetes.

La madre no estaba aquella tarde, y yo esperaba en la puerta de la casa el ómnibus que traía a Florencia de la jardinería.

Llegó muy triste. No hablaba. En el ascensor hacía pucheros. Después dejó que la leche se enfriara en el tazón. Miraba el piso.

La senté en mis rodillas y le pedí que me contara. Ella negó con la cabeza. La acaricié, la besé en la frente. Se le escapó alguna lágrima. Con el pañuelo le sequé la cara y la soné. Entonces volví a pedirle:

- Andá, decime.

Me contó que su mejor amiga le había dicho que no la quería.

Lloramos juntos, no sé cuánto tiempo, abrazados los dos, ahí en la silla.
Yo sentía las lastimaduras que Florencia iba a sufrir a lo largo de los años y hubiera querido que Dios existiera y no fuera sordo, para poder rogarle que me diera todo el dolor que le tenía reservado.



Fin

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué linda historia, y tierna...se me han saltado las lágrimas...



besos

Ashbless dijo...

Me alegra que te halla gustado.

Últimamente soy un firme defensor de los errores, de las experiencias que enseñan a vivir. Pero me he sentido también en esa cocina, llorando con la niña que camina como un osito, deseando poder tomar todo el dolor que le espera.

Anónimo dijo...

Me ha recordado a un poco a aquella canción de Susane Vega, "Night vision", "Visión nocturna". La canción en parte va de otra cosa, pero al final dice:

"I would shelter you
Keep you in light
But I can only teach you
Night vision"

"Te refugiaría
Te mantendría a la luz
Pero sólo puedo enseñarte
Visión nocturna"

No podemos vivir la vida de los demás por ellos, protegerlos de los momentos difíciles. Lo único que podemos hacer es enseñarles a sobrepasarlos lo mejor posible, a resistir los momentos oscuros. Enseñarles "night vision", "visión nocturna", enseñarles a ver en la oscuridad.

href="http://www.azlyrics.com/lyrics/suzannevega/nightvision.html"

Ashbless dijo...

Manolo, que aportación tan buena...

La verdad es que ahora me convences más aún que tienes que poner en marcha ese blog o escribir más.

Una de mis canciones favoritas en la epoca en que no sabia ingles era Nigth Visión, solo por lo que sonaba. Ahora me fijaré en la letra.

Es muy hermoso lo que dices. Enseñar a ver en la oscuridad. Quizás enseñar que no existen ciertas clases de oscuridad...

Anónimo dijo...

Ciertas clases de oscuridad... Quiero pensar que la oscuridad completa no existe nunca, pues siempre podemos contar con nosotros mismos y con lo que nos depara el futuro. La oscuridad, como todo en esta vida, no puede durar para siempre. Incluso si no existiera un futuro o una salida, siempre nos queda la luz del pasado, cualquier cosa que hayamos amado, conocido o vivido que arroje una luz en nuestro interior. Pues basta una luz, por pequeña que sea, para que la oscuridad no sea completa.
Me acuerdo del fragmento de "La mano izquierda de la Oscuridad", de Ursula K. Le Guin, en que describe la revelación del profeta Meshe. Meshe por un instante percibe todos los momentos del tiempo a la vez, todo el pasado y todo el futuro en una única visión. En ese momento mira al cielo nocturno y no ve oscuridad en él, sino una luz que lo inunda todo. Al contemplar todas las estrellas del pasado, el presente y el futuro a la vez, no queda ningún espacio en el cielo sin iluminar, no hay sitio para la oscuridad. Ojalá pudiéramos ver la vida así, valorando aquello que hay de luminoso en cada situación, sin olvidar lo bueno que queda por vivir, que hemos vivido o que habita en nosotros. Pensando que una chispa de luz, una muestra felicidad o de bondad, puede iluminar toda una vida.

Ashbless dijo...

Jo, Manolo...

He releido el capítulo de "La mano izquierda de la oscuridad" por si podía ponerlo aquí, pero no es publicable, resulta demasiado difícil.

De hecho, me gusta mucho más como lo pones tú.

Respecto a la oscuridad, tienes razón completamente. Esta no existe, no es total nunca. Pero ¿es tan importante que no halla oscuridad? Resulta facil decirlo de dia, cuando el sol lo llena todo, pero sin la oscuridad de mi vida no estaria aquí...

Entiéndeme, estaría vivo, caminaría , tendría trabajo y todo habría sido más fácil. Pero no escribiría este blog y quizás la poca sabiduría que he ido encontrando no seria mía. No es que el dolor y la oscuridad sean inevitables, es que quizás son necesarios. Tanto los individuos como las sociedades crecemos a partir de crisis.

Dios ama la selección natural, y el Tao los ciclos. Y ya sea porque sobrevivimos a lo ocurrido, o porque el agua debe subir mucho para que nos veamos forzados a nadar, aquí estamos, y hemos conocido el océano, y aprendido a cruzarlo, a vivir en el, a disfrutarlo.

Un fuerte abrazo y a ver si escribes ese blog, que creo que te va haciendo falta, como el espacio, como el aire.

Gisela Vanesa Mancuso dijo...

Creo que es uno de los cuentos más bonitos de Eduardo Galeano. Porque utiliza palabras simples, y se vale de un relato breve para "mostrar" una cantidad de cosas implicadas en la vida, en la evolución de las personas, en los condicionamientos. Y hasta qué punto -muy a pesar de nuestro pasado- cada partida, y la última partida es nuestra responsabilidad. Gracias por traerlo a mi vista.
Gisela Mancuso
www.mesetasenlaalmohada.blogspot.com

Ashbless dijo...

Gracias por pasarte por aquí, Gisela.

Galeano es un autor extraordinario. Entró en mi vida por casualidad, y conforme voy leyendo cosas suyas siento más admiración y solidaridad respecto a su obra.

A mi tambien me afecta, especialmente ese conflicto con que termina el relato. Ese deseo de sufrir por el otro, de evitarle los tragos amargos que son la vida. De preservar la pureza e inocencia del niño. Ser padre es saber que van a ocurrir estas cosas, y estar cerca de tus hijos para apoyarlos y que crezcan del mejor modo posible. Creo.

Un abrazo

Maximiliano Ortega dijo...

me gusto algoçunas citas que lei de Galeano,en su libro ESPEJOS,y no dude en agregarlos a mi blog al pie de mis dibujos.
www.ortegamaximiliano.blogspot.com

Ashbless dijo...

Galeano es fantástico, y también lo son tus dibujos. Ignoro si son un medio de expresión personal o si además resultan un medio de vida, pero te animo a continuar.

Un abrazo.

PD:El texto "la revolución tecnológica" de Galeano, que he descubierto en tu blog, voy a publicarlo próximamente. Gracias

Unknown dijo...

se nace o se va haciendo uno sensible a lo largo de los años? por qué a unos nos afectan las cosas tanto las cosas desde pequeños y a otros no?...esta niña habrá seguido siendo sensible el resto de su vida o se habrá puesto finalmente una coraza?

gracias por vuestros comentarios, son preguntas que me saltan al leer este microrrelato.

saludos!

Unknown dijo...

Qué lindo cuento. Me gustaría saber en qué libro de Galeano puedo encontrarlo.

Unknown dijo...

Días y noches de amor y de guerra